¿Qué hay de cierto sobre el 26% del oficialismo?
Nada. Por dos cuestiones fundamentales: Una, ya que basta relevar las Listas del "Frente para la Victoria" en cada Distrito de la República Argentina para concluir que supera el 29% de los "votos afirmativos". Y, dos, porque las fuerzas aliadas le aportan otro 2% al oficialismo.
¿Qué hay de cierto que los porcentajes definen bancas?
Poco. Porque -si bien guardan relación- no aplica para los totales nacionales sino Distrito por Distrito. Por ejemplo, chequeando restos del Sistema D'Hont para el ingreso de las últimas bancas en juego y según los guarismos dados: Al duodécimo escaño para el FPV en la PBA le corresponden 215.000 votos, mientras que el único del MPF (Movimiento Popular Fueguino) apenas precisa de 11.000 sufragios.
¿Qué hay de cierto sobre la pérdida de bancas oficialistas?
Nada. Porque -hasta computando todos los escaños obtenidos en 2009 que se renuevan en octubre- resultarían más los que ingresarían con el caudal de votos dado el 11 de agosto y, sobre todo, si consideramos las dos diásporas posteriores de esa camada de legisladores.
¿Qué hay de cierto sobre el triunfo opositor?
Algo. Porque sumar a Massa, De la Sota, Macri, Rodríguez Saá y otros referentes del PP (PRO Peornismo) resulta desatinado, puesto que se sabe prácticamente improbable que puedan encolumnarse en una sola fuerza con vistas a 2015. Análogo es pretender que Cobos, Binner, Carrió, Solanas, Stolbizer y demás expresiones del republicanismo sojialista puedan aliarse cuando el ego impedidor es lo único en común.
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