9/22/2011

acerca de la catequesis trosca

Sigue la no sé bien si muuuuuy interesante polémica con el compañero Fernando Rosso, sobre la extensión del concepto de Crisis Orgánica, en la que, evidentemente, ya no acordaremos.

Al menos, sí, hemos logrado un punto de acuerdo, la existencia de notable abuso de la utilización de esta categoría gramsciana por parte de múltiples analistas que, finalmente, la han diluido aún más en su especificidad, ya complicada inicialmente por el lenguaje carcelario del propio Gramsci.

Podremos, entonces, estar cuatro años más discutiendo sobre Crisis Orgánica y no habrá acuerdo. Ya tenemos experiencia en este debate y tampoco hay tiempo para perder, hay cosas más importantes que este tiroteo hermenéutico sobre Gramsci y sus delirios como, por ejemplo, cito solo un caso para no abrumar, salir a medir si Patricia Bulrich se la banca y entra al parlamento. Temón!

Sigamos, entonces, en la perspectiva que nos interesa más: los efectos políticos de la crisis de coyuntura del año 2001 . Escribe el compañero Fernando Rosso en su muy recomendable post:

Duhalde, el pejotismo y la burocracia sindical, hicieron el trabajo sucio e impusieron la devaluación (una medida, digamos…no muy progresista y una gran base para los “años kirchneristas” posteriores), que junto con la mejora de las condiciones internacionales para la Argentina, permitieron ir saliendo de la crisis catastrófica de la economía.

Sin embargo la “crisis de autoridad” estatal se mantenía y es ahí donde NK y sus “coaliciones”, comienzan su rol restaurador, conservador, con una primera “etapa” N&Pop (en la que logró el “trasnformismo” de muchos “intelectuales”, incluso Artemio mismo, siempre visto desde el peronismo “mazorquero” como un "infiltrado menchevique" -- teléfono para manolete el mazorquero felipista -- , se convirtió a la ortodoxia peronista, y hoy es más papista que el Papa). Y ahora en su fase “cristinista” pretende terminar su tarea hasta el final.

Por último el intento de “minimizar” la crisis (“no fue orgánica, fue de coyuntura”) cumple la función de presentar los aspectos más "progresistas" del kirchenrismo únicamente como producto de una voluntad política y nada como producto de las circunstancias (que no dejaban margen para una continuidad del neoliberalismo a secas).

De esta forma, "achicando" las dimensiones de la crisis, Artemio busca agrandar el rol progresivo del ciclo K, disminuyendo su rol profundamente conservador centrado en la recomposición de la autoridad estatal.

Haya sido “orgánica”, como creemos, “de coyuntura” o como sea, el kirchnerismo fue el “agente” restaurador y el cristinismo y su coalición, lo dejan ver más claramente.

Esperemos no tener que escuchar nuevamente los llantos de una nueva “traición Frondizi” o una tragicómica “teoría del cerco”, cuando el N&Pop no sea más que un ¿“coyuntural”? recuerdo y CFK con Boudou y sus nuevos ímtimos de la UIA, desarrollen lo que hoy están mostrando embrionariamente.

Pero la observación más importante a plantear, a propósito de todo análisis concreto de las relaciones de fuerzas, es la siguiente: que tales análisis no pueden y no deben convertirse en fines en sí mismos (a menos que se escriba un capítulo de historia del pasado) y que adquieren un significado sólo en cuanto sirven para justificar una acción práctica, una iniciativa de voluntad...

El elemento decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente organizada y predispuesta desde largo tiempo, que se puede hacer avanzar cuando se juzga que una situación es favorable (y es favorable sólo en la medida en que una fuerza tal existe y esté impregnada de ardor combativo). En eso estamos....

Como se lee, Rosso recurre a todo tipo de malabarismos para admitir que su famosa Crisis Organica se resuelve en un semestre. Nada menos que Anatoli Kárpov Tachuela es el que reordena la cúpula de las facciones burguesas, vía mega devalueta, desplaza a la facción financiera e instituye la industrial devaluacionista en la cima (pongamos un nombre emblemático: el ahora compañero Medicurren).

Bastante módica la maniobra para resolver "una crisis catastrófica de la economía"..., pero, lo mejor está por venir.

Ya abandonando todo intento de análisis "riguroso", Rosso descarga sobre el kirchnerismo un discurso que podría suscribir Lilita Carrió.

No es patrimonio de Rosso este derrape. Los textos de análisis político de autores marxistas, en todas sus variantes, normalmente prometen mucho en los prólogos y, a la hora de aplicar el arsenal conceptual en el análisis concreto, (ay!), decepcionan.

Recuerdo a Poutlanzas y sus análisis de "La crisis de las dictaduras, Portugal, Grecia y España" y , más mundanamente, una anécdota de Alain Badiou, discípulo de Althusser en sus seminarios en ATE nacional , donde tras maravillarnos a todos con un despliegue conceptual que metía miedo (el posectructuralismo al palo), al preguntársele cómo traducía todo aquel sofisticado arsenal teórico en la práctica concreta, respondió sin inmutarse a este servidor: "Ah, bueno, fácil: yo ya van para veinte años que no voto y no le hago el juego al sistema". En fin.

Rosso utiliza ahora el concepto de transformismo gramsciano, para explicar por qué ciertas napas intelectuales apoyan el proceso iniciado en el año 2003, sugiriendo que la primera etapa nac&pop del kirchnerismo, fue la responsable de tamaña circunstancia. El "transformismo" gramsciano es la "traición" peronista donde sin embargo, sartriano como es el movimiento nacional, en su interior "traicionar" puede ser, en ciertas circunstancias de contexto y subjetivas, "hacer nacer un destino" cuando "el que protagoniza la traición resulta una figura de conciencia necesaria para la realización histórica".

Ojo al piojo con esto compañeros y compañeras, en determinadas circunstancias, para un peronista es necesario "traicionar" , en palabras de Rosso, digamos, ser objeto del proceso de transformismo gramscista jeje...

Retomando a Rosso y su caracterización-denuncia de "transformismo", hablo por mí, porque me nombra: la identificación con Kirchner y su "modelo" no surge de su etapa nac&pop, que, para este humildísmo servidor, no es siquiera relevante y tampoco está muy bien definida, sino de la visión de Néstor acerca de los efectos de la convertibilidad y la salida devaluatoria con pesificación asimétrica, a la que se oponía férreamente y nosotros lo seguíamos en esa oposición, hasta sacamos libros sobre los efectos de aquella tremenda devaluación.

Se opuso a esa salida nefasta, a punto de haber renunciado a ser Jefe de Gabinete del gobierno de Duhalde por ese motivo. "Están locos", respondía Kirchner cuando se refería a la devaluación propuesta por un sector de la UIA y ejecutada por Duhalde y su pandilla, que dejó 54% de pobres y 28 puntos de indigentes, entre otras maravillas.

Luego, el post no fundamenta aquello que (se supone) es una consolidación de la variante neoliberal-consevadora en la etapa cristinista, sino mediante metáforas del tipo "CFK, Boudou y sus íntimos de la UIA" y referencias crípticas al "proyecto cristinista conservador" que, según Rosso, " se están mostrando embrionariamente" (?).

Culminando el texto, cierra su análisis el compañero Fernando Rosso ya en clave pedagógica, típica de la presuntuosidad de la izquierda marxo-leninista en todas sus variantes (incluida y puntenado la carrera la gauche festive de paladar trosco) , para la cual la teoría revolucionaria " viene desde fuera y va hacia el proletariado", (hacia las masas o hacia las más modernas "multitudes", lo mismo da), que si todo sale bien y "el relato" es el adecuado, finalmente la debieran "entender" . Dice Rosso que dice Gramsci, al que cita sin ruborizarse:

Ellos muestran cuáles son los puntos de menor resistencia donde la fuerza de la voluntad puede ser aplicada de manera más fructífera, sugieren las operaciones tácticas inmediatas, indican cómo se puede lanzar mejor una campaña de agitación política, qué lenguaje será el mejor comprendido por las multitudes, etc.

Hay que poder suscribir eso, eh! Pero aquí, en el final del post del compañero Rosso (el que hace "comprensivo" a las multitudes lo "complejo") hay, sin embargo, otra discusión teórica donde el populismo saca notables ventajas respecto del marxoleninismo: el concepto de vanguardia vs. el de "conducción".

La vanguardia encarnada en el Partido Revolucionario, vanguardia institucionalizada que (llámesele como se quiera) finalmente "baja la línea correcta" y emprende una tarea pedagógica sobre las masas o, contrario sensu, la conducción que da perspectiva a lo diverso, cambiando muchas veces su propia mirada en arreglo a la relación de fuerzas existente, donde el conductor es actor central pero nó único.

En eso no se diferencia Rosso de Heller, Vilma Ripoll o Pitrola, todos finalmente intentan catequizar al "buen salvaje, pero, salvajón con una potencialidad revolucionaria que mamita querida, eh!...".

"En eso estamos", vimos que advierte el compañero en el final de su post... Y sí, en eso están hace 65 años, agregamos nosotros, populistas a catequizar o ñácate..., al Gulag?

#rialmandateotromilagroparaelchipiqueseponeceloso

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