7/29/2012

ajuste en la eurozona: españa, que se vayan todos



El principal combustible que consume el ajuste neoliberal es la gobernabilidad democrática y su soporte material,  la representación político partidaria.

Así sucedió en el año 2001 con la crisis del neoliberalismo argento que terminó desquiciando el sistema de representación político partidario, que recién pudo reordenarse en torno a un partido dominate con la gestión inaugural de Néstor Kirchner , que restauró la autoridad presidencial resituando la autonomía de la política respecto a las demandas corporativas y finalmente en las elecciones de medio mandato del añó 2005 unificó al justicialismo , constituyéndolo desde entonces en el plexo electoral de su gobierno y del actual liderado por Cristina Kirchner.

La reconducción del justicialismo fue parte de la tarea de reconstrucción de la gobernabilidad democrática, pues recordemos que el peronismo, como síntoma de la crisis de representación política tras la salida de la convertibiulidad, había marchado dividido en abril de 2003 en tres listas cuasi equivalentes en su peso electoral en torno al 20% promedio y el resto de las alternativas no justicialistas, aún por debajo de ese mínimo caudal de electores que de perpetuarse, hacía imposible gobernar. 

La reunificación del justicialismo realizada por Néstor Kirchner, en este marco conceptual, lejos de ser un "retroceso" como se juzga ligeramente desde posiciones en apariencia "progresistas" -- Kirchner se rescostó nuevamente en el justicialismo, se indigna cierta progresía -- , fue parte sustancial de la recuperación institucional y la recomposición de gobernabilidad democrática en el país .

La fase Kirchnerista del populismo es la modalidad específica que encontró el peronismo para resolver su crisis de representación post neoliberal. En este sentido no observar el valor estratégico de mantener en unidad el plexo peronista que está en la base del FPV es conceptualmente un grave error y políticamente un comportamiento suicida. 

Por otra parte y para tranquilidad de los fans del "club del cambio", es obvio que los cambios son inevitables y sencillamente acontecen. Ahora bien , no es menos obvio que no todo cambio es adecuado a la reproducción de una estructura como la que permitió al peronismo en su fase kirchnerista introducir las reformas socioeconómicas e institucionales popular-democráticas que introdujo a partir del año 2003.


Retomando el tema de la crisis del aó 2001 , la oposición política en nuestro país, por ejemplo, aún no resuelve la situación de crisis de representación que la impactó en la salida de la convertibilidad, y su arquitectura de archipiélago electoral es tributaria sin duda de aquel irresuelto estallido post neoliberalismo. 

En España, el ajuste neoliberal encarnado en el PP ya comienza a mostrar sus efectos electorales que se profundizarán sin duda hasta poner en crisis la gobernabilidad democrática extinguiendo la representación político partidaria bipolar, tal como hoy se la conoce. Leemos:

 

El PP se desploma en un mes

Los ciudadanos dan la espalda a los dos grandes partidos
La ventaja de los populares se reduce a 5,3 puntos
La fidelidad de voto conservador es inferior a la del PSOE

Fuente: Metroscopia.

El umbral del dolor, el punto a partir del cual un estímulo se convierte en insoportable, ha sido superado. El hachazo de la crisis ha hecho que los españoles hayan dado la espalda a los dos principales partidos y, sobre todo, que los votantes del PP se sumen al enorme malestar ciudadano por la reducción de prestaciones a los desempleados, los recortes a los funcionarios y la subida del IVA, entre otras medidas que provocan dolor entre los españoles.

El barómetro de Metroscopia para EL PAÍS del mes de julio, el primero realizado tras la aprobación de esas medidas, muestra un desplome del PP, que pierde siete puntos en menos de un mes. Los populares volverían a ganar, pero con mayoría simple y una diferencia de solo 5,3 puntos, que en la anterior encuesta era de 13,9.

Los populares tendrían el 30% de los votos, es decir, han perdido 14,6 puntos en solo ocho meses, todo un récord y un ritmo de caída sin precedentes en ningún otro Gobierno en España, según todas las empresas de encuestas. No obstante, el PSOE no termina de recoger votos por la precipitada caída del PP. Los socialistas, cuya actuación en la oposición es rechazada también, solo suben 1,6 puntos desde el anterior sondeo y siguen pagando por sus pecados en el Gobierno...

2 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

leí la misma nota, y de yapa, la fuerza creciente de IU y UPD no expresan nada nuevo , a lo sumo, y como comento en una entrada al respecto, pide mas prolijidad ,al estilo Chacho y sus trasnparencias

El Bosnio dijo...

Entiendo lo que decis sobre el combustible que consume al ajuste, y sin duda el apoyo necesario en un proceso democratico se erosiona con estas cosas. Pero creo que lo que consume un proceso de ajuste es la caida en la riqueza, aun para los ricos, que genera el ajuste. El proceso de privatizacion, con aumento de desempleo y pobreza, pero con mucha riqueza para entregar, lograba un sustento politico (no popular) que mantenia la estabilidad. Un ajuste instala un circulo vicioso que aun la clase a la que se busca beneficiar termina dañana. Eso erosiona el apoyo politico del gobierno, sin poder compensarlo (por obvias razones) con apoyo popular.