7/29/2014

sobre la restitución de aportes patronales

Mínimo no imponible y restitución de aportes patronales del año 1994

La reforma neoliberal del sistema de seguridad social llevada adelante por Domingo Cavallo en 1994, no sólo dio vida la la monumental estafa de las AFJP; adicionalmente promovió una poda en los aportes patronales bajo la falsa promesa de generar más y mejor empleo, por lo que el sector privado dejó de aportar al sistema transformando en tasa de ganancia empresaria el equivalente a 116.000 millones de pesos anuales a valores del año 2013.



Es materia de discusión la suba en el nivel de ingresos requeridos para pagar Impuesto a las Ganacias. De los principales preocupados por el tema uno es el Presidente de la UIA , Héctor Méndez y otro el Diputado  Ignacio de Mendiguren, ex presidente de la UIA, ubicado actualmente a la derecha de Méndez y hoy diputado opositor, integrante del bloque de FR.

Para contribuir a la discusión y vista la buena voluntad mostrada por el empresariado y a oposición para resolver la inequidad que implica el actual nivel de  presión impositiva para los trabajadores, plantearemos en esta columna una fuente alternativa de crecimiento poco considerada hasta el momento. 

Restitución de los aportes patronales a los niveles previos a la reforma neoliberal del año 1994 impulsada por Domingo Felipe Cavallo bajo la promesa de generar empleo y disminuir trabajo informal, promesa que culminara con 24% de desempleo y 55% de informalidad laboral, tras la crisis de la Convertibilidad en el año 2001.

Al respecto, en su interesante estudio "El sistema previsional argentino y su reestatización", Nuria Mendizábal despliega una mirada ajustada y crítica sobre su funcionamiento en el último quinquenio, su financiación, cobertura y niveles de actualización.

Finalmente sugiere la autora la restitución de aportes patronales a sus niveles previos a la reforma neoliberal de 1994 como medida de estricta necesidad gestiva para garantizar no solo solvencia fiscal al Estado Nacional, sino sustentabilidad al Sistema de Seguridad Social a mediano y largo plazo.  
Una discusión olvidada incluso por los sindicatos, siempre dispuestos a dar pelea contra el Estado opresor que rebana salario con impuesto a las ganancias (real), pero menos activos contra las patronales voraces que restan eficacia a la protección de los trabajadores (más real) .

Señala al respecto Mendizábal: 

"Sin desconocer la suma relevancia de un buen desenvolvimiento de la economía y del mercado de trabajo sobre los recursos de la ANSES, resulta de medular plantear la necesidad de revertir el otro aspecto central que acompañó- la reforma previsional del año 1994: la reducción de las alícuotas patronales. Una medida que no hizo más que desfinanciar al sector público y perjudicar a los trabajadores en beneficio de los sectores empresarios. En definitiva, un incremento efectivo de las alícuotas patronales, recuperando –al menos– el valor que tenían antes que se ejecutara en 1994 la reforma previsional, implicaría el ascenso del flujo de recursos mensuales del sistema de seguridad social. Además, permitiría una mejora significativa de la estructura distributiva argentina, aún profundamente desigual: en efecto, el proceso de expansión de la economía argentina durante la posconvertibilidad ha beneficiado, principalmente, a los grupos empresarios, con significativos incrementos en la productividad del trabajo en un contexto de costos laborales devaluados, incluso considerando la recuperación salarial de los últimos años.  Sin dudas, incluso reconociendo los cambios progresivos acontecidos durante los últimos años, el incremento de las alícuotas de las contribuciones patronales permanece como una cuenta pendiente."


Los gráficos a continuación muestran la evolución de los aportes patronales en las últimas dos décadas. 

ALÍCUOTAS DE CONTRIBUCIONES PATRONALES AL RÉGIMEN PREVISIONAL Y AL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL EN SU CONJUNTO 1991-2000 (PORCENTAJES)

ALÍCUOTAS DE CONTRIBUCIONES PATRONALES AL RÉGIMEN PREVISIONAL Y AL SISTEMA DE SEGURIDAD SOCIAL EN SU CONJUNTO 2001-2011 (PORCENTAJES)



En un estudio publicado en el año 2013, realizado por Alejandro Robba, Emiliano Colombo, Fernando Manzano y Frenanda Vallejos, economistas de La Gran Makro , se plantea el problema de la quita de aportes como lo que fue: Parte de la gran reforma previsional que, entre otras obras maestras del terror, creara las AFJP. Señalan los autores:

• Desde la sanción de la ley Nº 24.241, conocida como la reforma previsional, no sólo se dio a luz al sistema previsional mixto sino que también se modificó el financiamiento del régimen  jubilatorio.
  • Entre los cambios más significativos, se encuentra la reducción de las cargas sociales sobre el salario bruto.
  • Las contribuciones patronales totales al sistema que representaba el 33% en 1994, pasaron al 17,8% promedio hasta el año 2000.
  • A su vez, diversas normas subsiguientes rebajaron aun más dichas contribuciones, dependiendo de las zonas geográficas y el grado de desarrollo económico en el cual se insertaban las empresas.
  • Desde 2003 hasta la fecha, dichas contribuciones promedian el 13,3% contado al sector público y privado. En el sector privado, en el año 2012, las contribuciones alcanzaron el 15.3% 


Planteado el problema la simulación del impacto fiscal que tuvo la quita y en sentido contrario tendría la restitución aún parcial -exceptuando al Estado- de los niveles de contribuciones patronales previos a la reforma es contundente.
   


Como se observa solo en el año 2013 la simulación muestra que con los niveles pos reforma de contribuciones patronales privadas, el Estado Nacional dejará de percibir 116.803 millones de pesos.

Si se simula la restitución de aportes patronales privados en una magnitud menor a la que originalmente tenían antes de la reforma, sino tan solo del 5% y en algunos escenarios exceptuando e incluso disminuyendo el nivel de contribuciones de las pymes, se observa el nivel de recuperación de ingresos que supone para el Estado Nacional.


Fuente: estimaciones propias en base AFIP


Como se observa en el escenario dos, aún con suba de 5% en los aportes e incluso una baja del 2% de las contribuciones en empresas de menos de 100 empleados la recaudación cubre prácticamente el 90% del bache fiscal que supondría la elevación del Mínimo no Imponible a los niveles aceptables incluso por los representantes gremiales.

• Una suba del 30% en el mínimo no imponible (MNI) supondría que un trabajador soltero recién pasaría a tributar con un salario de $9020 y uno casado con dos hijos desde $12476.
  • Se estima en $15.000 millones anuales la pérdida fiscal por la implementación de la actualización.
  • El impuesto a la renta financiera del 15% sobre las ganancias de títulos, acciones, y dividendos apenas alcanzaría a $5.500 millones.
  • Existe por lo tanto una diferencia de gran magnitud para financiar la actualización del Mínimo No Imponible. 
  • Dejando atrás la introducción del impuesto a la renta financiera, se propone que las empresas de más de 101 trabajadores eleven la contribución al sistema jubilatorio que actualmente se encuentra en el 11% para así financiar la suba del MNI.

Como puede observarse, ese monto se obtiene apenas incrementando 5 p.p las contribuciones para este grupo de empresas. Sin embargo, existe un amplio abanico de alternativas que podría contemplar incluso reducciones en las contribuciones a las empresas de menos de 100 empleados para contrarrestar los posibles efectos sobre el empleo.

En conclusión, pareciera haber consenso sobre la necesidad de la suba en el Mínimo no Imponible, no así sobre las formas en que esta suba se financiará. 

La propuesta de gravar la renta financiera solo cubre un tercio del costo fiscal de la suba que se considera adecuada para satisfacer la demanda de los sectores sindicales que han recibido recientemente el apoyo explícito de la UIA en su reclamo a condición de que el empresariado no realice esfuerzo adicional alguno para que la suba se materialice.

En este contexto es pertinente repensar el nivel de aportes patronales existentes surgidos de la poda que supuso la reforma neoliberal del año 1994 y el consecuente desfinanciamiento estatal, típico del paradigma socioeconómico dominante en la década de los año 90 de gasto irresponsable y endeudamiento externo indiscriminado.

Revisar los niveles de contribuciones patronales sin perjudicar e incluso mejorando la posición fiscal de las Pymes parece ser una buena discusión acerca de nuevas fuentes de financiamiento estatal para quitar presión impositiva sobre los trabajadores de cuarta categoría, no es así? 

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