La mirada de coyuntura de Analytica muestra los límites del discuros apocalíptico sobre el desborde del gatos, la inflación y la emisión monetaria descontrolada que normalmente pueblan los comentarios de analistas, medios y ( muy por detrás) políticos opositores.
Los datos de los últimos meses confirman que el gobierno mantiene
cierta coherencia en los trazos gruesos de la administración fiscal. No
hubo un “festival de emisión” para financiar gasto desbordado. Por el
contrario (como venimos señalando hace tiempo, ver “Gasto moderado, ¿Hasta cuando?”, Analytico #188)
el gobierno exhibe una importante dosis de pragmatismo, al priorizar
mantener sus cuentas relativamente ordenadas aún a costa de sacrificar
el estímulo para un mayor crecimiento.
Veamos. La mejora de la actividad económica se está traduciendo en
una aceleración de la recaudación, que pasa de crecer 22% en el segundo
trimestre a 28,6% en noviembre (proyectábamos 28% para el último
trimestre). Es significativo el repunte en Ganancias y Seguridad Social,
en tanto que se mantiene el ritmo de los tributos asociados al consumo y
al comercio exterior. Este último capítulo ratifica cierta relajación
en los controles a las importaciones de los últimos meses.
El gasto primario, por el contrario, exhibe signos claros de
moderación. En el primer semestre, en el marco de una economía anémica,
el crecimiento de las erogaciones fue de 32,2% mientras que entre Julio y
octubre se redujo a 23,8%. Este brusco ajuste fue logrado reduciendo la
inversión real directa y las transferencias de capital a las
provincias. La moderación también llegó a las transferencias del sector
privado, básicamente subsidios (energía y transporte).
La contracara de esta ortodoxia se observa en el componente social
del gasto (salarios públicos y seguridad social) que acumula una suba de
37,5%. El gobierno nuevamente prioriza la contención social y utiliza
la inversión como variable de ajuste. De esta forma, mantiene atizado el
consumo, sacrificando potencial de crecimiento futuro (por los menores
gastos de capital).
A partir de este cambio de tendencia fue posible contener el ritmo de
emisión monetario necesario para compensar el rojo fiscal. En lo que va
de este año los adelantos transitorios del BCRA aumentaron $ 36.000 M,
de los casi $ 70.000 Millones que podrían haberse captado utilizando el
máximo de asistencia posible.
Recordemos que con la modificación en la Carta Orgánica de marzo
pasado se generó un colchón adicional de financiamiento por $ 54.000 M,
que se sumaron al margen que otorgaba el límite anterior a la reforma $
16.000 M.
Si bien se espera que el rojo fiscal de diciembre consuma una parte
de este margen de $ 34.000 todavía disponible, resulta evidente que el
gobierno busca reservar margen de maniobra. Además, aunque no lo
reconozca, también busca moderar las presiones inflacionarias. No es
casual que en los últimos meses hayan confluido ajuste de gasto, cierta
moderación en la emisión y subas en las tasas de interés.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario