Uno de los argumentos desplegados por los gurúes respecto a la economía nacional es su característica de cerrazón decimonónica. 
La Argentina es para los sabios "una economía cerrada" que , para colmo,  cada día se cierra más, contracara de la deseada " integración al mundo" , que obviamente tampoco estaría sucediendo a pesar del despliegue ampliado del Mercosur, la Unasur, la Celac que no son parte "del mundo" de nuestros think tank, desde ya . 
Sin embargo, a poco de analizarlo, el encierro económico parece ser apenas otra falacia del dicurso de la opo que agita la corpo topodospo lospo dipi aspa, tratando así de ganar la "batalla cultural".
Pues bien, apenas buscando un honorable empate, como es nuestro conservador estilo, es que leemos en el Newsletter de Analytica
Sin embargo, a poco de analizarlo, el encierro económico parece ser apenas otra falacia del dicurso de la opo que agita la corpo topodospo lospo dipi aspa, tratando así de ganar la "batalla cultural".
Pues bien, apenas buscando un honorable empate, como es nuestro conservador estilo, es que leemos en el Newsletter de Analytica
En julio el déficit comercial argentino con Brasil cayó 70% i.a., en 
línea con la tendencia iniciada en octubre de 2011. Las exportaciones a 
nuestro país, que en los primeros siete meses fueron de USD 10.300 M, 
cayeron 17% respecto de 2011. 
El factor determinante de esta mejora de la balanza comercial 
argentina con Brasil han sido las licencias no automáticas (LNA) y las 
trabas a las importaciones. Los sectores que concentran las mayores 
cantidades de restricciones son el textil y el calzado, con 38% del 
total. A julio las importaciones desde Brasil del sector del calzado 
cayeron 28% mientras las del sector textil lo hicieron un 18% respecto 
del año anterior.
En segundo lugar aparecen los bienes de capital, que acumulan 11% de 
las restricciones y cuyas importaciones desde Brasil cayeron 26,5% i.a. 
hasta julio. Por otro lado, un sector de alta significación en el 
intercambio bilateral, como es el automotriz, muestra apenas una caída 
de 9% en las importaciones. Aquí ha sido la desaceleración de la 
actividad económica local la explicación principal, ya que el sector 
concentra apenas 2% de las restricciones.
En el corto plazo las trabas cumplieron con el objetivo de cuidar la 
caja en dólares. Hasta junio se necesitaron USD 2.000 M menos que en 
2011 para afrontar las compras del exterior. Claro que los costos 
también son evidentes en algunas variables. Por caso, la caída en las 
importaciones de bienes de capital (28%) y sus piezas y accesorios (4%) 
impactó en un menor nivel de inversión, en particular en el segundo 
trimestre ( Analytico#175, “Castigo a la inversión”, 13 de julio de 2012”). Por el contrario, la reducción en las compras de bienes de consumo, incluyendo automóviles, fue sólo de 3%.
Una reciente encuesta realizada por IDEA señala que más de la mitad 
de las empresas no se vio afectada por las restricciones, mientras que 
39% tuvo dificultades para hacerse de insumos necesarios para producir. 
Las trabas a las importaciones, denunciadas en la OMC, podrían 
suponer que la economía argentina se ha cerrado abruptamente. Sin 
embargo, al analizar el coeficiente de apertura comercial (la suma de 
exportaciones e importaciones en relación al PIB) vemos ( en el gráfico de apertura) que luego de 
alcanzar un máximo en 2011 (27.5% del producto), el indicador apenas 
desciende un punto en 2012 (al 26.6%), siendo una economía más abierta 
que la del primer gobierno kirchnerista. 

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