9/18/2014

determinación y sobredeterminación: una mirada crítica sobre el curso de la economía


En síntesis, podríamos definir al Estado como 
la condensación materialización de determinadas 
relaciones  sociales, al gobierno como un espacio 
decisivo dentro del aparato estatal y al régimen 
como una estructura formal que define uno los 
aspectos centrales de la circulación del poder 
y la construcción de políticas públicas. 
De ahí que  no todo cambio de gobierno implique 
un cambio de régimen, ni tampoco todo cambio 
de régimen implique la alteración de la forma Estado. 

Horacio Tarcus, 1992


En la nota que sigue Rovelli despliega una mirada crítica sobre el desarrollo del actual programa económico pero en una perspectiva diversa a las tradicionales. Plantea mayores controles sobre el tipo de cambio, reivindica el control ( ninguneado como cepo)  y lo hace apalancado en la perspectiva kirchnerista tradicional. En general entonces asume la defensa de Moreno frente a Kicillof. Es su derecho y la discusión vale.

No dice una palabra Rovelli y no es su tema, acerca de las posibilidades de administración política por parte del gobierno de esta alternativa de ( mucha) mayor intervención estatal, administrarla hoy 18 de setiembre de 2014, en una coyuntura donde la transición al 2015 está planteada.

Y está en pleno desarrollo el tránsito con candidatos opositores que prometen desandar todo lo hecho por el kirchnerismo en la década ganada, lo que es lógico, pero también candidatos que llamándose oficialistas promueven la vuelta a la ausencia total de restricciones a la compra de divisas, asumir como propia la lógica de los mercados, dar una vuelta de campana sobre la perspectiva kirchnersita que se despliega desde el año 2003 hasta hoy .

Está combinada esta coyuntura con una fuerte y ya tradicional presión de expectativas negativas generadas por los medios opositores , ahora también en sinergia con el tema buitres, entre otras lindezas, configurándose un cuadro complejo aún asumiendo el  éxito de los actos de Ferro y AAA, desde ya. 

A nuestro juicio, más allá de la polémica entre economistas, válida y muy útil, la única manera de plantar un límite a esta coyuntura tan defensiva en materia de expectativas socioeconómicas -  donde esperar al 2015 es esperar con certeza a que cambie el régimen y no solo el gobierno - , supone poner sobre el tablero un candidato que claramente proponga profundizar el modelo K y darle volumen electoral de la mejor manera , con el respaldo pleno de Cristina que hoy, tal como lo indicara Máximo Kirchner sin decirlo explícitamente, es la única alternativa electoral exitosa del FPV , pero que lamentablemente no tiene reelección . 

Hay un problema político en la base de la generación de expectativas negativas y es este que expreso coloquialmente: Aguantemos que gane quién gane , esto cambia. 

El cambio de régimen y no solo cambio de gobierno desborda la alternativa oficialismo / oposicición y está planteado en ambos polos. Este es , a nuestro juicio, el punto a resolver para dar, incluso,  una salida socioeconómica a la etapa.

Ayer Kicillof explicaba en radio del Plata que buena parte de la estampida del dólar ilegal está coordinada con la certeza que de triunfar la opo y en particular su condensación simbólica más potente Mauricio Macri ( hipótesis para nada absurda) , entre otras transformaciones que acontecerán, la lógica de los mercados y la acumulación financiera se reinstalará como dominante en el país.

No requiere demasiada perspicacia tal certeza restauradora. Ya lo dijo Mauricio en el tema buitres ( tiene más!) bajo la forma brutal que le es familiar: hay que hacer lo que manda Griesa y pagar. Todo más que bien, es su derecho de opositor. Ahora bien, no pasa lo mismo en el oficialismo con algunos candidatos " los más votados " en las encuestas que difunden los medios opositores? Y acá sí hay un tema de mezcla opo-ofi intolerable y muy compleja.

Como bien decía el Pocho en los 70 en otro contexto, claro, " acá hay otras cosas que se juegan , no nos vamos a tirar la suerte entre gitanos. Somos todos políticos, acá se juegan otros intereses, el que este con esos interese se saca la camiseta peronista y se va, pero aquí debe haber un disciplina" Nosotros por perder un precandidato o dos, no vamos a ponernos tristes, porque lo que mide es el espacio del FPV y el respaldo de Cristina. Todo lo demás es curro de consultores, blableta.



Es nuestra convicción que el oficialismo, para asignar mayor racionalidad también a las expectativas económicas, debiera quebrar esta certeza de segura ruptura de régimen en 2015.

El FPV necesita "que se le tema electoralmente", o sea, que aparezca un candidato kirchnerista puro y se plante con chances de darle continuidad al proyecto de cara al año 2015. Cambio de gobierno, no cambio de régimen.

Si esto no sucede, se queman los libros de economía. Son sus límites precisos, es es el punto de fuga en la actual coyuntura: Determina la estructura, la política sobre la economía y sobredetermina la política la perspectiva electoral. Un candidato kirchnersita de volumen se requiere también para darle mayor racionalidad a las expectativas socio económicas.

Es necesario instalar la posiblidad que el establishment en su versión financiera más salvaje, puede ser derrotado en 2015. Las PASO en este contexto, como mecanismo de selección de candidatos, son apenas una herramienta y no un fin en sí mismo. En todo caso resultarían un dispositivo posible sí y solo sí todos los candidatos que compiten en el mismo espacio encarnaran un cambio de gobierno pero ninguno un cambio de régimen y no es el caso del FPV. 

Leemos a Rovelli, ahora si?

Un dólar como corazón. Elogio de perder



Horacio Rovelli

El economista inglés Anthony Thirlwallafirma que para los países en vía de desarrollo (como eufemísticamente denominan a naciones como la nuestra)es imprescindible para lograr un crecimiento sostenido, el equilibrio de la cuenta corriente de la balanza de pagos en el largo plazo, y para ello, el tipo de cambio real debe mantenerse relativamente constante, garantizando que las exportaciones crezcan más o igual que las importaciones, donde, además, debe tenderse a que el valor de las horas hombres en la tonelada exportada tienda a acercarse al valor de la tonelada importada 

Uno de los que más ha estudiado el tema de la importancia de la determinación del tipo de cambio en el crecimiento es el economista y Presidente de la Fundación Getulio Vargas, el paulista Luiz Carlos Bresser Pereira, quién sostiene que el mecanismo de transmisión entre un tipo de cambio competitivo y el crecimiento económico es simple. Del lado de la demanda, si se cuenta con capacidad tecnológica y con recursos ociosos o desocupados, el crecimiento dependerá de la tasa de ahorro pues este depende de la tasa de inversión que, asimismo, depende de la existencia de oportunidades de lucro y estas de las oportunidades de exportación. En última instancia, las oportunidades de exportación existirán únicamente si el tipo de cambio no está sobrevaluado y es competitivo.

Para Bresser Pereira el tipo de cambio es, de hecho, la principal variable de estudio para la macroeconomía del desarrollo, dado que desempeña una función estratégica para el crecimiento económico, y lo corrobora demostrando que los principales países asiáticos han mantenido en el largo plazo un tipo de cambio alto,a diferencia de los países de América latina que han tenido años de sobrevaluación, con fuertes devaluaciones periódicas, para pasar a retrasar el tipo de cambio y así sucesivamente.

Por ende es indispensable que el tipo de cambio, que es en definitiva la relación entre todos los precios locales con los del extranjero, permita cumplir con el precepto de Thirlwall, de que las exportaciones crezcan igual o más que las importaciones a lo largo del tiempo.

En la Argentina la fuerte devaluación inicial de la salida del plan de convertibilidad, permitió amalgamar trabajadores desocupados, máquinas paradas, y fábricas cerradas, al convertirse en una defensa natural ante la imposibilidad de importar por la suba sideral del dólar (nuestro referente cambiario), esto por sí solo benefició al mercado interno hasta que la tasa de incremento de los precios locales (inflación) fue superior a la tasa de ajuste cambiario.

La situación reseñada se agravó porque para ganar las elecciones nacionales y lograr la imprescindible reelección de la Presidenta de la Nación, y sabiendo la relación inversamente proporcional entre el poder adquisitivo del salario y el valor del dólar, hizo que se atrasara el tipo de cambio, que había crecido nominalmente solo un 4,7% en el año 2010 y 7,5% en el año 2011, pero que logrado el superior fin político de la relección, exigía, del punto de vista de la economía, que se retorne a las variables e instrumentos del kirchnerismo original, con una moneda nacional competitiva y con medidas que paliaran ese ajuste del valor de las divisas 

Cepo cambiario 

Ante la necesidad de controlar el tipo de cambio, nace el mal llamado “cepo” cambiario, que formaba parte de un plan más amplio que consistía en un importante ajuste cambiario, y en la creación de instrumentos de ahorro como el CEDIN (Certificado de Inversión) para canalizar las inversiones en la construcción y en el mercado inmobiliario, y el BAADE (Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico) para financiar obras energéticas, en el marco del blanqueo de capitales que puso en marcha el Gobierno Nacional, pero que una cosa era con un dólar oficial a $ 4,30.-, y otra muy distinta con un dólar a $ 6.-, que debía ser, según el plan, el nuevo tipo de cambio desde el 1 de enero de 2012 (Y que no pasó). 

Mediante el “cepo cambiario” el kirchnerismo determina que todas las divisas deben cambiarse por nuestra moneda en nuestro país, esa estrategia terminaba con la postura de la convertibilidad y de las políticas liberales que la divisa le pertenece al exportador o a quién la trajera a la Argentina cualquiera sea la forma. Esa postura es refrendada y generalizada tras las triunfantes elecciones del 23 de octubre de 2011, donde se implementaron las primeras medidas de control de cambio, que consistió que todas las sucursales de los bancos y de las casas de cambio autorizadas a operar en cambio, debían tener una terminal de la AFIP, para comprobar la existencia real del comprador, que la compra tenga relación con los ingresos declarados, y con los pagos al fisco. 

Esto se fue profundizando de manera tal que a mediados del año 2012, quedaba diagramado el control cambiario en: 

Limitar las importaciones a lo imprescindible (esencialmente permitir para la producción y limitar para el consumo) 

Limitar las transferencias al exterior de utilidades y atesoramiento 

“Pesificar” la economía Argentina, limitando al máximo las transacciones corrientes de divisas dentro del país (pago de pensiones del exterior, obligación de depósitos para viajar al exterior, compra de inmuebles, y otros bienes, etc.) 

Se restablece la obligatoriedad en el ingreso y negociación en el mercado único y libre de cambios de la totalidad de las divisas de las exportaciones petroleras, de gas natural y licuado y de productos mineros (cosa que no pasaba en el país desde la presidencia de Arturo Frondizi en 1959, que por ejemplo le permitían a los petroleras y mineras liquidar hasta el 70% de sus operaciones en el exterior, sin traer un dólar al país). 

Prohibir la compra de dólares contados o billete para atesoramiento. 

Se eliminaban también las facturas y se limitaba el uso del cheque en dólares para operaciones con el exterior 

Se controlaba la compra de dólares para transferir al exterior (Las operaciones de compra de títulos y acciones en el mercado local para ser vendidos en el exterior en divisas, lo que se conoce como contado contra “liqui”) 

Se cobraba un adicional del 15% (luego ampliado al 35%) de las compras con tarjetas de crédito, de débito y por internet al exterior (deducibles del pago de los Impuestos a las Ganancias, y a Bienes Personales. Si no se paga ese tributo se puede, previa presentación en la AFIP, recuperar ese porcentaje). 

El control cambiario tenía como objetivos: 

El ahorro de divisas, un mayor control fiscal, y desalentar las compras del turismo local en el exterior. 

Se evitaba el ahorro en dólares, con la pretendida ambición que los pagos en dólares deberían volcarse a la inversión o al consumo 

Se fortalecía la demanda de bienes y servicios 

Se adelantaban gastos (que incluyen las políticas de recomposición de stock) 

Se incrementaban los depósitos y otras formas de ahorro en pesos (al quedar descartado el ahorro en divisas) 

Pero al partirse de un tipo de cambio muy bajo, más el fuerte peso de las empresas extranjeras y la persistente fuga de capitales de nuestro país, lograron revertir los objetivos, entonces en lugar de que el denominado por los grandes medios “cepo” cambiario, forma de denigrar la palabra control, dado que el cepo es o bien un instrumento de inmovilización y de tortura, o el cepo de caza para inmovilizar siempre cruelmente los animales, o el cepo a la rueda de los automóviles para obligar a su tenedor a pagar por “liberarlo”, entonces en lugar de ser un instrumento del Estado para frenar la salida de divisas, se convirtió en una restricción para el ingreso de las mismas. 

Ante el no cumplimiento del plan original (de control y ajuste cambiario), no se pudo retornar a los superávit gemelos (comercial y fiscal), y el BCRA debió con parte de sus reservas internacionalesafrontar el desendeudamiento, a la vez financiar al Tesoro de la Nación, y a partir del año 2013, y por no haber ajustado el tipo de cambio, sostener el déficit de la cuenta corriente (por U$s 13.277 millones), de manera tal que las mismas disminuyeron en U$s 21.603 millones en tres años, pasando de U$s 52.132 millones el 30/12/2010 a U$s 30.529 millones el 03/01/2014. 

Desvirtuado el control cambiario se genera un mercado paralelo, denominado “blue”, que pasa a ser un medio propagador de expectativas desaforadas de crecimiento del valor de la divisa, donde ya no prima lo económico o técnico, sino que genera un ingreso ficticio por la desvalorización de la moneda nacional y con ello del trabajo y los activos locales. 

Esto es tan así que hace que el valor esperado del dólar futuro sea mayor que el de las tasas pasivas de interés,e incluso obliga al BCRA a pagar tasas más altas en los cortes de las letras y notas (Lebac y Nobac) que la tasa badlar que es la remuneración para los depósitos de un millón y más en pesos, lo que genera un pingue y seguro negocio para los bancos, por ejemplo el martes 16 de septiembre 2014 se colocaron los títulos del BCRA a una tasa del 26,8% para 90 días y del 29,3% para 364 días, cuando la badlar (con la que se financian los bancos) es del 21,7% anual, todo para evitar que se acreciente el flujo de recursos al dólar paralelo. 

Incluso las flexibilizaciones que se le fue haciendo al “cepo” cambiario de permitir la compra hasta U$s 2.000 por mes y por persona, implica un negocio en que compran a valor oficial ($ 8,48) y venden en el blue ($ 14,70.- para esa fecha 16/09/2014) aprovechando la brecha del 75%. 

Todo ese dislate no podía tener otro resultado que el de generar la brecha cambiaria entre el valor oficial y el blue, que hace que el gobierno presente un proyecto de ley de presupuesto 2015 donde estima que el valor promedio del tipo de cambio va a ser de $ 9,45 (solo un 11% mayor que el valor oficial actual), y que las exportaciones van a crecer hasta alcanzar la suma de U$s 82.420 millones en el año entrante, cuando se pondera que este año 2014 se venden productos argentinos al exterior por U$s 76.965 millones, yla Argentina en el año 2011 había logrado exportar por U$s 83.950 millones y en el año 2012 por U$s 81.205 millones, lo que está planteando serios problemas en el frente externo, agravado por las importaciones que crecieron desde el 2003 hasta el 2013 a una tasa promedio del 43% anual. 

La brecha cambiaria provoca un aumento desproporcionado de consumo de bienes dolarizados (electrónica, autos, turismo exterior), y retención de las exportaciones (lo corroboran las 27 millones de toneladas de soja en silos y silos bolsa del país), amén de una transferencia de los que tenemos ingresos en pesos (y cuanto más rígido peor) a los que tienen u obtienen divisas. 

Pero no solo no se dan las condiciones de Thirlwall, sino que no habiendo logrado solucionar el problema de la falta de divisas, se sigue insistiendo con políticas activas (fiscales y de tasa de interés), entonces la inconsistencia es más grave, que no se soluciona con solo corregir el dólar oficial, como se hizo a en enero del corriente del año(que lo que logró fue frenar el nivel de actividad entrando en una recesión importante y en una aceleración de la inflación, algo que el Gobierno debería entender cuando todavía se están pagando los costos de la devaluación de enero 2014). 

La solución debe ser global y parte más de la política que la economía, se debe acordar con los exportadores, con los importadores y con los bancos. 

Con los primeros se volvió a implementar la Circular “A” 3608 de mayo de 2002, que fijaba condiciones estrictas para la liquidación de divisas. El punto principal de esta circular que vuelve a estar vigente desde el 26 de setiembre 2014, dice que: “Los cobros de exportaciones de bienes y servicios deberán ser liquidados por las entidades al tipo de cambio de referencia informado por el BCRA para el día en que venció el plazo de liquidación. Si este tipo de cambio fuera mayor al correspondiente al de la fecha de efectiva liquidación, corresponderá aplicar este último”. 

Con los importadores se le redujo de U$s 300.000.- a U$s 150.000.- las importaciones automáticas, y se les planteó que si quieren importar además de la debida autorización de la Secretaría de Comercio, deben procurarse las divisas, con lo que se conoce como “contado contra liqui inverso”, vender títulos y acciones que cotizan en mercados internacionales y con esas divisas comprar en el exterior. En igual sentido van los swaps acordados con China y el que se quiere implementar con Brasil, dos grandes proveedores de insumos. 

Con los bancos no se puede hacer jugar las expectativas de depreciación de nuestra moneda (en el blue, según hacen constatar sus operadores, la tasa de incremento en lo que va del año fue del 50%, paso de valor $ 10,04 el último día hábil del año 2013, a $ 15,05 el miércoles 17 de septiembre 2014), no puede haber una tasa de interés mayor a ese ajuste, además de lo que significa sobre las expectativas inflacionarias y el descenso del poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones y pensiones, y demás ingresos fijos o semi fijos en pesos, implicando una transferencia de ingresos a favor de los que tienen u obtienen divisas. 

Si no se lo hace desaparecer, al menos se tiene que poner límites al “blue”. Para todo ello se necesita un Estado enérgico y decidido, que castigue severa y ejemplarmente a las cuevas cambiarias, a la doble contabilidad, al agio y a la especulación en nombre del bien general. Un Estado intervencionista con férreo control de la situación y fuerte seguimiento de los principales operadores en el comercio exterior y financiero, “somos pocos y todos nos conocemos”, por ende .se deben respetar y hacer respetar todas las disposiciones 

Todas las medidas deben ser acompañadas con una clara difusión de que es lo que pretenden los que elevan día a día el valor del “blue”, existe el Informe de la PROCELAC -Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos- sobre como operaron los mismos personajes en diciembre 2013 y enero 2014, y toda la historia de los últimos 35 años para saber que no tienen otro objetivo que valorizar sus tenencias en divisas en perjuicio de la economía nacional y el pueblo argentino, volvamos a decirnos la proclama de la Junta Tuitiva: Compatriotas: Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria; hemos visto con indiferencia por más de tres siglos sometida nuestra primitiva libertad . al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que, degradándonos de la especie humana, nos ha mirado como a esclavos; hemos guardando un silencio bastante parecido a la estupidez…”y obremos en consecuencia. 



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