Mientras en Argentina hasta el Banco Mundial reconoce para este año un crecimiento estimado del PBI del 2,2% de piso, es interesante repasar la situación de la eurozona, estragada por el ajuste ortodoxo impulsado por el BCE.
Se trata del fracso estrepitoso del mismo paradigma teórico ( llamémosle así) que, adaptado al dulce de leche, replican localmente como superación del modelo populiusta/ clientelar los gurúes argentos. Leemos en Analityca:
Los datos de la actividad económica del segundo trimestre confirman
que la crisis europea se está profundizando. Desde hace tiempo venimos
señalando que el análisis de la situación en el viejo continente se está
concentrando demasiado en el rescate del sector financiero. El problema
de fondo es que el Banco Central Europeo y la elite política están
focalizando sus respuestas en los problemas de los bancos y no están
atendiendo las necesidades del sector real que espera ver creación de
puestos de trabajo, seguridad económica y ciertos márgenes de
estabilidad.
En este sentido, el diagnóstico es preocupante. La zona euro está
dividida entre economías que se mantienen relativamente estabilizadas
(core), aunque con bajo crecimiento, y aquellas que han entrado en un
profunda y dolorosa depresión, básicamente en la periferia.
Dentro del core, en Alemania se está moderando la expansión y la
demanda se presenta mucho más anémica. Que la locomotora de Europa se
desacelere no sólo impacta en la actividad regional sino también genera
una presión adicional en la competitividad de la periferia. Si no hay
algo de inflación en Alemania, el ajuste debería darse con mayores
presiones deflacionarias en el resto de los países.
Léase, menos
actividad y más desempleo. Y es poco probable que Alemania vaya por el
camino de más inflación…
En Francia, en tanto, el consumo está débil, la producción industrial
estancada y las encuestas de confianza y consumo de servicios empeoran.
En línea con esto, los indicadores laborales se están deteriorando.
En la periferia el panorama es mucho más preocupante. En Italia, la
actividad industrial está en los niveles de la crisis de 2009, la
ventas minoristas se muestran extremadamente débiles y la confianza del
consumidor resulta incluso más baja que en 2008.
En España las cifras son sorprendentes. La industria ya se ubica en
los niveles de principios de los 90´s y el sector de la construcción, el
motor del “milagro español”, atraviesa una produnda depresión. El
número de viviendas desocupadas crece, al igual que los “sin techo”. La
demanda laboral sigue muy deprimida y se está gestando una suerte de
“generación perdida” por el masivo desempleo entre los jóvenes (50%). La
foto es más oscura aún si se suma el empeoramiento de la situación
financiera a partir del freno en el crédito y la fuerte salida de
depósitos, hacia bancos alemanes en su mayoría.
Por último, Grecia continúa en caída libre, con cuatro años de
recesión en la industria (30% acumulado) y con ventas minoristas -en
términos nominales- por debajo de los niveles de 2008.
Hay muchos motivos para que crezca el escepticismo respecto del
proyecto Euro. Si las sociedades no están satisfechan con los hacedores
de política supranacionales, legítimamente van a exigir un aumento (y
no ceder) en la autonomía y retornar a las políticas económicas
nacionales.
Efectivamente está es la tendencia que emerge no sólo en la
periferia sino también en Francia e incluso países que hoy están fuera
del Euro, como Inglaterra.
Dados estos factores y la actitud miope de los gobiernos que insisten
con recetas de austeridad fiscal, nuestra percepción es que la
debilidad de la zona Euro va en aumento. Lo que es peor, la
profundización de la crisis en la periferia seguirá erosionando a ritmo
creciente el apoyo al proyecto continental.
1 comentario:
http://www.dailymail.co.uk/news/article-2189628/Finland-prepares-break-catastrophic-eurozone-causing-misery-millions.html
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