7/06/2015

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El espacio deberá pelearle la Ciudad al líder del PRO a riesgo de debilitar al presidenciable más fuerte de Cambiemos. El desafío a Larreta para hacer un nuevo debate. La transparencia como eje.

“Prepárense todos. Vamos a debatir todas las áreas. Somos la segunda fuerza y falta el ballotage”. Cuando los números ya confirmaban que Horacio Rodríguez Larreta quedaba a cinco puntos del 50 por ciento anhelado por el PRO, Martín Lousteau anunciaba sobre el escenario del búnker de ECO que no se baja de la segunda vuelta electoral de la Ciudad. En el salón, la militancia festejaba, efusiva. Mientras, los dirigentes empezaban a imaginar cómo será la campaña en los próximos quince días, contra el partido que es a la vez rival porteño y socio nacional.


Desde temprano, en el bunker de ECO, montado nuevamente en Palais Rouge del barrio de Palermo, se masticaba bronca por la información que difundían los principales canales de televisión, que aseguraba tanto que el PRO se alzaba con un triunfo en primera vuelta como que la diferencia era tan amplia que Lousteau se bajaba de ballotage. Mientras, en el primer piso del búnker los dirigentes analizaban los datos que recibían de sus fiscales.
Me gustan Larreta y Lustó, espero que todo  nos salga muy bien a todos!

Poco después del cierre del escrutinio, el candidato a vicejefe de Gobierno,Fernando Sánchez, y a primer legislador, Roy Cortina, fueron los dos primeros dirigentes en subir al escenario y anunciaron que, al igual que en las primarias, esperarían los resultados de sus mesas testigo para dar información. Casi dos horas después, Lousteau aparecía en el salón, rodeado por todos los candidatos de ECO, que celebraban el segundo lugar obtenido. En el espacio algunos admitían que en la previa habían especulado con obtener entre 28 y 29 puntos y apuntaron contra “operaciones mediáticas” y “campaña sucia” por los votos no logrados.

“Competimos contra dos estados que gastaron una cantidad obscena de recursos”, explicaba Lousteau. Para el candidato a jefe de Gobierno “lo más difícil es que Larreta acepte debatir”, de cara a la campaña de dos semanas que empezó el mismo domingo, al conocerse el resultado final. Fue 45,6 por ciento para Rodríguez Larreta, 25,5 para Lousteau, 21,7 para Mariano Recalde, del Frente para la Victoria, 3,9 para Luis Zamora y 3 por ciento para Myriam Bregman. Veinte puntos separan al PRO del candidato de ECO, pero son 30 los que quedarán huérfanos. Para Lousteau el ballotage aún tiene “un final abierto”. “Ellos perdieron casi tres puntos entre las PASO y las generales. Larreta tiene un techo”, repetía un dirigente nacional.

La dirigencia de ECO no derrocha optimismo pero piensa que la cosecha de Lousteau en el ballotage puede ser buena, y hace hincapié en la cantidad de bancas que ganó la fuerza en la Legislatura porteña, que ahora podría llegar a tener un bloque de 14 diputados. “Queremos discutir la Ciudad tema por tema. Hasta acá, el PRO y el FpV nacionalizaron la campaña. Ahora nosotros queremos debatir la gestión”, decía el legislador Hernán Rossi. 

Para Lousteau, el tema del debate será central. Tal como lo hizo durante la campaña para las PASO y las generales, el candidato de ECO volverá a desafiar a Rodríguez Larreta a la discusión pública de temas relacionados con la gestión y, sobre todo, con la transparencia. En ECO creen que el economista lleva las de ganar en ese escenario.

Sin embargo, la fuerza que lidera Lousteau se enfrenta a un problema que, si bien estuvo presente durante toda la campaña, se hará más evidente en los días que quedan hasta al 19 de julio: el economista le peleará mano a mano la Ciudad al PRO, socio estratégico a nivel nacional del radicalismo y la Coalición Cívica en el espacio Cambiemos.

“Por nuestro partido estamos todos con las pies metidos dentro de esta alianza. El desafío es ver quién puede gestionar mejor la Ciudad”, explicaba Sánchez, candidato a vicejefe y ladero de Lilita Carrió, al ser consultado sobre cuál será el papel de la líder de la Coalición Cívica en la segunda vuelta. Si bien Carrió dijo en los últimos días que Lousteau no es su candidato, el economista representa al espacio que ella integra en la Ciudad y puede ser, a la vez, quien le arrebate al macrismo el contundente triunfo que necesita en la Ciudad para impulsar la opción nacional.

“Lilita ya dijo que los presidenciables no tenían que meterse en la campaña porteña”, decía Lousteau. En esa línea – y por los chispazos que se generaron en las PASO - ninguna de las figuras nacionales estuvo el domingo en el comando de campaña del espacio. Mientras que Ernesto Sanz viajó a Corrientes y La Rioja para acompañar a los candidatos radicales, Carrió hizo campaña en Villa Elisa, y Margarita Stolbizer aprovechó para ir a ver a su hijo jugar al básquet.

Carrió es una de las principales defensoras de la alianza con Macri para lograr la derrota del kirchnerismo y, aunque tanto ella como Sanz son precandidatos a la presidencia y se medirán con el jefe de Gobierno en las primarias, la diputada sabe que el líder del PRO es el dirigente más fuerte de los tres. “Son diferentes prioridades. Nosotros planteamos ordenar la Ciudad. En la Nación hay otra discusión, que tiene que ver con equilibrar el poder”, explicaba Sánchez. Los dirigentes de ECO procurarán mantener a Carrió lejos de la campaña porteña, para evitar que sus ansias por mantener la alianza nacional con el macrismo arruinen la confrontación local.

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