4/21/2013

devaluación y votos: venezuela and beyond the infinite




Sobre las elecciones venezolanas y su balance crítico, leemos a Alfredo Zaiat: 

La última elección para presidente en Venezuela es un interesante ejercicio para evaluar cómo influye la política cambiaria en la estabilidad económica y la legitimidad de los gobiernos. El resultado de los comicios arrojó un triunfo estrecho de Nicolás Maduro sobre el candidato unificado de la oposición Henrique Capriles. 

El chavismo logró retener el poder perdiendo unos 700 mil votos en apenas seis meses desde el comicio anterior que eligió a Hugo Chávez para un tercer mandato. En la elección de octubre la diferencia fue de 10 puntos porcentuales, brecha que disminuyó a 1,6 punto con Maduro pese a que analistas electorales afirman que la muerte de un líder político, en este caso de amplio apoyo popular como Chávez, en general fortalece aún más la simpatía hacia el candidato oficialista. 

La crónica posterior, ya con el veredicto de las urnas, explicó ese retroceso de las adhesiones en el discurso oportunista de Capriles de prometer el mantenimiento de conquistas sociales del chavismo y en la menor calidad de la campaña electoral de Maduro al descansar exageradamente en la figura de Chávez como aglutinador de voluntades. Esta evaluación forma parte del manual explicativo de especialistas de marketing electoral y comentaristas políticos. 

El sociólogo Artemio López ofrece un dato complementario. Señala que otro factor relevante para comprender el resultado de las elecciones en Venezuela es que dos meses antes de la votación Maduro, como presidente a cargo por la enfermedad de Chávez, dispuso una fuerte devaluación de la moneda, al subir la paridad de 4,3 a 6,3 bolívares por dólar. Cotización que subió aún más para los importadores al mes siguiente cuando comenzaron las subastas para conseguir las divisas necesarias para abonar compras del exterior. 
 
De ese modo, previo a las elecciones, el gobierno chavista sin Chávez aplicó con liviandad asombrosa una fortísima devaluación. Como se sabe, estos tipos de ajustes son muy regresivos en términos sociales provocando un shock inflacionario y pérdida del poder adquisitivo de los sectores más vulnerables. El saldo en Venezuela de esa medida fue una elección reñida ganada por el oficialismo con la merma de miles de votos.

El chavismo está en condiciones de replicar que, pese a los costos de la significativa devaluación, igual triunfó en las urnas, que estaría expresando su fortaleza. Teniendo en cuenta experiencias latinoamericanas pasadas es un argumento consistente porque con los costos asociados a una fuerte modificación del tipo de cambio lo notable es que haya ganado las elecciones y no haya perdido aún más votos.

Las devaluaciones bruscas provocan debilitamiento de los gobiernos. Pierden consenso social por los aumentos inmediatos de precios, en especial alimentos y bebidas, derivados del ajuste cambiario. Ese retroceso de la capacidad de compra de la población si no es rápidamente compensado por subas salariales o transferencias monetarias perturba la estabilidad política. Existen varios antecedentes regionales que muestran el efecto de la caída en la popularidad de líderes que ganaron elecciones hasta casos que tuvieron que abandonar el poder por las consecuencias de una fuerte devaluación.

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