5/20/2012

cristina vs.scioli, una profecía autocumplida

Recibimos este análisis de Julio Burdman sobre la relación Nación-Provincia

La debilidad de la oposición no es buena para nadie. Todo el segmento informado de la política está convencido de que la actual fragmentación y asimetría del sistema de partidos, con un peronismo que oscila entre el predominio y la hegemonía por un lado, y un no-peronismo representado por varias fuerzas sin proyecto demostrado de crecimiento por el otro, permanecerá inalterable en los próximos años. 

Esta baja expectativa sobre la alternancia partidaria, al mismo tiempo que diluye el eje gobierno - oposición, incrementa inevitablemente las tensiones hacia el interior del gobierno. "La clave de la política está adentro del oficialismo", escuchamos con frecuencia. Y a medida que esto se constituye en línea analítica dominante, termina sucediendo así. Es el resultado lógico de lo anterior, que hace que tanto las miradas externas al oficialismo, como la de sus propios dirigentes, aceleren sus tiempos y comportamientos.

Sin este mecanismo de expectativas, cuesta entender la dinámica de la última semana, que parece tener -de acuerdo a este análisis que, como decíamos, termina cumpliéndose por sí mismo- a una guerra fría entre la Casa Rosada y Daniel Scioli como tema principal. La declaración presidencial de Scioli, Mariotto, la Juan Domingo, la reforma impositiva, la Cámpora, el realineamiento de intendentes y legisladores, la respuesta de Aníbal Fernández, etc.: la información describe los prolegómenos de una batalla campal, y sus propios protagonistas comienzan a creerla. 

Imaginemos, por el contrario, un escenario en el que protagonistas y observadores de la política visualizan, o intuyen, una buena oferta opositora para 2013 o 2015. Habría un fuerte interés en saber cómo evolucionarían los proyectos opositores, y también una cierta competencia entre ellos mismos por el posicionamiento. Paralelamente, surgiría también una actitud observante en el oficialismo acerca de lo que sucede en la oposición, que produciría el efecto de demorar el diseño de estrategias y la exhibición de las propias cartas. 

Todo ello no está. Quienes quieren entender la política o incidir en ella, se concentran en donde parece haber movimiento. Las especulaciones sobre la reforma + reelección CFK, los movimientos de Scioli, y el aparente juego circundante del conjunto del pan-oficialismo que giraría en torno a este también aparente eje ordenador de la realidad política están sobrecargadas. Sin embargo, como muestra la historia, estos mecanismos de profecía autocumplida funcionan como la ley de gravedad. Sin tomar conciencia y distancia de esta dinámica, las tensiones se espiralizan y toda brisita se convierte en tornado.

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