8/23/2011

otra mirada sobre el voto cruzado

Muchos analistas vinculados al progresismo literario , junto a la dirigencia sistemáticamente derrotada por el PRO en el distrito, insisten en comparar lo incomparable asimilando progresismo con populismo y la dinámica electoral que una experiencia y otra despliegan sobre los distritos en general, en particular sobre la CABA.

Asimilando ambos comportamientos , los dirigentes y el pequeño coro de analistas que los sostienen (aún) , insisten en argumentar que las dinámicas locales y nacionales son comparables, muestran numeritos finales y concluyen rápidito que en que las elecciones en capital no se registró el fenómeno de voto cruzado, sugiriendo entonces siguiendo esta lógica de las apariencias, que tal como le sucedió a la fórmula local del FPV Filmus-Tomada , la fórmula nacional Kirchner-Boudou, de haber competido con Macri , también hubiera sido derrotada en el orden de 47/ 27. Triste pan.

Lejos de este disparate conceptual , obviamente con efectos político - electorales enormes sí que lamentables -- ya los sufrimos varias veces --, y en la certeza de que el kirchnerismo no es un progresismo y no lo es de Usuhaia a La Quiaca, muchos jóvenes peronistas despliegan una línea de análisis propia que, paulatina pero firmementemente, los diferencia de la conceptualización tradicional de matriz progre , hegemónica aún en los medios metropolitanos vinculados a la experiencia K .

Como ejemplo , va un complejo y muy buen análisis del compañero Ezequiel Meler sobre voto cruzado y las PASO que Cristina nos legó :

El triunfo de Cristina Fernández en las elecciones primarias, por su magnitud, pero también por su composición, ha redefinido de golpe el clima electoral en que se desenvolvía la política local. Y el clima, como bien sabemos, es un componente básico de cualquier campaña, como la que ahora comienza. Un ejemplo elemental es el planteo, de las corporaciones opositoras pero también de los dirigentes políticos, en el sentido de que octubre será apenas una elección legislativa, en la que se juega el sistema de pesos y contrapesos entre el Ejecutivo y el Parlamento. Es entendible: no les conviene cargar de significado una contienda a la que llegan con la sensación de haber perdido de antemano.

¿Es tan así? Y, sí. Cristina ganó en todas las provincias menos en San Luis. Recuperó un notorio caudal de voto rural que ya la había acompañado en 2007, para darle la espalda en 2009. Y sumó un nuevo electorado urbano, en ciudades como Buenos Aires, La Plata, Santa Fe, Córdoba, Bahía Blanca, Mar del Plata, y la lista sigue.

Además de ello, retuvo el voto peronista tradicional, con guarismos plebiscitarios en el conurbano, en el NOA y en el NEA, en las provincias andinas, en la Patagonia, etc. En pocas palabras, ganó en todos lados, claramente o por una diferencia que desangeló las ilusiones de unos cuantos.

Completo acá.

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