Más allá de la sensación de fin de ciclo que como la de inseguridad, crisis de empleo e inflación descontrolada instalan los medios opositores - y ahora por lo que se escucha también un sector del oficialismo -, la realidad no parece tomar nota de estas novedades.
Observemos lo ocurrido ayer en la práctica parlamentaria, que no parece mostrar los signos de la profundidad de la crisis del paradigma k, sin ir más lejos:
Observemos lo ocurrido ayer en la práctica parlamentaria, que no parece mostrar los signos de la profundidad de la crisis del paradigma k, sin ir más lejos:
Anoche se
votaron en el Congreso los proyectos para reabrir el canje de deuda y
para crear nuevos impuestos que permitan financiar en parte los cambios
en Ganancias; y la cosa siguió mas o menos como viene desde el 2003.
Acá Gerardo
lo enfoca en el caso de Massa y los legisladores que hoy le responden
en Diputados, pero el panorama es el mismo respecto a toda la oposición,
y en las dos Cámaras: el reflejo inmediato y de pálpito es oponerse a
cualquier proyecto o iniciativa que plantee el gobierno, aunque sea algo
que ellos hayan planteado antes.
Veamos por
ejemplo que los radicales (que acompañaron con su voto en general la
reapertura del canje), se opusieron en particular a la mayoría de los
artículos del proyecto del Ejecutivo; tal como hicieron en su momento
con la expropiación del 51 % de YPF (ver acá): ¿cómo hacés para bancar algo en general -o sea que acordás con la idea principal- y oponerte en todos los detalles puntuales?
El senador Cano
(UCR Tucumán) decía en el debate que no había razones para votar en
contra algo que su bloque venía reclamando (la reapertura del canje);
casi como si dijera "por más que buscamos, no hay modo de oponernos a
éste proyecto". Lástima que no hicieran el mismo razonamiento cuando se
disolvieron las AFJP o se votó la ley de medios; o anoche mismo, en la
votación en particular.
Siempre en el
Senado, el FAP se opuso lisa y llanamente, ya en la votación en general,
pero cada uno con argumentos distintos: Juez, por ejemplo, diciendo que
negociar la deuda externa es una atribución constitucional del Congreso
que debe recuperar y no delegar en el PE. Imagináte 257 diputados y 72
senadores, de 100 bloques distintos, negociando al mismo tiempo con los
acreedores externos del país.
Linares
planteando que así no se resolvían todos los problemas pendientes porque
falta arreglar la deuda con el Club de París, y Giustiniani planteando
una comisión bicameral que investigue el origen y la legitimidad de la
deuda; algo que no hicieron cuando fueron gobierno con la Alianza, donde
por el contrario la convalidaron e incrementaron en otros 42.000
millones de dólares con el megacanje y el blindaje.
Claro que
mientras Giustiniani planteaba anoche "la gran Pino Solanas", cuando los
mismos fondos buitres que ahora lograron un fallo a favor en EEUU
embargaron la fragata Libertad, Binner sostuvo que había que pagarles de inmediato, y al contado; y la UCR propuso mantener indefinidamente abierto el canje...
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