3/18/2013

el papa francisco y la tercera posición




NUEVO PAPA
 
MI ALEGRIA Y ESPERANZA EN FRANCISCO
 
“Ni Yanquis ni Marxistas, Peronistas”
 
Eduardo Di Cola*
 
La fortaleza económica-militar, la carrera armamentista, el peso de las grandes corporaciones en manos privadas o del estado, la influencia que ello provocaba en los ámbitos de generación de ideas y pensamientos y la infiltración ideológica, operaban para la lógica del fortalecimiento bipolar en el mundo post Segunda Guerra Mundial.
 
Era el mejor negocio para Estados Unidos y la entonces URSS. Se repartieron el mundo, avasallaron soberanías e identidades culturales. A través de la guerra fría mantenían un equilibrio inestable tomando la precaución que si en alguna circunstancia se transformaba en caliente fuera lejos de sus fronteras.
 
Cualquier intento ideológico de generar visiones distintas era rápidamente estigmatizado por ambos bandos simultáneamente. Los capitalistas los acusaban de comunistas, y los comunistas de nazis y fachos.
 
Lo cierto que tanto para los países periféricos de la cortina de hierro como para los de este lado del mundo la realidad era la misma. En ambos nos necesitaban como proveedores de energía y alimentos baratos, además de abrir nuestros mercados internos para sus productos industrializados. En otras palabras, en aras de sus propios desarrollos impedían el nuestro.
 
La guerra fría era la excusa perfecta de las dos superpotencias para intervenir en la vida interna de los países de sus respectivas áreas de influencias. Lo hacían a través de sus aliados domésticos o invadiéndolos directamente.
 
En ese escenario internacional nació el Justicialismo como Tercera Posición. En un mundo que se dividía en capitalistas y comunistas, los justicialistas no éramos ni lo uno ni lo otro. Consideramos al capitalismo como la explotación del hombre por el capital y al comunismo como la explotación del individuo por el Estado.
 
Para el Justicialismo el hombre no es un individuo aislado y manipulable, ni un instrumento dentro de un gran y perverso engranaje colectivo, sino que es un ser que vive en sociedad, que libremente se desarrolla, constituye su familia, las sociedades intermedias, el Estado y sus asociaciones.
 
En el orden económico, la Tercera Posición es la liberación de los extremos perniciosos, como lo son una economía excesivamente libre y otra excesivamente dirigida, para adoptar un sistema de economía social al que se llega colocando al capital al servicio de la economía y la economía al servicio del hombre.
 
En ese escenario no era casual que una de nuestras consignas fuera: “Ni Yanquis Ni Marxistas, PERONISTAS”. Cabe recordar que buena parte de la doctrina Justicialista encuentra fundamento en la Doctrina Social de la Iglesia.
 
Para el marxismo “el hombre es el ser supremo para el hombre”, lo que implicaba el fin de todas las religiones. En ese sentido Marx sostenía: “la religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, el espíritu de una situación carente de alma. Es el opio del pueblo”. En igual sentido Engels explicaba que cuando la sociedad adopte el socialismo y tome posesión de todos los medios de producción utilizándolos en una economía planificada, se eliminará la esclavitud económica de la clase obrera y la religión misma desaparecerá.
 
La realidad marcó que enormes masas de trabajadores adhirieron al marxismo obligando a intelectuales de la Iglesia a reconocer que se habían dado las condiciones por el abandono moral y religioso de la iglesia frente al liberalismo.
 
En ese mundo bipolar la Iglesia debió defenderse del ateísmo marxista. Sus principios fundantes y el propio instinto de supervivencia la condujo a que naturalmente se alineara en el único lugar que podía hacerlo. Pero también es cierto que generó en sus máximas expresiones una dirigencia y un sistema de recambio de cuadros que en sus cúpulas terminó demasiada comprometida con un sistema económico social que nada tiene que ver con su Doctrina Social. 

En muchos lugares fueron funcionales del capital concentrado multinacional aliados a minorías oligárquicas locales, confrontando con movimientos nacionales que a la par de operar como un freno al marxismo, encontraban en la doctrina social de la iglesia a unos de sus fundamentos ideológicos, por ej. el peronismo en nuestro país. Esta situación lamentablemente se repitió en Latinoamérica.
Naturalmente no fueron todos, me estoy refiriendo a parte de un grupo dirigencial que tenía la mayor responsabilidad de decisión.
 
La caída del muro pasó desapercibida para esa dirigencia. No han leído correctamente aún que el mundo bipolar ya es historia desde hace muchos años, y que ha habido un desplazamiento de parte del poder hacia la periferia. La Iglesia y el propio sistema capitalista enceguecido por la avaricia de la renta fácil lograda con la especulación, ya no están amenazados desde afuera. El marxismo ha dejado de ser el peligro. El enemigo está adentro.
 
Visto desde el marxismo había que derrotar a las religiones y al capitalismo.
 
Desaparecido el marxismo, al catolicismo y al capitalismo hay que salvarlo del neoliberalismo.
En el mundo y especialmente en Europa son millones los que se sienten abandonados en las manos de los intereses más mezquinos y concentrados que los destruye como persona y como Ser esencialmente social.
 
En definitiva, hoy la revolución debe ser en paz y en el marco de las ideas. La consigna es: “derrotar al neoliberalismo”.
 
La Doctrina Social de la Iglesia, el Justicialismo y La Tercera Posición que Perón nos enseñara hace más de sesenta años, son las herramientas con que contamos.
 
Esta es la gran esperanza que como creyente y católico practicante además de peronista, he depositado en el Papa Francisco.
 
*Diputado Nacional (MC)

2 comentarios:

hector dijo...

Las preguntas serian: Desde Juan Pablo II en adelante, la iglesia, ¿predica la doctrina social de la iglesia?. El Pacto Regan-Juan Pablo II ¿fue beneficioso para la doctrina social de la iglesia?.-

Unknown dijo...

Acá está el pensamiento de Francisco. Es el nuevo Juan XXIII http://bit.ly/1033m3L