Mi amigo Ricardo Capurro, mecánico, librepensador autodidacta e hipertenso imaginario -- "dame esas píldoras que se me vuela la cabeza", me suplicaba señalando el paquete de Lotrial -- , desplegaba reflexiones sobre el diario acontecer político y social que me impresionaban grandemente, siempre.
Alfonsinista, Menemista, Aliancista, a su turno, con foto en su taller de cada presidente incluída -- temía a la hoy Afip y las fotos según él exorcizaban el lugar -- , Capurro previó como nadie la megadevalueta de 2001 ya a inicios del año 2000 , cuando antes de salir a jugar tenis ( había aprendido mal y de viejo, pero lo importante en el imaginario capurriano era jugar tenis) me señaló: "Esto se va al carajo, vino un amigo de Alemania y le sale más caro un café de mierda acá a la vuelta que un Chivas en el centro de Frankfurt. Además desde cuándo la moneda nuestra vale un dólar jajaja! quien respalda esto?" -- ahí me mostraba un billete de ya no sé cuanto -- " yo y los cuatro negros que trabajan conmigo jajaja!! y dicen que vale un dólar , ajajaja!! " .
Era Capurro también primo del músico sesentista Lalo Fransen del Club del Clan y como el lector ya imagina , un racista , un discriminador pero en reversa . En efecto, considerando a "los negros" -- Capurro llamaba negros a los empleados de su taller y similares -- una raza "superior" a la clasemediera blanca -- él y yo en homenaje a que lo escuchaba reflexionar, éramos "los blancos" -- justificaba el sometimiento, so pena de ser los "grones" superiores física, intelectual y sobre todo "sexualmente" , según remarcaba . "Hay que pararlos o te pasan por arriba", advertía con otras figuras poéticas sobre las que no abundaremos , respecto a que " los grones" no dejaban títere y títera con cabeza, todos y todas.
Mi amigo Capurro era muy solidario también. Sacó de la miseria abyecta a varios amigos en desgracia, en particular recuerdo a "Chiquito" , un amigote de infancia que, diabético y debilucho piel y hueso, se dejaba morir en una pensión de Palermo viejo, perfectamente abandonado por su familia.
Mi amigo Capurro era muy solidario también. Sacó de la miseria abyecta a varios amigos en desgracia, en particular recuerdo a "Chiquito" , un amigote de infancia que, diabético y debilucho piel y hueso, se dejaba morir en una pensión de Palermo viejo, perfectamente abandonado por su familia.
Capurro lo rescató, lo empleó en su taller, le dió de comer y adicionalmente le hacía tragar unas tremendas dosis de vitaminas A B C D J K L Z que conseguía gratarola , por lo que Chiquito se repuso bien rápido, engordó rutilantemente y en menos de seis meses ya recuperado, como corresponde a un amigo rescatado , lo estafó de manera notable y volvió a sus andazas indigentonas. Capurro se desilusionó mucho, pero en un par de días, logró sobreponerse.
Antes de ver consumada su profecía en 2001 mi amigo Capurro murió según supe de "cáncer de próstata mal tratado" , que finalmente lo mal trató hasta hacerlo claudicar . No logró presenciar el histórico momento en que efectivamente tal como su prefética visión lo advirtiera , "todo se fue al carajo". Pero me vino a la memoria Capurro, no por sus enseñanzas , ni la crisis, ni Lalo Fransen, sino por la ubicación de su taller.
La calle Godoy Cruz al 1700 (click!). Entonces rodeado de la nada, no había ahí algo más que una vieja panadería y un barsucho mugroso, pegado a la vía, donde no se podía y sobre todo no se debía tomar nada que no estuviera perfectamente envasado y sin vencer .
Hoy es un vecindario pujante, lleno de centros de diseño y bares extravagantes. Llama la atención la transformación de esa zona en poco tiempo relativo y leo al respecto en El País sin pretender más que discretas resonancias, sobre todo ahora que hemos recuperado el subte para la Reina ( del Plata) :
Cuando un vecindario empieza a llenarse de 'yukis' se impone una realidad inexorable. A partir de ese momento solo habrá cabida en él para personas cuyo sueldo se equipare al de un personal shopper milanés o al de un eurodiputado que no vive en Bruselas. El resto tendrán que abandonar su barrio en manos de una estrategia urbanística que demuestra ser tan efectiva como universal: la 'gentrificación' o el aburguesamiento provocado de una zona determinada de la ciudad. ¿Quiénes son los yukis y cómo detectarlos?
El término hace referencia a las siglas Young Urban Kreative International (jóvenes urbanos “kreativos“ e internacionales). En otras palabras son una nueva generación de 'yuppis' que han cambiado de profesión. Están formados en el campo de la moda, el diseño, la publicidad o el arte con el dinero que sus predecesores hicieron durante la década de los 80.
Donde los 'yuppies' pusieron Starbucks, campos de golf y restaurantes de sushi, los 'yukis' atraen cafés trendies, museos patrocinados por bancos o multinacionales y restaurantes vegetarianos. No son los responsables de este proceso pero sí que constituyen la primera señal de alarma.
Donde los 'yuppies' pusieron Starbucks, campos de golf y restaurantes de sushi, los 'yukis' atraen cafés trendies, museos patrocinados por bancos o multinacionales y restaurantes vegetarianos. No son los responsables de este proceso pero sí que constituyen la primera señal de alarma.
Neil Smith, profesor de Antropolpgía y Geografía en la City University de Nueva York (CUNY), explica que todo empezó en los 80, en el Lower East Side. Los propietarios no encontraban a quién alquilar sus locales comerciales. Ofrecieron a artistas contratos muy baratos, pero con fecha de caducidad. Nadie reguló esos alquileres así que, expirado el acuerdo y con el barrio aburguesado, los dueños exigieron subidas del doble o el triple de su precio anterior.
Los primeros interesados de este fenómeno son los gobiernos locales y nacionales, asegura a S Moda el colectivo Left Hand Rotation, que explica el fenómenos a través de proyectos como "Gentrificación no es un nombre de señora". Concluyen que rara vez ocurren como un proceso espontáneo. “Es el resultado de la gestión de la ciudad como una empresa porque, cada vez más, la ciudad se financia mediante la inversión privada. Es un fenómeno global, pero no hay dos casos de gentrificación iguales“, explica la asociación, porque son los gobiernos locales los que regulan lo lejos que llega el fenómeno...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario