3/09/2013

venezuela y argentina: economías complementarias y perspectivas favorables






Los vínculos comerciales entre Argentina y Venezuela son crecientes y la complementariedad de las economías de ambos países ofrece una perspectiva de mayor integración. Estructuralmente se justifica entonces el fuerte activismnoi nacional para el ingreso de la nación bolivariana al mercosur, que más allá de estricta justicia histórica, resulta de una racionalidad económica notable.

Leemos al respecto en Analytica


La figura de Chávez excede a la gravitación de la propia Venezuela en la región, una economía mediana en una zona emergente. Para la Argentina, el impacto económico de su muerte está vinculado al creciente comercio y a las continuas extrapolaciones de la situación económica venezolana al plano local.


Veamos. El PIB venezolano ha crecido a tasas considerables durante el gobierno de Hugo Chávez, excepto en los períodos 2002-2003 y 2009-2010. La principal causa de la primera recesión fue una huelga del sector petrolero, mientras que la segunda obedeció al desplome del precio del petróleo (-38% en 2009) producto de la crisis internacional.


El crecimiento de la economía y la articulación de las distintas políticas de distribución del ingreso tuvieron como resultado una fuerte reducción de la pobreza. Ésta alcanzaba al 42% de los hogares en el segundo semestre de 1999, cayendo al 26,5% en 2011. De igual forma, la pobreza extrema pasó de 16,9% a 7%.


Sin embargo, la economía que deja Chávez muestra algunas señales de alerta. La inflación, al igual que en los últimos treinta años, sigue en los dos dígitos. De todos modos, en 2012 el incremento en el nivel de precios fue de 20%, 7p.p. menos que en 2011.

A su vez, la fuga de capitales continúa siendo muy elevada (USD 33.000 M en 2011) mientras que el mercado cambiario paralelo mantiene una brecha de 300% con el dólar oficial. El déficit fiscal alcanzó 15 puntos del PBI el año pasado y la deuda púbica aumentó de 34% del PBI en 2009 a más de 50%.


Pero hay que resaltar que Venezuela no es ni será un espejo para nuestro país. En la Argentina el marco institucional es mucho más sólido, la estructura político-partidaria es bien distinta y la estructura productiva es infinitamente más compleja y diversificada. De hecho, hasta la presencia del estado en la economía es significativamente diferente. Venezuela ha avanzado durante los últimos años en diversas expropiaciones, por lo que una parte del aparato productivo pasó a manos del estado. En la Argentina, en cambio, se avanzó apenas con expropiaciones parciales, como la de YPF y de algunos servicios públicos privatizados, pero la estructura productiva es básicamente privada.


La inversión pública en Venezuela (medida en porcentaje del PIB) fue de 16,8% durante el período 2004-2010, mientras en Argentina sólo llegó a 2,5%. Por caso, en el área de viviendas, antes de la elección presidencial de 2012 Chávez lanzó un plan para construir tres millones de casas para 2018. Un objetivo sustancialmente más ambicioso que el PROCEAR argentino, el cual otorgará 400 mil créditos en 4 años, 100 mil para el período 2012-2013.


Es cierto que la Argentina, al igual que Venezuela, tiene un elevado nivel de inflación y que ambos gobierno ha vedado la imposibilidad de comprar dólares para atesoramiento, lo que provoca una gran brecha entre el mercado formal e informal de divisas. Pero estas similitudes no justifican una extrapolación directa.


En la relación bilateral, la Argentina supo utilizar las diferencias de perfil productivo para la expansión del intercambio comercial. Venezuela es, pero fundamentalmente será, una plataforma más que interesante para la penetración de las exportaciones nacionales. En el mediano plazo, la Argentina dejará de importar petróleo (volverá a ser autosuficiente) pero Venezuela seguirá demandando alimentos y productos industriales. Así lo entiende también Brasil, que agilizó el ingreso de Venezuela al Mercosur. Se trata de un mercado importante, con 30 millones de habitantes y un ingreso per cápita superior a US$ 11.000 anuales.


Además, se desarrollaron instrumentos efectivos para potenciar el comercio bilateral. Existe entre ambos países un fideicomiso que permite canalizar las operaciones sin utilizar divisas. Los montos correspondientes a las compras argentinas de hidrocarburos se afectan al pago, en nuestro país, de las ventas realizadas por los exportadores argentinos. Los fondos disponibles podían afectarse inicialmente a la compra de un listado determinado de productos argentinos (leche en polvo, carne bovina, aceite, pollo, arroz, porotos de soja y maíz, entre otros), pero en setiembre de 2012 se amplió el alcance a cualquier tipo de producto. También se suscribió un acuerdo de complementación económica mediante el cual a partir del 1° de enero de este año la Argentina ha otorgado el 100% de preferencia arancelaria en la totalidad de los productos venezolanos.


Por estos avances, el intercambio comercial bilateral se multiplicó por 6 desde 1999. Sólo el año pasado las exportaciones a Venezuela alcanzaron un valor de USD 2.264 M (+21%i.a.) mientras las importaciones fueron por USD 25 M (+5,4%i.a.). Como resultado el saldo comercial argentino con el país caribeño se incrementó en 21%i.a. (USD 2.239 M). Es importante remarcar que la importación de combustible venezolano que se realiza a través del fideicomiso no es computado por el INDEC. Estas importaciones son cercanas a usd 800 millones, por lo cual el superávit “verdadero” se vería reducido a poco más de la mitad.


Puesta en perspectiva, la muerte de Chávez no pone en dudas la continuidad del crecimiento en el comercio bilateral. Las determinantes del intercambio van mucho más allá del vínculo con el mandatario.


Sin embargo, de aquí en adelante, será más complejo el avance en nuevos convenios comerciales al ritmo que se venían registrando hasta 2011. De hecho ya en 2012 se paralizaron distintos proyectos producto de las elecciones y el avance en la enfermedad del mandatario. Además, el presidente electo deberá enfocarse –en una primera etapa- en consolidar su estructura de poder interno y corregir los desequilibrios de una economía con margen de maniobra acotado. Sin bombas de tiempo activadas, pero con numerosos frentes de vulnerabilidad.


En el plano internacional, y fundamentalmente regional, no habrá luna de miel. Venezuela ocupará la presidencia pro-témpore del Mercosur en el segundo semestre de 2013, lo que seguramente jugará en favor de los intereses nacionales. La Argentina ha sido un actor central en el proceso de integración de Venezuela en el bloque.

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