En los últimos meses, Marchiaro –siguiendo las enseñanzas de su papá Salzano- abandona el CCEC para hacerse cargo de la Secretaría de Cultura Municipal en la actual gestión del radical Ramón Mestre.
Desde allí intenta traspasar las funciones inherentes al Estado en lo
que hace a la gestión cultural a las manos privadas de la ya aprobada Fundación Instituto Municipal de Cultura.
Fundación que decidirá en dónde y cómo invertir en la Cultura, pero
utilizando recursos e infraestructura del municipio. Si además esta
Fundación se disolviera las deudas serían pagadas por la Municipalidad.
Negocio redondo.
El mismo nombre de la Fundación (“Instituto Municipal de Cultura”) tiene toda la impronta de la escuela salzánica: intenta ocultar bajo la denominación de “Instituto” que es una Fundación y como tal de carácter privado.
Por supuesto que este tema no entra entre las prioridades del
conjunto mayoritario de los cordobeses. Mal hacemos: la cultura es
fundamental para nuestra calidad de vida como ciudadanos y hace a
nuestra identidad más profunda. Si permitimos que los mercaderes se
apropien de ella terminaremos siendo una ciudad sin historia y, lo más
lamentable, sin futuro.
1 comentario:
en ramoncito pensaba ayer mientras escuchaba a gil lavedra sanatear con lo que para ellos significa la democracia y el sagrado consenso. ramoncito no llego al 35% de los votos pero como la carta magna municipal le da mayoria absoluta de concejales al ganador pudo privatizar la empresa de recoleccion de basura y este engendro del instituto que habla la nota, consensuando con quien? buscando "denominadores comunes" con "otros". basta de sanata viejo.
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