Interpretaciones sobre la encuesta de Datafolha, están por todos lados.
El cuadro es horripilante: 62% cree que el gobierno es malo o pésimo. Pero más que los números, lo que impresiona es el cuadro o la tendencia. En la última encuesta, a inicios de febrero, este indicador era del 44% y nada indica que dejará de subir. Dilma pierde apoyo entre los pobres y entre su electorado tradicional, de manera vertiginosa.
Es una presidenta debilitada, desmoralizada y sin credibilidad por haber prometido una cosa en la campaña electoral y practicada otra al asumir su segundo mandato. Atacada por todos lados, de derecha a izquierda, la mandataria trata de producir hechos, tales como la ley contra la corrupción y el plan de campañas de marketing. Pero hay un factor en la gestión petista avalada por la derecha y sus voceros en los medios de comunicación. Es su política económica de ajuste fiscal rígido y control de las cuentas públicas, que nos está hundiendo en una recesión de proporciones incalculables.
Crisis por la derecha y la izquierda.
Crisis por la derecha y la izquierda.
No es otro el sentido del principal editorial del diario O Globo del último miércoles, titulado “Dilma mira hacia adelante al apoyar el ajuste de la economía”. “La reconocida competencia y credibilidad del ministro de Hacienda, Joaquim Levy y su equipo, no fueron vistas por los mercados como suficientes para asegurar la ejecución del ajuste, porque la presidente Dilma no parecía completamente convencida de la necesidad de este cambio. Sin embargo, ahora que la Presidenta defendió públicamente con énfasis la política de su nuevo equipo económico, reconociendo que el país no reaccionó a lo que antes había puesto en práctica”. Atención: O Globo es el diario de la misma emisora de TV que se lanzó a convocar las protestas conservadoras.
El texto es revelador: el ajuste se ha convertido en el real garante del mandato presidencial. Olvídate de las políticas sociales, de la “Patria Educadora” y de las políticas sectoriales de aquí y allá. La obsesión oficial es el ajuste. Si Dilma cambia su política económica, perderá su base de sustentación en el mercado financiero. Es este sector que considera su gobierno óptimo y bueno. (Con una tasa de interés del 12,75% al año, hasta hoy).
El ajuste dejó de ser una opción para el gobierno. Es su propia razón de ser. Si el ajuste termina, el gobierno cae. Por lo tanto es muy remota la posibilidad de que Joaquim Levy sea despedido. No es una casualidad que toda la bancada petista lo aplaudió de pie en el encuentro del lunes16M. Ni el PMBD llegó a tanto.
El ajuste dejó de ser una opción para el gobierno. Es su propia razón de ser. Si el ajuste termina, el gobierno cae. Por lo tanto es muy remota la posibilidad de que Joaquim Levy sea despedido. No es una casualidad que toda la bancada petista lo aplaudió de pie en el encuentro del lunes16M. Ni el PMBD llegó a tanto.
La contracción, los recortes, el brutal superávit y toda la catilinaria del neoliberalismo heavy metal – que Dilma acusó a Aécio Neves de querer implantar – llegó para quedarse. No es Dilma quien nos gobierna. Es el ajuste.
Gilberto Maringoni, profesor de Relaciones Internacionales es un veterano periodista y militante de la izquierda brasileña Traducción para www.sinpermiso.info : Carlos A. Suárez
1 comentario:
Artemio:
El análisis de Marangoni (no relación c ntro amigo, no?) es muy elocuente, pero necesita un poco de edición. Dice "Por lo tanto es muy remota la posibilidad de que Joaquim Levy sea despedido". Pero el tipo fue despedido el 17/12/15, hace 4 meses!
Así no inspira confianza en sus pronósticos.
Abrazo
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