1/02/2013

sanata y fe: cambalache




lo mortal

lo que se oye.
—oíd: el ruido de lo roto en el trono de la identidad
en
lo dignísimo.
—oímos
respondemos: el ruido de lo sagrado de lo unido en
lo dignísimo de
la identidad que se rompe...
Leónidas Lamborghini


Discepoliana cruzada , minoritaria por cierto en la que está embarcado este bloguete, intentando demostrar que en el mismo lodo todos manoseaos, sobrevivimos populistas de todo pelaje, buenos de toda bondad,  quienes cruzan cieguitos en todas las esquinas, cuidan glaciales, protegen ballenas, denuncian mineras a cielo abierto , garantizan los derechos humanos de los escruchantes , en fin  incasables curtidores de "lo dignísimo", en clave lamborghiniana. 

Republicanos abstenerse de distribuir el ingreso y respetar los derechos de octava generación entonces  porque sobre los mormones de la bota es que leemos en Nestornautas: 


Aunque el fenómeno sea  invisibilizado por los grandes medios nacionales hasta que estalla un escándalo como el caso Tognoli, en Santa Fe la oposición al kirchnerismo gobierna; y en consecuencia constituye un caso interesante para analizar, tanto la consistencia de ciertos discursos, como la eficacia en la gestión de aquéllos que se proponen como alternativa al proyecto que conduce Cristina.

El narcogate policial develó a la consideración nacional aspectos que los santafesinos conocemos sobradamente, como la política de seguridad del socialismo y su pacto de complicidad con las cúpulas policiales para permitirles un autogobierno; con los resultados conocidos. 

El último episodio en ese plano fue el veto de Bonfatti (titulado como "parcial", pero fulminando las tres cuartas partes del articulado) a la ley de emergencia en seguridad votada por la Legislatura, que no tuvo otro camino (ante la imposibilidad de conseguir los votos para rechazarlo) que aceptar las enmiendas propuestas por la Casa Gris, que perseguían un propósito central: evitar todo avance tendiente a la remoción de la actual cúpula policial (comandada por quien fuera segundo de Tognoli, y enfrenta a su vez una investigación por enriquecimiento ilícito), y fortalecer los controles políticos sobre la fuerza de seguridad provincial.

Lo que nos coloca en otro aspecto interesante para analizar de la gestión del socialismo que encabeza Bonfatti, más allá del discurso con el que su mentor Hermes Binner recorre los medios nacionales tratando de vertebrar una alternativa al kirchnerismo; y ese costado es el de la famosa "calidad institucional" y el respeto por las instituciones de la república.

Según el discurso del líder del FAP (a tono con el de los medios hegemónicos) aun el ejercicio por parte de la presidenta de atribuciones que la Constitución le reconoce como propias (como el veto a las leyes del Congreso, o la administración del Presupuesto) pueden caer bajo el sambenito de desbordes autoritarios, lesivos de la división de poderes, o lisa y llanamente, autocratismos chavistas, o cosa por el estilo.

También se nos dice que el gobierno nacional intenta avanzar permanentemente sobre la justicia, para presionarla no sólo en sus decisiones, sino para colonizarla ubicando jueces y funcionarios judiciales afines.  

Sin embargo Cristina en más de cinco años de gobierno ha vetado muy pocas leyes, sobresaliendo entre ellas la de glaciares (luego corregida con otro texto consensuado) y la del inviable 82 % móvil sin financiamiento alguno; hechura del famoso "Grupo A".

Por el contrario Bonfatti (con una Legislatura en la que la oposición controla ambas Cámaras, pero donde ha sabido tejer fuertes acuerdos, como lo demuestra la Fapnelco que lubricó la reforma tributaria y el Presupuesto 2013) apela a la herramienta del veto con cada vez más frecuencia, de un modo que sólo puede superar Mauricio Macri en la CABA, que ha marcado todo un récord en la materia.

Al caso ya señalado de la ley de emergencia en seguridad, hay que sumarle el de la ley que creaba una comisión bicameral para el control de la controvertida concesión de la Autopista Snta Fe-Rosario; y más recientemente, el veto a la ley que establecía la convocatoria desdoblada respecto a las nacionales, de las elecciones a cargos municipales y comunales que deben realizarse en Santa Fe éste año.

Al igual que pasó con los casos anteriores, Bonfatti al vetar las leyes apeló a la defensa de atribuciones constitucionales del gobernador, que se verían invadidas por la Legislatura; sin embargo y más allá de eso, lo cierto es que los vetos estuvieron dirigidos a defender las metas políticas del gobierno.

En el caso del desdoblamiento de las elecciones, los propósitos son claros: el socialismo busca unificar los comicios con los nacionales, procurando que la segura candidatura de Binner a diputado nacional traccione a sus candidatos a cargos municipales y comunales; para imponerse a sus socios radicales del Frente Progresista Cívico y Social  y mejorar sus perspectivas de cara a la discusión por la fórmula de gobernador y vice para el 2015.

Incluso el propósito declamado de mantener la polémica boleta única en los comicios locales (frente al sistema tradicional con que se harían los nacionales), que se expresa en los fundamentos del veto, es dudosísimo desde el punto de vista jurídico; según lo manifestó en Santa Fe el Director Nacional Electoral Alejandro Tulio; lo que implica que, si el veto prospera (cosa bastante factible) se llevara puestas dos banderas caras al progresismo republicano: el desdoblamiento de los comiciones locales respecto de los nacionales, y el experimento de la boleta única.

Todo estrictamente en función de los intereses electorales del socialismo (no necesariamente de la alianza gobernante en la provincia, que comparten con los radicales y otras fuerzas menores), de un modo poco republicano y (al menos, a estar por el discurso de Binner) bastante parecido al de los clásicos populismos, que-según se nos cuenta- suelen ser los únicos que administran las instituciones a su gusto, paladar y conveniencia...

1 comentario:

Rizomantico dijo...

En torno a la imagen ilustrativa: esperemos que por lo menos Anibal retome el tema de la despenalización, porque sino va a desaparecer en medio de las batallitas partidarias.