Parece mentira que habiendo dado a la Patria figuras de la talla del Tío Cleto, la UCR mendocina se agite ahora mismo en medio de una crisis interna cuya dimensión resulta aún impredecible.
El centenario partido tenía chances ciertas de gobernar el distrito, pero hoy todo ha cambiado y tras el PASO de Cristina ya no está claro qué sucederá.
Como medida precautoria, los radicales menducas han decidido en principio volver a las fuentes y hacer realidad la vieja consigna republicana aggiornada del cara al siglo XXI: "que se troquele pero que no nos rompan el ideario". Leemos:
“Que se deje de joder con troquelar boletas”. “Menosprecia al electorado”. “Es un hipócrita”. “Tiene oportunismo político”. “Que afloje al pánico”. “Quiere gastar plata por un capricho”.
Así, bien afilado y sin pelos en la lengua, el intendente de Guaymallén, Alejandro Abraham, salió a contrarrestar la idea del jefe comunal de Godoy Cruz, Alfredo Cornejo, de ir a las próximas elecciones con boletas separadas por categorías de presidente, gobernador y vicegobernador, senadores provinciales, diputados provinciales y concejales.
Es que los intendentes radicales se pusieron en alerta apenas pasó el “tsunami Cristina” en las elecciones del 14 de agosto y, rápidos de reflejos, se pusieron a cranear el desdoblamiento de los comicios para no ser perjudicados.
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