Se cumplen tres años de "El Avión Negro" la revista de La Corriente Peronista Descamisados de Córdoba en Unidos y Organizados. Para su número 15 que propone una evaluación de la década ganada y al que gentilmente me invitaron a colaborar, escribí este breve texto que comparto.
Comencé a trabajar con Néstor Kirchner en julio del año 2001, meses antes de las elecciones que indicarían con anticipación en el plano electoral, la inminencia de la crisis del neoliberalismo en nuestro país.
Para los más jóvenes, quiero recordarles que en aquellas jornadas ya emblemáticas, el ausentismo electoral, el voto anulado y el voto en blanco sumados fueron mayoría nacional por sobre el voto partidario.
Hubo una excepción notable a la regla que recuerdo muy bien y en perspectiva adquirió dimensión histórica. En aquellas elecciones de octubre de 2001 Cristina Kirchner fue electa senadora nacional por Santa Cruz por el 61,9% de los votos.
El sistema de representación político-partidario se derrumbaba y al mismo tiempo emergía una alternativa de gran anclaje provincial que se manifestaba por fuera del colapso generalizado. Sucedía un fenómeno casual o algún episodio atribuible a una jugarreta del marketing político? Nada de eso.
La nueva aparición del kirchnerismo a nivel nacional ya en los días de plomo, encarnado en la figura de la entonces candidata Cristina Kirchner mostraba a quienes quisieran ver que nada de lo que ya en democracia el neoliberalismo plasmó a nivel nacional en la década nefasta en que asoló la sociedad argentina, ninguna de sus calamidades sociales habían ocurrido en la provincia de Santa Cruz bajo el gobierno de Néstor Kirchner.
Mientras se desmoronaba el empleo que ya en 2001 se encaminaba a superar el 18% a nivel nacional, Santa Cruz mostraba siempre los índices más bajos en torno al 3% de la Población Económicamente Activa.
Al tiempo que el patrón distributivo se tornaba más y más injusto en el país, Santa Cruz mantenía la más baja brecha entre ricos y pobres , inalterada durante la década neoliberal , constituyéndose entonces en la provincia con mejor distribución de la riqueza y con menos cantidad de pobreza después de la Capital Federal.
Mientras la media de diferencia de ingresos en el país era de 30 veces en 2001 (entre el 10% más ricos y más pobre de la población) en Santa Cruz era de 11 veces. La más baja mortalidad infantil también acompaño hasta el final de su mandato la gestión del kirchnerismo en Santa Cruz, caracterizada un estilo de gobierno heterodoxo, que combinó fuerte inversión pública en infraestructura, vivienda, educación y salud, con rigor presupuestario.
Ese modelo de gestión, capaz de resistir los embates del neoliberalismo estaba en octubre del año 2001 desplegándose nacionalmente en silencio y ante la incredulidad del conjunto de los actores económicos, políticos y sociales, salvo el pueblo santacruceño, que sí sabía de lo que era capaz de realizar “Lupín”.
Lo cierto es que, como muchas veces lo señalan los gorilas para menoscabar al modelo nacional, finalmente sí a partir de mayo de 2003, Néstor Kirchner primero y Cristina a partir del año 2007 se propusieron “hacer lo mismo que en Santa Cruz”. Y para bien de la patria, lo hicieron!
Los logros de la década ganada son muchos y ya se comentaron demasiadas veces como para intentar originalidad pero, para ser claros, el Kirchnerismo recibió una toldería neoliberal y devolvió un país.
Señalemos algunos episodios de naturaleza socioeconómica emblemáticos (hay también y muchos logros institucionales, educativos y culturales) de esta tan inesperada como gigantesca tarea de reconstrucción nacional.
Baja del desempleo: Néstor Kirchner asumió con más desocupados que votos, 22% de respaldo electoral contra 24% de desempleo. Hoy con más de 4,5 millones de puestos de trabajo generados, la cifra es de menos de un tercio, 7,9%.
Baja en la pobreza. Desde mayo del año 2003 abandonaron la pobreza 16.000.000 de argentinos, el equivalente a toda la población de la Provincia de Buenos Aires.
La línea de indigencia por debajo de la cual los ciudadanos pasan hambre, al asumir Néstor Kirchner impactaba sobre el 27,6% de la población. Hoy el descenso es tan notable que en magnitud abandonaron la indigencia el equivalente de toda la población de Córdoba, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires y Tucumán.
La brecha entre ricos y pobres que al asumir Néstor Kirchner era de 35 veces, hoy es de 14 veces y el Coeficiente Gini que indica el nivel de concentración del ingreso ( valor cero igualdad absoluta y valor 1 inequidad total) bajó de 0,56 a 0,39 producto de la baja en la pobreza y la mejora de los estratos medios que se duplicaron entre los años 2003 y 2012, pasando de 9 millones de personas a 18.000.000 integrantes de la clase media, sector arrasado por el neoliberalismo y que paradojalmente aún mantiene en parte sus valores insolidarios como paradigma de vida.
Se duplicó la base previsional, donde había un jubilado en el año 2003 hoy hay dos y se logró la máxima cobertura previsional de Latinoamérica con el 96% de cobertura.
La deuda externa pasó de representar el 166% del PIB a menos del 40% hoy en tanto el PBI creció en promedio el 7,1 anual, el más alto crecimiento de la historia nacional y el más vigoroso de la región, por ejemplo, el doble que el de Brasil que entre 2003 y 2012 creció al 3,5% promedio anual.
Se desplegó la Asignación Universal por Hijo que transfiere a 3,4 millones de niños en 1,8 millones de hogares donde residen 7,2 millones de personas, un promedio $750 mensuales, equivalentes al 20% promedio del ingreso de los hogares para el 30% de la población de la base de la pirámide de ingreso, que es la población objetivo de este plan social.
La AUH resulta así el más importante plan de promoción social de la historia, que invierte el 0,6% del PBI por año, por caso el doble del plan emblema de la región, el “Bolsa Familia” de Brasil que invierte el 0,3% del PBI en su financiamiento.
Se desarmó el sistema de AFJP, un dispositivo de depredación ideado por el poder financiero que bajo la ilusión de mejorar los montos de la jubilación promedio y crear un “mercado de capitales” , desfinanció al estado al tiempo que se apropiaba del 30% de los aportes previsionales del trabajador en concepto de “comisiones”.
En la década ganada se actualizó de salario mínimo por sobre la inflación luego de 12 años de congelamiento, se relanzaron las paritarias que hoy llegan a 2000 a nivel nacional, mientras las jubilaciones y pensiones se actualizan automáticamente dos veces al año.
Se recuperó para el estado nacional y los provinciales el 51% del paquete accionario de YPF, se quitó autonomía al Banco Central reformando su carta orgánica y se lo transformó en una poderosa herramienta de política económica y finalmente se implantó el control de cambio que impidió la fuga de 20.000 millones de dólares anuales.
En fin, podríamos seguir, pero estimamos que utilizar más espacio sería abusivo y ocioso. Fuimos afortunados, a partir de mayo del año 2003 vivimos la mejor década desde mediados del siglo pasado cuando Perón y Evita pusieron los cimientos de la patria Justa, Libre y Soberana que el neoliberalismo se empeñó en destruir.
Los gobiernos de Néstor y Cristina pudieron revertir el ciclo de decadencia neoliberal y plantar a La Argentina con esperanzas de volver a ser uno de los países socialmente mejor integrados del mundo.
Por todo lo realizado y aquello que, si persistimos en el rumbo, seguro realizaremos, compañeros y compañeras, que no decaiga y ¡Nunca menos!
Para los más jóvenes, quiero recordarles que en aquellas jornadas ya emblemáticas, el ausentismo electoral, el voto anulado y el voto en blanco sumados fueron mayoría nacional por sobre el voto partidario.
Hubo una excepción notable a la regla que recuerdo muy bien y en perspectiva adquirió dimensión histórica. En aquellas elecciones de octubre de 2001 Cristina Kirchner fue electa senadora nacional por Santa Cruz por el 61,9% de los votos.
El sistema de representación político-partidario se derrumbaba y al mismo tiempo emergía una alternativa de gran anclaje provincial que se manifestaba por fuera del colapso generalizado. Sucedía un fenómeno casual o algún episodio atribuible a una jugarreta del marketing político? Nada de eso.
La nueva aparición del kirchnerismo a nivel nacional ya en los días de plomo, encarnado en la figura de la entonces candidata Cristina Kirchner mostraba a quienes quisieran ver que nada de lo que ya en democracia el neoliberalismo plasmó a nivel nacional en la década nefasta en que asoló la sociedad argentina, ninguna de sus calamidades sociales habían ocurrido en la provincia de Santa Cruz bajo el gobierno de Néstor Kirchner.
Mientras se desmoronaba el empleo que ya en 2001 se encaminaba a superar el 18% a nivel nacional, Santa Cruz mostraba siempre los índices más bajos en torno al 3% de la Población Económicamente Activa.
Al tiempo que el patrón distributivo se tornaba más y más injusto en el país, Santa Cruz mantenía la más baja brecha entre ricos y pobres , inalterada durante la década neoliberal , constituyéndose entonces en la provincia con mejor distribución de la riqueza y con menos cantidad de pobreza después de la Capital Federal.
Mientras la media de diferencia de ingresos en el país era de 30 veces en 2001 (entre el 10% más ricos y más pobre de la población) en Santa Cruz era de 11 veces. La más baja mortalidad infantil también acompaño hasta el final de su mandato la gestión del kirchnerismo en Santa Cruz, caracterizada un estilo de gobierno heterodoxo, que combinó fuerte inversión pública en infraestructura, vivienda, educación y salud, con rigor presupuestario.
Ese modelo de gestión, capaz de resistir los embates del neoliberalismo estaba en octubre del año 2001 desplegándose nacionalmente en silencio y ante la incredulidad del conjunto de los actores económicos, políticos y sociales, salvo el pueblo santacruceño, que sí sabía de lo que era capaz de realizar “Lupín”.
Lo cierto es que, como muchas veces lo señalan los gorilas para menoscabar al modelo nacional, finalmente sí a partir de mayo de 2003, Néstor Kirchner primero y Cristina a partir del año 2007 se propusieron “hacer lo mismo que en Santa Cruz”. Y para bien de la patria, lo hicieron!
Los logros de la década ganada son muchos y ya se comentaron demasiadas veces como para intentar originalidad pero, para ser claros, el Kirchnerismo recibió una toldería neoliberal y devolvió un país.
Señalemos algunos episodios de naturaleza socioeconómica emblemáticos (hay también y muchos logros institucionales, educativos y culturales) de esta tan inesperada como gigantesca tarea de reconstrucción nacional.
Baja del desempleo: Néstor Kirchner asumió con más desocupados que votos, 22% de respaldo electoral contra 24% de desempleo. Hoy con más de 4,5 millones de puestos de trabajo generados, la cifra es de menos de un tercio, 7,9%.
Baja en la pobreza. Desde mayo del año 2003 abandonaron la pobreza 16.000.000 de argentinos, el equivalente a toda la población de la Provincia de Buenos Aires.
La línea de indigencia por debajo de la cual los ciudadanos pasan hambre, al asumir Néstor Kirchner impactaba sobre el 27,6% de la población. Hoy el descenso es tan notable que en magnitud abandonaron la indigencia el equivalente de toda la población de Córdoba, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires y Tucumán.
La brecha entre ricos y pobres que al asumir Néstor Kirchner era de 35 veces, hoy es de 14 veces y el Coeficiente Gini que indica el nivel de concentración del ingreso ( valor cero igualdad absoluta y valor 1 inequidad total) bajó de 0,56 a 0,39 producto de la baja en la pobreza y la mejora de los estratos medios que se duplicaron entre los años 2003 y 2012, pasando de 9 millones de personas a 18.000.000 integrantes de la clase media, sector arrasado por el neoliberalismo y que paradojalmente aún mantiene en parte sus valores insolidarios como paradigma de vida.
Se duplicó la base previsional, donde había un jubilado en el año 2003 hoy hay dos y se logró la máxima cobertura previsional de Latinoamérica con el 96% de cobertura.
La deuda externa pasó de representar el 166% del PIB a menos del 40% hoy en tanto el PBI creció en promedio el 7,1 anual, el más alto crecimiento de la historia nacional y el más vigoroso de la región, por ejemplo, el doble que el de Brasil que entre 2003 y 2012 creció al 3,5% promedio anual.
Se desplegó la Asignación Universal por Hijo que transfiere a 3,4 millones de niños en 1,8 millones de hogares donde residen 7,2 millones de personas, un promedio $750 mensuales, equivalentes al 20% promedio del ingreso de los hogares para el 30% de la población de la base de la pirámide de ingreso, que es la población objetivo de este plan social.
La AUH resulta así el más importante plan de promoción social de la historia, que invierte el 0,6% del PBI por año, por caso el doble del plan emblema de la región, el “Bolsa Familia” de Brasil que invierte el 0,3% del PBI en su financiamiento.
Se desarmó el sistema de AFJP, un dispositivo de depredación ideado por el poder financiero que bajo la ilusión de mejorar los montos de la jubilación promedio y crear un “mercado de capitales” , desfinanció al estado al tiempo que se apropiaba del 30% de los aportes previsionales del trabajador en concepto de “comisiones”.
En la década ganada se actualizó de salario mínimo por sobre la inflación luego de 12 años de congelamiento, se relanzaron las paritarias que hoy llegan a 2000 a nivel nacional, mientras las jubilaciones y pensiones se actualizan automáticamente dos veces al año.
Se recuperó para el estado nacional y los provinciales el 51% del paquete accionario de YPF, se quitó autonomía al Banco Central reformando su carta orgánica y se lo transformó en una poderosa herramienta de política económica y finalmente se implantó el control de cambio que impidió la fuga de 20.000 millones de dólares anuales.
En fin, podríamos seguir, pero estimamos que utilizar más espacio sería abusivo y ocioso. Fuimos afortunados, a partir de mayo del año 2003 vivimos la mejor década desde mediados del siglo pasado cuando Perón y Evita pusieron los cimientos de la patria Justa, Libre y Soberana que el neoliberalismo se empeñó en destruir.
Los gobiernos de Néstor y Cristina pudieron revertir el ciclo de decadencia neoliberal y plantar a La Argentina con esperanzas de volver a ser uno de los países socialmente mejor integrados del mundo.
Por todo lo realizado y aquello que, si persistimos en el rumbo, seguro realizaremos, compañeros y compañeras, que no decaiga y ¡Nunca menos!
1 comentario:
gracias comandante!
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