11/24/2014

elevado piso





Hace poco éste blog se ocupaba de los exabruptos de Carrió en su salida del FAUNEN en clave de humor acá, pero por supuesto que el tema merece también un abordaje un poco más serio; como también es cierto que se pueden hacer muchas lecturas sobre los dichos de Carrió, incluyendo o no en el combo razonables cavilaciones sobre su salud mental.

Se puede pensar que su andanada fue la respuesta a la poco sutil metáfora del balde de bosta de Lanata, y su particular modo de reclamarle a los grupos mediáticos que la mantienen en escena mayores dosis de protagonismo, aun cuando más no fuere en recompensa de favores pasados; así como también que se puede suponer que Carrió pateó el tablero del pan-radicalismo respondiendo a la estrategia de esos mismos grupos, para forzar definiciones en la UCR respecto a la alianza con Macri.

En San Fernando los radicales fugaron hacia adelante barriendo bajo la alfombra sus contradicciones internas hasta que aclare, y eso exasperó a muchos que operaban desde afuera del cónclave para llevar agua para su molino (como el propio Macri o Massa); y el caso Carrió deja claro que no todos tuvieron la misma paciencia para tolerarlo, o perspicacia para disimular el enojo. 

También se puede señalar que Carrió no sorprende porque se mantiene siempre fiel a sí misma. El problema lo tienen los que -como los radicales, socialistas y sus socios menores- la vuelven a buscar, una y otra vez, cada dos años, para enhebrar nuevas alianzas: lo que obtienen nunca es lo que fueron a buscar, pero es absurdo esperar resultados diferentes, del uso de los mismos métodos.

E incluso se puede apuntar también que los opositores que hoy cuestionan el estilo de Carrió se carrotizan todo el tiempo en los espacios institucionales en los que les toca actuar, por subordinación a la estrategia que marca la chaqueña, o por determinación propia: recordar -al sólo título de ejemplo- la bochornosa retirada de la discusión del Código Civil y Comercial en el Congreso; o el inverosímil compromiso público de no discutir ningún candidato a ocupar el lugar de Zaffaroni en la Corte Suprema.

Pero sin restarle importancia a todas esas cuestiones, lo que en realidad interesa es analizar las cosas mirando el tablero donde se jugará la disputa en el 2015, y apuntar una primera constatación: no es casual que la salida transitoria de escena de Cristina (en éste caso por su enfermedad) haga más nítida y patente la orfandad y confusión de la construcción política opositora, en su conjunto. 

Con los últimos resultados electorales a la mano, y tal como lo viene repitiendo como un mantra Artemio López, el elevado piso electoral del FPV/PJ en todo el país contrasta con la fragmentación y desorientación política de la oposición; que no ha hecho sino crecer desde las elecciones legislativas del año pasado: el único cambio habido desde entonces en el tablero fue la aparición del FAUNEN como intento de consolidación de un polo pan-radical "republicano" con aires de progresismo; hoy literalmente estallado por los aires en pedazos..

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