5/18/2013

mauricio es macri o será capriles? la opo en uno de sus varios laberintos

La prevalencia de uno sobre otro construye liderazgos en política. Jamás un mandato moral tipo  "unámosnos que tiembla la república " puede suplir la hobbesiana y muy sana lucha de todos contra todos en la búsqueda de la anhelada supremacía de uno sobre el resto, si es que se quiere liderar un espacio político unificado sobre bases diversas.

Los caminos para la construcción de supremacía político electoral son variados en la viña del señor. En este análisis que sigue, Julio Burdman señala uno, asociando "prevalencia" a "nacionalización" , en el caso aplicable al Intendente Mauricio Macri , intentando desentrañar la estrategia ecuatorial, capaz de transformar un alfeñique de 70 kilos en "El" líder opositor.

Aunque, hay que decirlo,  Mauricio arrancó muy tarde - ya camino a los sesenta- , Capriles diez años menor, fue de pique el más joven diputado del parlamento veneolano - joven y golpista - y participó luego en mil batallas electorales , sin importarle demasiado si ganaba o no, lejos de Maurico cuyo destino Newman es ser un winner o no ser nada. Triunfó Capriles finalmente en Miranda y nunca tuvo grandes figuras nacionales con las que competir para liderar la opo , al menos no desde la caída de la IV República .


O sea Radonski no es ningú dolobu, digamos así, ausencia de boludez que se observa en su extenso curriculum, acá.

En esta perspectiva es acaso este de Capriles un fenómeno similar al de Macri? Jejeje. En fin unidad, unidad! en torno al Intendente porteño! Teléfono para Binner, De la Sota, Alfonsín, Lilita, Pino,Lozano, Altamira,el Colo, Felipe, Sanz y también Pitrola, sin ir más lejos. Podrá? May be, may be. 

Leemos a Julio Burdman en Analytica:


En medio de las fortísimas presiones que recibe la oposición para realizar alianzas entre partidos, "construir un Capriles" y contrapesar de esta forma el poder del oficialismo, Mauricio Macri tomó una medida que lo pone por delante del resto: firmó un DNU orientado a resguardar a Clarín en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Su alcance jurídico es discutible, ya que contradice leyes nacionales sin tener la autoridad para hacerlo.

Por ejemplo, un inciso del decreto mencionado sostiene que ningún funcionario público puede asistir a reuniones de directorios de empresas privadas en el ámbito de la Ciudad, pero hay diferentes leyes nacionales vigentes que amparan la presencia en este tipo de reuniones de funcionarios designados por el Estado, mientras éste sea accionista de una empresa, y el decreto no tiene jerarquía sobre dichas leyes. Más aún, algunos juristas del oficialismo creen que, sin proponérselo, Macri firmó un decreto funcional a los intereses del kirchnerismo, ya que al crear un conflicto entre Nación y Ciudad aceleraría los tiempos de la elevación de la Ley de Medios a la Corte Suprema, que es lo que el oficialismo busca.

Pero más allá de las implicancias legales del decreto, creó una expectativa política de orden electoral. En materia de política gestual, Macri realizó un inequívoco acercamiento a Clarín y se postula, de esa forma, en un aspirante decidido a ocupar el espacio vacante.

¿Qué se requiere para ello? En una interpretación libre, adaptada a nuestra realidad, podríamos decir que un Capriles argentino necesita un mensaje innovador y aglutinante, una alianza interpartidaria, el apoyo de la prensa opositora y ciertos sectores empresarios, y el liderazgo de una movilización populista. Mauricio Macri, un dirigente político que está asesorado por consultores que conocen de cerca el caso venezolano, ya cuenta con algunos de estos elementos. Su discurso más liberal no tiene la potencia ideológica del kirchnerismo, pero plantea una diferenciación coherente. Cuenta con un apoyo, aunque esquivo y condicional, de un sector del establishment argentino. Y con su decreto testimonial, sella una alianza emotiva con Clarín y otros medios opositores.

Sin embargo, a Macri le faltan elementos para convertirse en Capriles. El primero, y que esta jugada vuelve a reforzar, es su falta de implante nacional. Un problema que Capriles nunca tuvo. Las jugadas más audaces de Macri siguen siendo aquellas que lo encamaran como un líder porteño: la discusión por la autonomía, la puja por los fondos federales (es decir, con el 90% de los argentinos que no vive ni tributa en la Ciudad), la defensa del subterráneo, y ahora, la "porteñización de los medios", son eficaces batallas políticas para su reelección como líder de los vecinos de la Ciudad pero poco conducentes en la construcción de un liderazgo nacional, que trascienda las fronteras capitalinas.

La alianza con Clarín, sin dudas, es una movida consecuente con el objetivo de afianzarse como líder opositor. Porque ese liderazgo por default hoy lo ejerce, sin ir más lejos, el propio Clarín. Pero la nacionalización es la precondición de toda estrategia política opositora. 

El primer líder nacional opositor va a poder convencer a la sociedad opositora que está en condiciones de liderarla, y luego va a disfrutar de un efecto bola de nieve hacia la deseada caprilización: la confianza del establishment, la lealtad de los caceroleros, la capacidad de aglutinar públicos. La alianza interpartidaria llegará después, como algo inevitable. ¿Sirve, para ello, la porteñización mediática? La nacionalización, antes que el oposicionismo, debe ser la estrategia dominante de Macri y de cualquier otro aspirante al sillón de Capriles.

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1 comentario:

Barullo dijo...

Muy buenos los audios del programa, ¡felicitaciones!