Dos componentes estructurales para el sostenimiento de los niveles de crecimiento económico en el nuevo contexto de reordenamiento internacional enumeró ayer Cristina Kirchner en el partido de Tigre: Transferencias de ingresos vía políticas sociales e integración productiva. Leemos:
En ese sentido, la mandataria recordó lo que sucedió durante la primera etapa de la crisis, ante la caída de la economía norteamericana, y reivindicó el “trabajo codo a codo” realizado en el 2008 y el 2009 entre “sindicatos, empresas y Estado para evitar telegramas de despido”, con la idea de que “no se rompiera el vínculo de trabajo”, que siempre fue una de las prioridades de su gobierno y del de Néstor Kirchner.
La clave, sostuvo, es dar impulso a “esa rueda virtuosa que favorece el mercado interno”, que a su vez se refuerza con decisiones como la Asignación Universal por Hijo y la modificación del sistema jubilatorio.
Para sostener esta política, la Presidenta pidió finalmente a las empresas automovilísticas, uno de los rubros que más crecieron durante los últimos ocho años, “equilibrar esa balanza de importación de piezas y exportación de autos para lograr un equilibrio que beneficie a todos”. Cristina, con ese fin, defendió el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas que se dedican a la producción de autopartes, pronosticó que se alcanzará en Argentina una “integración no menor al 40 por ciento de las partes” fabricadas y juzgó que “la logística va a ser clave en la competitividad de las automotrices”.
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