11/07/2012

pensar el 8n: nadie entre muchos


                           

Por Eduardo Román Di Cola, Diputado nacional (MC) 

En la nota anterior ... hice una semblanza del 8N, poniendo énfasis en la deserción de los dirigentes opositores y las consecuencias negativas que esto tiene en general para el país, y en especial para los argentinos que no compartiendo el criterio del gobierno no encuentran dirigentes ni esquemas ordenadores que los contengan. 

En el marco de los bien intencionados, continuando con el análisis, a Ud. como ciudadano libre le asiste el derecho de participar de cuanta manifestación crea conveniente. 

Ahora bien, entiendo que ante la ausencia de propuestas políticas claras debería preguntarse a que intereses le está resultando funcional. 

Advertir que hay muchos que incentivan su participación pero no de cualquier forma. 

Al no estar convocado desde una concepción común que a manera de hilo conductor lo integre a un colectivo social, es importante para los portadores de fines inconfesables, que Ud. asista pero que no se exprese. 

Necesitan que no se identifique en sus ideas. En lo que en esencia piensa. Que aunque sea por un instante deje de ser lo que es. 

Que Ud. sea “nadie entre muchos”. Lo quieren enojado y molesto. 

Lo necesitan, pero de determinada forma y con cierta actitud. 

Lo quieren en multitud, pero siendo “Nadies” y “Sinideas”. 

De esa forma podrán disimular las profundas diferencias en aspectos centrales que hay entre los convocados, y así ellos manipularán el sentido de la protesta. 

Es la forma como las corporaciones tienen para utilizar en su favor la significancia de la movilización. 

En el “silencio de los Nadies, y Sinideas” es como pueden dirigir su interpretación hacia dónde a ellos les interesa. Siempre con destino, incluso, contrarios a sus intereses. 

Ellos están acostumbrados a que durante muchos años su poder se desplegara en escenarios de debilidad política, que obviamente ellos provocaban. 

Necesitan manipular el sentido de la disidencia, generar el vacío de poder político para sacar ventajas en su beneficio. 

Lamentablemente la oposición ya fue víctima de esta estrategia dejándolo a Vd. sin representación y al sistema republicano sin una posibilidad real de alternancia. 

En este contexto de defección y dispersión política en la oposición, es menester que se pregunten: 

¿qué nos estaría pasando como país si no tuviéramos un gobierno que reconstituyó y continúa garantizando el principio de autoridad detrás de un proyecto político que se lleva adelante? 

¿Qué sucedería si esa mayoría que hoy nos sentimos representados en el oficialismo, estuviéramos sin representación, desorganizados y sin contención? 

¿Quién garantizaría la gobernabilidad si el oficialismo se comportara con la misma actitud individualista y disociadora de la oposición? 

Y fundamentalmente: 

¿Quiénes y que intereses estarían realmente gobernando, con independencia de quien fuera presidente? 

Puede participar del 8N, tiene legitimidad para hacerlo, incluso imbuido de sus mejores intenciones. 

Pero téngalo en claro: el sentido de su participación será manipulado por los intereses contra los cuales el gobierno confronta en beneficio suyo y del país.

1 comentario:

Diego Quiles dijo...

ya lo dijo el periodista independiente Dr. Nelson "sería mejor que los políticos no vayan"

curioso

es espontánea (je), apolítica

no pueden hablar con periodistas

sólo se puede ir con rabia a una convocatoria de ese tipo

si hasta otro independiente como tenembaum se olvida de que la pando andará por ahí