Atribuyendo todas las responsabilidades al señor Dios de los ejércitos, Pablo Bruera increíblemente aún sigue aferrado al sillón de la Intendencia de La Plata.
Leemos sobre una de sus tantas trapisondas en la Agencia Paco Urondo:
Cómo se gestó el vergonzoso tweet del “equipo de comunicación” de Bruera
Sumado a la triste catástrofe que aún azota a toda la ciudad de La Plata y sus alrededores, la gente continúa con mucha bronca por el accionar del intendente Pablo Bruera, en relación a su tweet sobre su supuesta ayuda en un centro de evacuados, mientras en realidad estaba de vacaciones en Brasil. Hoy volvió a justificar ese papelón echándole la culpa a su “equipo de comunicación”. ¿Quién es en realidad su “equipo de comunicación”?.
La foto y el polémico tweet del intendente en su cuenta oficial, @PabloBruera
Cuando empezó la lluvia cerca de las 17 horas, el hermano del intendente, el diputado provincial Gabriel Bruera recibió varias llamadas a su teléfono personal de distintos dirigentes políticos locales, quienes lo alertaban de la situación que en ese momento sólo imaginaban. “La cosa no viene bien”, le pronosticaron.
“Quedate tranquilo, esperá un ratito”, respondió el legislador a uno de los llamados, que comenzaron a ser cada vez más insistentes. Así, alrededor las 22 horas el teléfono volvió a sonar y en esta ocasión la contestación de Gabriel no fue la misma, ya que la situación por esos momentos era realmente alarmante, muy alejada de una simple tormenta fuerte.
“Está complicada la zona norte”, le dijeron, y él, con un tono de voz distinto a las réplicas anteriores, retrucó: “y no sabés cómo está el casco urbano”. A su lado había otra persona que a la vez recibía indicaciones del hermano del mandatario municipal, orientándolo por dónde conducir, ya que “si agarrás por ahí nos quedamos con el auto”.
Por ese entonces, las redes sociales estallaban de vecinos platenses que ya estaban sufriendo las primeras consecuencias de la feroz tormenta, con el agua que ingresaba a sus hogares, muchos de ellos sin luz ni agua.
En ese marco, los vecinos de varios barrios comenzaron a reclamar cada vez con más vehemencia que desde el gobierno municipal dieran algún tipo de señal, especialmente el intendente, que claro está, estaba ausente. “Bruera da la cara”, o “que aparezca alguien dela Municipalidad”, pedían con insistencia a medida que pasaban las horas y la desesperación por lo que pasaba afuera crecía.
En esos momentos, un móvil de TN por televisión mostraba detrás del periodista que aparecía en pantalla a un camión dela Municipalidad de La Plata del “Servicio 72 horas” que levantaba a vecinos varados en la calle y que en boca del chofer, “los estamos llevando a un centro de evacuados”, sin mayores precisiones. Esa escena se repitió hasta que claro, la tragedia se tornó inocultable.
El intendente seguía sin aparecer. El vocero municipal era el jefe de Gabinete platense, Santiago Martorelli, que anunciaba algunas primeras cifras de la catástrofe: 300 evacuados, mientras que la plantilla municipal cuenta con 9000 personas, o sea, un número insignificante.
Entonces, la decisión del “equipo de comunicación” oficial fue mostrarlo al intendente; sacarlo a la luz.
Quienes conocen el funcionamiento del poder en el bruerismo, saben muy bien que ese “equipo de comunicación” no tiene poder de decisión, y menos en situaciones como estas. O sea, que la decisión fue tomada por el círculo íntimo del jefe comunal. El ok final lo dio su hermano Gabriel.
Si bien Pablo dijo que el error fue de su “equipo de comunicación” y que por ende tomó las determinaciones del caso, echando a los responsables, quiere decir que en teoría el destinatario del castigo debería ser nada más y nada menos que su hermano Gabriel.
Y quienes están al tanto del día a día en el trabajo de gestión de la Municipalidad que encabeza Bruera, muchos dudan si el que toma las decisiones es realmente Pablo. Otros ni siquiera lo dudan, y aseguran que el encargado de todo es el diputado Gabriel. Un dato saliente es la nota que este último brindó al portal La Política On Line, en el despacho del mismísimo intendente.
El exceso de decisiones de Gabriel lo habrían llevado a cometer este garrafal error, que puede costarle el puesto a su hermano aunque éste haya negado su renuncia. O al menos, ocasionarle un grave costo político de cara a un futuro no tan lejano.
Pablo Bruera -que ha procurado mostrarse últimamente como ultra K, luego de lo que fue “la traición” en las elecciones legislativas de 2009 según los propios oficialistas-, hoy terminó quedando expuesto cuando se conoció que no estaba ayudando a las víctimas como se dijo en su cuenta de Twitter, sino que estaba vacacionando en Brasil, paradójicamente en el mismo lugar que el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri.
Por último, para sumarle aún un dato más a esta historia, al intendente se lo puede ver en su recorrida por La Plata durante el miércoles, vestido con una camisa similar a la de la foto del polémico tweet de la noche anterior, en donde teóricamente estaba ayudando en la ciudad; tal vez una primera estrategia para aparentar que realmente estuvo acá y no en Brasil –cuando aún no había estallado toda esta polémica-, o tal vez una pura coincidencia.
2 comentarios:
Hay algo mas Artemio, esto no es un fenomeno de la naturaleza extraordinaria que le pego a La Plata y a Macri la desidia o como pretenden algunos " el capitalismo" que si bien es cierto hay cosas criminales
Algunas preguntas
¿ quien carajo sabe que hace la direccion de hidraulica de la pcia?
se sabe quien es el criminal que hace el mantenimiento de la limpieza del cauce de los arroyos que hacen el desagote de la ciudad????
Murieron mas de cincuenta personas, la gran mayoria ancianos,encerrados en sus casas sin poder salir, murieron ahogados ...estoy como en shock
Otra cuestion con la ausencia de BRUERA no es que no tenga derecho a tomarse vacaciones; todos los que trabajamos tenemos derecho a eso y el cargo público también es un trabajo. Pero él se fue sin avisar al Concejo, sin pedir licencia y sin dejar a cargo a Javier Pacharotti, como debería haberlo hecho. Por eso la necesidad de "tapar" su ausencia cuando todo ocurrió y ese twitt trucho que le costó el trabajo al empleado de prensa.
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