El viernes se reunieron los mandatarios del oficialismo en
Corrientes para apoyar al candidato peronista a gobernador en las
elecciones del próximo 15 de septiembre, el medallista olímpico Camau
Espíndola. Fueron a apoyar al gobierno nacional, y también a reafirmar
su rol dentro de la coalicion oficialista. Se reactiva, en forma
incipiente, la liga de los gobernadores.
Los gobernadores, recordemos, son uno de los pilares del poder
democrático en Argentina. En sus reuniones no se respira un clima
anti-presidencial. Por el contrario, uno de los objetivos principales de
la cumbre de los mandatarios provinciales oficialistas es apoyar al
gobierno nacional. Cosa que también han hecho, en forma unánime, en
ocasión del fallo adverso a la Argentina en el caso de los holdouts. No
obstante, tanto en el mecanismo mismo de las reuniones, como en la
retórica post-electoral, se observa algo novedoso.
Lo primero, es que se recrea una esfera de poder que, sin ser opuesta
a Cristina Kirchner o su gobierno, tiene autonomía. Los gobernadores
representan una parte importante de la coalición peronista, tienen
intereses propios, y una voz sobre el futuro político del oficialismo.
En una reunión de gobernadores, la figura de Daniel Scioli luce más.
Lo segundo, es que más protagonismo de los gobernadores promete una
campaña más local (y menos centrada en CFK) para las elecciones de
octubre. Esto sería todo un cambio respecto de la estrategia actual.
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