Recibimos el análisis semanal de la coyuntura santafesina realizado por Darío Schueri.
Como un amigable almuerzo de camaradería en el que no se avanzó casi en nada, definió uno de los presentes la “cumbre” del FPCyS llevada a cabo el sábado en Rosario. Acobardados por los exasperantes tiempos de Antonio Bonfatti para ir definiendo el gabinete, los radicales del grupo Escarapela quieren ponerle fin a la guerra fría esta misma semana; “le pedimos a Bonfatti una reunión para el lunes o martes”, adelantó el presidente de la UCR santafesina Hugo Marcucci.
Ya no se habla mas de la “institucionalización del Frente”; la consigna es ir a los bifes por cargos importantes en el futuro gobierno o sino, como abrevió el senador por San Justo Rodrigo Borla: “preferimos no formar parte de la gestión”. “No se confundan, Borla no habla por el radicalismo, habla por su grupo”, advirtió el Vicegobernador electo Jorge Henn.
Fuego graneado entre radicales, mientras el socialismo aguarda en las casamatas el parte de bajas por fuego amigo de los que deberían ser sus aliados para enfrentar al peronismo famélico de poder y con mayoría en ambas Cámaras legislativas, que bien podría ampliarse si el sector radical dentro de poco disidente decide sumarle pertrechos.
Para muestra sobra un botón: el senador Felipe Michlig, seguramente incendiado por la acusación del Gobernador Binner sobre nombramientos poco claros en Vialidad, a cuyo frente está precisamente un hombre del senador por San Cristóbal, Edgardo Martino que depende de un Ministro radical, Hugo Storero, confirmó lo que adelantábamos la semana pasada: van por la caja de Bonfatti. Michlig propuso – con el encomiable apoyo del PJ- que el capital inicial de la Corporación Santafesina para la Promoción y Desarrollo de la Economía Provincial (cuya Ley de creación tiene media sanción) sea de 50 millones de pesos en lugar de los nueve millones con que lo había despachado la Cámara de Diputados.
Lo mas probable es que Bonfatti cumpla los deseos a Borla y arme su gabinete con radicales que no pertenezcan al sector Universidad ó Escarapela que a su vez banca a Mario Barletta para que presida los destinos del radicalismo nacional, aspiración cortada de cuajo por el Vicegobernador electo Jorge Henn: “Barletta no puede ser siquiera postulado para ese cargo.
No está habilitado estatutariamente para aspirar a ser presidente del comité nacional, menos para ser electo como tal". De resultar así, habría que ver cuantos disidentes resistirían desde el llano, o terminarían cruzando la frontera ondeando bandera blanca.
Peronismo catatónico
Hectolitros de café se consumen por estas horas en recónditas – y a veces clandestinas - oficinas adonde las febriles deliberaciones entre diputados electos y los reelectos mutan muchas veces de la confabulación teórica a la rebeldía lisa y llana a medida que se acerca la hora de elegir a María Eugenia Bielsa como presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia.
De la decisión que tomen los diputados podría depender nada menos que el futuro del peronismo de cara al 2015. Los senadores, territorialmente pragmáticos, después se alinean con el mejor.
María Eugenia Bielsa, considerada de manera piadosamente eufemística como “dura” en el arte de negociar, hace uso y abuso de los tiempos y, según cuentan, no da señales de vida política sobre los debates acerca de su futuro en la Cámara.
Como Bonfatti con los radicales, Bielsa sulfura a los compañeros que fantasean, entre otras cosas, con decisivos apoyos de la Casa Rosada para ungirla Presidente de la Cámara de Diputados, en un elaborado juego de pinzas hacia el futuro que comprende estratégicamente la participación del diputado nacional electo Omar Perotti como futuro aspirante al Sillón del Brigadier, para lo cual su opinión sobre, por ejemplo el presidente del bloque del PJ de diputados, no sería desoída.
El conflicto espiritual que afrontan los que no quieren que María Eugenia Bielsa presida la Cámara son los argumentos que utilizarían para vetarla, que, como un boomerang, serían letalmente los mismos que después usaría Bielsa en la pública para explicar porque sus compañeros no la eligieron: el manejo administrativo férreo y centralizado (subsidios, gastos, nombramientos) que piensa imponer en la Cámara si resultare electa titular. Los diputados “nuevos” no saben de qué se trata, pero los que siguen advierten la peligrosidad de la birome depredadora de María Eugenia. y por eso juntan voluntades para forzar negociaciones que hasta ahora no existen con la elegida (¿por quien?).
A todo esto, el Gobernador electo Antonio Bonfatti y su Ministro de Gobierno deberán exhibir una cintura política digna de Leonel Messi para atemperar los ánimos de una Legislatura en constante ebullición que le negociará como si fuere la reforma constitucional, hasta una sencilla minuta de comunicación, sin perder de vista el devenir nacional con una Presidente que por lo visto está dispuesta a pegar sorpresivos golpes de timón para que el barco no pierda el rumbo en un mar embravecido como el que avizoran los economistas para el 2012.
La Sra Cristina Fernández y Antonio Bonfatti no podrán darse el lujo de gobernar sin los consensos y el diálogo; en el caso de la Presidente también con los Gobernadores, y fronteras adentro Bonfatti con todos los sectores políticos, sociales y económicos. El 2015 está demasiado lejos y los lobos aúllan de hambre.
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