10/20/2012

panorama económico: análisis de coyuntura y pespectivas


Las mejoras en las perspectivas socioeconómicas de cara al año 2013 son clave para imaginar el escenario electoral de mediomandato. 

En este sentido, a los malos augurios de los sabios comienzan a contradecirle datos de la realidad y consultoras no modeladas por el discurso noventista. 

Desde los estudios de Miguel Bein que supone un 5% de crecimiento para 2013, hasta perspectivas como las de Analytica que proyecta 3,4% de crecimiento para ese lapso . Al respecto, leemos el reciente análisis coyuntural y de perspectivas de Analytica.

Los datos recientes de actividad económica consolidan la posición de Analytica respecto de que ya se frenó la fuerte desaceleración del segundo trimestre, iniciando una etapa de recuperación entre julio y setiembre, y en una zona proyectada de crecimiento más acelerado hacia el último trimestre. 

Los brotes verdes están al llegar.

Veamos los datos sectoriales, comenzando por los más afectados por la fuerte desaceleración de la primera parte del año (industria y construcción). De acuerdo a la UIA, en agosto la industria volvió a caer (2.6% interanual), acumulando una retracción de 1.9% en 2012. Sin embargo, la de agosto es la menor caída desde abril y, además, el indicador creció respecto de julio (+1.9%). La realidad manufacturera mantiene una alta heterogeneidad, con marcados descensos en las producciones de de acero crudo, minerales no metálicos, metalmecánica y automotriz, mientras que textiles, caucho, plástico y varios sectores alimenticios continúan creciendo.

La violenta caída en la producción de acero crudo de agosto obedece, de acuerdo a la UIA, a las paradas técnicas de mantenimiento de varias firmas del sector, que afectaron la elaboración de laminados en caliente.

A su vez, los despachos de cemento, tras haberse recuperado en junio y julio, volvieron a caer violentamente en agosto (-16.5%), realimentando dudas acerca de cuán sostenible era la recuperación de la construcción. Sin embargo, la causa de la contracción fue meramente climática: en agosto llovió muy por encima de la media mensual, postergando las actividades de construcción.

La UIA estima que si se excluyeran las caídas en las producciones de acero crudo y de cemento, la actividad manufacturera hubiera descendido sólo 0.6%.

El emblema industrial de los 2000s, el sector automotriz, también tuvo un pobre agosto; su producción cayó 5.9%, afectada básicamente por las menores exportaciones. En este sentido, las señales que llegan de Brasil, el mercado casi exclusivo de los vehículos argentinos, siguen siendo ambiguas: en octubre las ventas totales en ese mercado vuelven a caer.

Por el lado de los servicios, el indicador de servicios públicos (ISAC) sigue reflejando variaciones positivas, aunque levemente más moderadas en los últimos meses. Los efectos de la desaceleración productiva casi no han repercutido en estos mercados (electricidad, gas, transporte, telefonía, peajes).

En el consumo masivo tampoco se observan efectos marcados de la menor actividad del primer semestre. La demanda de alimentos, a nivel nacional, medida por Consultora W, da cuenta de una escasa desaceleración hasta julio, en comparación con los elevados niveles de 2011, pero manteniéndose sostenida y lejos de “umbrales pre-crisis”. 

Las mejoras en los ingresos familiares desde mitad de año, por el cierre de las principales paritarias, y los aumentos en jubilaciones, asignaciones familiares y AUH se están volcando sobre el consumo masivo. La pesificación compulsiva, a su vez, presiona sobre la demanda de bienes durables (autos, electrodomésticos, línea blanca).

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