9/09/2012

forever young ...


Leemos en Página 12 a Nora Veiras, sobre la magnitud, orientación del voto de jóvenes entre 16 y 17 años: 

En este escenario se despliegan las lucubraciones sobre la utilización de ese voto juvenil. Artemio López, de la consultora Equis, apeló a los números para conjurar sospechas. “El padrón definitivo de octubre de 2011 fue de 28.915.030 electores. Se registraron como votantes efectivos 22.955.070 votos, lo que importa una participación del 79,8 por ciento. Con la inclusión de los ciudadanos de 16 y 17 años, se agregarían 2,1 millones de personas de las cuales votarían 1,4 millón –manteniendo el ausentismo promedio—. 

De los nuevos votantes, la radiografía social indica que el 25 por ciento es pobre, el 15 por ciento ‘ni ni’ (ni estudia ni trabaja) y el 53 por ciento todavía no terminó el secundario. Nadie sabe la dirección de ese voto. A nivel nacional es probable que el promedio de ese voto sea similar al voto de los más adultos. No hay que olvidar que ya votaron otro 1,5 millón de jóvenes de 18 a 20 años en octubre con similar preferencia que la media.” 

López realizó una simulación incorporando esos nuevos votantes y el Frente para la Victoria obtendría 700 mil votos más, esto es el 55,4 por ciento de votos efectivos, el Frente Amplio Progresista 250 mil votos más, 17 por ciento, y la Unión para el Desarrollo Social 150 mil votos más, el 11,3 por ciento. Claro que los guarismos se relativizarían teniendo en cuenta que el sufragio sería optativo para esa franja etaria.

 Roberto Bacman, del CEOP, descartó el argumento de la manipulación “porque puede ser tan cooptado por madurez, hábitos y conocimientos políticos un joven de 16 como de 18 años”. Bacman detalló que los jóvenes tienen por una cuestión demográfica más peso en el padrón: “El año pasado el segmento de 18 a 34 años representaba el 44 por ciento del electorado, con la incorporación a partir de los 16 representará el 47 o 48 por ciento. En el 2015, más del 50 por ciento del padrón va a tener de 16 a 34 años”. 

El titular de CEOP señaló que la cuestión demográfica fue significativa a lo largo de los años en el cambio del voto en Uruguay, donde a medida que se fueron incorporando los jóvenes, el Frente Amplio logró revertir la tradicional alternancia entre blancos y colorados. En la Argentina, señaló, “metiendo a estos chicos a votar no vas a ganar una elección. Una elección se gana o se pierde por otros factores, no por meter más votantes. 

Esto no es como la incorporación del voto femenino, que implicó casi duplicar el padrón”. Coincidió con López en que “si uno analiza a quienes votaron a los 18 años en octubre del año pasado, no hay ningún segmento objetivo que esté muy arriba del 54 por ciento. Los jóvenes votaron muy similar al promedio, quizá con una tendencia un poco por encima a favor del kirchnerismo. En las encuestas de imagen, los más jóvenes sí son los que tienen la imagen más positiva de la Presidenta, destacan la inclusión social y tienen una imagen negativa en general de la oposición”...

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