Sobre el nuevo "favorcito" de Sturzenegger a los bancos, leemos en El Cronista:
"Esa
línea es un peso para los bancos que, con tasas de letras y otros activos de
corto plazo en torno al 38%, consideran como poco menos que una pérdida. La
norma publicada ayer permite a los bancos destinar hasta el 20% de los fondos
comprometidos para la línea de financiamiento a créditos ajustados con UVI
"en la medida que la tasa de interés a aplicar por estas financiaciones
sea inferior al 5% nominal anual." Así, en
lugar de percibir 22% por esos fondos pasarán a una tasa real positiva, de
hasta cinco puntos porcentuales por encima de la inflación (el IPC-CABA acumula
33% interanual). En momentos en que el
crédito a empresas se desacelera, la línea de inversión productiva que los
bancos se ven obligados a ofrecer compite con su oferta de créditos a tasa de
mercado, con lo cual la posibilidad de cobrar una tasa por encima de la
inflación será bien recibida." (las negritas son nuestras)
Para que se entienda: lo que acaba de hacer el Banco Central es
autorizar a los bancos a usar el 20 % de los fondos que deben destinar
obligatoriamente a financiar proyectos de inversión productiva (de acuerdo con
la reforma de la Carta Orgánica impulsada por Cristina en el 2012), para
destinarlos a los préstamos hipotecarios para vivienda indexados por la
"UVI" (unidad de vivienda), que el propio BCRA acaba de lanzar.
El Central con la conducción de Sturzenegger sube las tasas para
contener el dólar, lo que encarece el crédito y dificulta el financiamiento
para las empresas, en un contexto de recesión. Y no se trata solo de créditos
para ampliar su capacidad productiva (lo que para los "ofertistas"
debería ser una herramienta adecuada para combatir la inflación), sino del
financiamiento normal de su giro comercial como el descuento de documentos, los
cheques de pago diferido o las facturas de crédito.
Y pese a ello, va extinguiendo lentamente la línea de crédito productivo
obligatoria a las empresas a tasas bastante por debajo de la media del mercado;
un subsidio explícito a la actividad económica, pero que lo ponían los bancos
resignando ganancias sin perder rentabilidad, porque esta es astronómica igual.
Por si fuera poco, redirecciona esos recursos a una línea de préstamos
que son indexables por la inflación minorista, cuando por ejemplo en abril se
habla de que esta rozaría el 6 % mensual; o sea que es previsible que no haya
demasiada cola en los bancos para ir a sacar uno. El único propósito de esta
medida es que los bancos ganen más plata, nadie en su sano juicio puede pensar
que por ese lado se vaya a reactivar el crédito para vivienda, o la
construcción y sus industrias asociadas.
Que garantizarles ganancias a los bancos es una meta primordial para
Sturzenegger no es ninguna novedad: veíamos acá hace poco como
les rebajó el porcentaje del aporte que deben hacer para constituir los seguros
sobre los depósitos de los ahorristas, para que puedan usar esos fondos
liberados para comprar LEBACS a 38 % de tasa, a 35 %, el festival de
endeudamiento y emisión -sí: emisión- que el propio BCRA viene haciendo bajo la
conducción del procesado por el Megacanje.
Ese dinero creado por el BCRA para -supuestamente- secar la plaza y
disminuir la inflación supera ya los 10.000 millones de dólares, al tipo de
cambio de hoy. Es decir un pasivo estatal casi igual al monto que el gobierno
se dispone a pagarle a los fondos buitres. Sturzenegger lo hizo, como
también liberó por completo los cargos y
comisiones que los bancos pueden cobrar a sus clientes.
Y al mismo tiempo Sturzenegger dice que ante la inminencia del comienzo
de la liquidación de las divisas de la cosecha gruesa el BCRA no saldrá a
comprar dólares para sostener el tipo de cambio porque para eso debería emitir,
y eso generaría inflación. Por esa razón (y para que el tipo de cambio no caiga
perdiendo "la competitividad" generada por la devaluación) les está
pidiendo a las multinacionales radicadas en el país que aceleren sus compras de
dólares para girar dividendos a sus casas matrices: los dólares genuinos del
intercambio comercial se irían entonces por la canaleta de la distribución de
utilidades; y la de las importaciones, porque se están autorizando con un año
de plazo.
En este contexto leemos en Diario Registrado que
Cristina ha denunciado en la justicia a Sturzenegger por defraudación a la
Administración Pública, ya que al levantar el "cepo" y devaluar
modificó los contratos de futuros pactados en la gestión Vanoli, en perjuicio
del Estado (que en definitivas es el garante de las operaciones del Central) y
en favor de los inversores que acumularán grandes ganancias por la devaluación.
Recordemos que Sturzenegger además está procesado (con resolución firme
confirmada por la Corte Suprema) por negociaciones incompatibles con la función
pública por favorecer a un grupo de bancos amigo durante el Megacanje de la
Alianza; y recordemos también que ni él ni el
resto del directorio del Central cuentan con acuerdo del Senado,
porque fueron designados por Macri "en comisión.
Una conducción del BCRA a la que no le preocupan las reservas (según ha
dicho su presidente) pero comenzó endeudándose en 5000 millones de dólares con
una tasa del 7,5 % con un grupo de bancos (los mismos que ahora colocarán la
deuda para pagarles a los buitres) a devolver en noviembre, entregando a cambio
títulos públicos por 10.000 millones de dólares, con tasa del 0,50 % y que
el Estado se debía a sí mismo; todo ello para "fortalecer las
reservas", poder levantar el "cepo" y devaluar.
En síntesis, en apenas cuatro meses un funcionario que llegó al cargo
flojito de papeles (procesado, nombrado "en comisión"), generó una
megadevaluación de efectos desastrosos y ha ido tomando -una tras otra-
decisiones fatales para la producción, el empleo y el nivel de actividad; sin
lograr a cambio contener la inflación, que por el contrario ha aumentado; desmintiendo
en los hechos la falacia monetarista; tanto como su accionar a hecho trizas el
mito de "la autonomía del Banco Central", porque así como entró por
la ventana -forzando la renuncia de Vanoli y el resto del directorio nombrado
por el gobierno anterior, con acuerdo del Congreso- lo hizo para ejecutar la
política del gobierno de Macri.
La pregunta es si alguien -siguiendo los pasos de Cristina- piensa desde
la oposición hacer algo al respecto, antes que su gestión siga ocasionando más
estropicios.
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