en busca del equilibrio

Recientemente Cristina Kirchner anunció una nueva refinanciación de las deudas provinciales. Esta medida quita presión la cuentas públicas de las provincias.

Sin embargo, esta refinaciación tendrá ahora una contraprestación estricta: Los ejecutivos provinciales deben informar periódicamente y con precisión sus situaciones fiscales y financieras, e incluso detallar sus nóminas de empleados públicos.

El Estado Nacional comienza a auditar cuentas para reducir los déficits provinciales , el principal problema que enfrentarán las provincias -y también para equilibrar las cuentas del Estado Nacional- frente a eventuales restricciones producto de la crisis internacional.

En la base de estas circunstancias debe considerarse la necesidad de reordenar los presupuestos provinciales producto del manejo de los ejecutivos locales, más allá de la responsabilidad nacional y la espectacularidad visual de la cobertura , que la prensa opositora asigna a esta circunstancia muy elemental de buena administraciòn, en especial el culebrón habitual de acontecimientos tumultuosos en la emblemática provincia de Santa Cruz.

Al respecto de los reordenamientos presupuestarios provinciales en marcha , leemos una interpretación:

A 19 meses de que el gobierno nacional lanzara el Programa Federal de Desendeudamiento –que incluyó la condonación de deudas provinciales a la Nación y la reestructuración de las remanentes con un periodo de gracia que vence ahora- las provincias vuelven a enfrentarse al desafío que le presentan sus cuentas públicas.

Esas medidas promovieron una notoria mejora en el perfil de deuda de las jurisdicciones subnacionales. El stock de sus pasivos se redujo un ocho por ciento en 2010 y el ratio Deuda Provincial / PBI descendió a 6,7 por ciento (-2,5 puntos respecto a 2009). Pero la deuda no sólo se redujo, sino que también mejoró su perfil de vencimientos.

Un estudio de la consultora Federico Muñoz & Asociados señala que el principal impacto se sintió en estos últimos dos años de gracia, en los que los servicios de deuda fueron muy bajos (la Nación es acreedora del 60 por ciento).

A partir del año que viene las provincias volverán a cancelar pagos por capital e intereses de deuda con Nación, aunque menos que los proyectados antes del Programa de Desendeudamiento.

El esquema también ayudó a mejorar las cuentas públicas provinciales durante el ejercicio 2010. Después de tres años consecutivos con rojo fiscal, el consolidado de las jurisdicciones subnacionales registró un superávit fiscal del 0,5 por ciento del PBI. El programa tuvo incidencia en una reducción del gasto (el recorte de los vencimientos de deuda en unos 5.600 millones de pesos), y en una mejora de sus ingresos (los 9.800 millones de pesos que la Nación adeudaba en concepto de ATN fueron computados como transferencias corrientes).

Sin computar estos ATN (que no se percibieron efectivamente, sino que se aplicaron a cancelar deuda) el resultado fiscal hubiera sido nulo, aunque igual habría marcado una mejora respecto a años anteriores, dice el informe.

Los autores del trabajo señalan que, si bien no hay datos oficiales del año en curso, “no hay mucho margen para ser optimistas”. Por un lado los ingresos de las provincias se desaceleraron, producto de la moderación de las transferencias de Nación (aunque la recaudación tributaria propia habría mantenido un buen ritmo de crecimiento).

La estimación es que los ingresos totales de las provincias se mantendrán en torno al 17,8 por ciento del PBI; similares a los de 2010. Pero las cuentas públicas provinciales están siendo “erosionadas” por el crecimiento del gasto público.

Impulsadas por la obra pública y los salarios, los gastos habrían trepado a 18,3 por ciento del PBI, con lo que sumergirían nuevamente a las cuentas fiscales nuevamente en un déficit de 0,5 por ciento del PBI ...