Se cumplen hoy 42 años del Cordobazo, la experiencia de organización y lucha popular sin hegemonía del peronismo, que marcó a fuego la dinámica del proceso político social que impulsaría el desarrollo de las organizaciones armadas de los años setenta y que finalmente , gran paradoja histórica, culminaría con el regreso de Perón al país , tras dieciocho años de exilio y proscripción.
El Cordobazo, tuvo su figura de mayor visibilidad en Agustín Tosco, dirigente sindical de la corriente clasista que era Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de la provincia de Córdoba al momento de producirse el levantamiento popular.
Luchador inclaudicable, Tosco en numerosas oportunidades sufrió cárcel y fué torturado por su militancia política y sindical hasta que fallece él 5 de noviembre de el año 1975, enfermo de cáncer y en la clandestinidad forzada por la persecución desatada sobre él por el gobierno peronista de Isabel Perón y López Rega y bajo los ciudados paliativos de los médicos del Ejército Revolucionario del Pueblo.
Aquél gran levantamiento obrero estudiantil de mayo del año 1969 que, como consecuencia del endurecimiento de la represión estatal que promovió el asesinato en menos de una semana de cinco trabajadores y estudiantes ( Cabral, Bello, Blanco, Crusta y Mena) , terminó con la dicatura de Onganía y cambíó la dinámica de la coyuntura política definitivamente hasta el golpe militar del año 1976.
El elemento novedoso de aquellas jornadas resultó la puesta en acto de la potencia social de una experiencia de organización hasta ahí inédita en la historia nacional: La convergencia obrero-estudiantil sin articulación partidaria dominante, en lucha contra la dictadura.
Desde la perspectiva que interesa señalar acá, El Cordobazo muestra también los límites históricos del discurso populista típico del peronismo inaugural, que sostenía al mismo tiempo el alineamiento partidario absoluto de los trabajadores bajo la metáfora del movimiento obrero como "columna vertebral" del justicialismo y en un mismo y paradojal movimiento la autonomía corporativa extrema de la organización obrera por sobre el resto de organizaciones sociales, cuando no su antagonismo liso y llano con otras experiencias bajo numerosas prácticas y consignas, cuyo punto más alto fue sin duda "alpargatas si libros no".
Sólo el Bebe Cooke había observado la caducidad de aquella dicotomía típica y probablemente justa del peronismo inicial, cuando señalaba en varios de sus escritos (Peronismo y Revolución, Informe a las bases) que los estudiantes que enfrentaban el onganiato ya no eran aquellos que el peronismo había enfrentado en su ciclo 1946/1955 y que en modo alguno debía ser considerados ajenos cuando no opuestos al movimiento de lucha popular democrática de los años sesenta.
En este sentido el Cordobazo mostró con contundencia absoluta que Cooke acertaba en su observación y la consigna ajustada al ciclo histórico de fines de los sesenta tras la caída de Perón en 1955, era algo así como "alpargatas sí, libros también" al tiempo que la modalidad socialmente más activa de las organizaciones gremiales suponía la autonomía de los partidos políticos, incluído el peronista.
La identidad que surje a partir de este encuentro obrero- estudiantil hasta entonces segmentos distanciados donde el Cordobazo es su punto de consensación más alto, tuvo luego en los inicios de los años setenta su correlato político, organizativo y teórico más activo en la "peronización" de grandes contingentes de jóvenes, muchos de ellos insertos en la vida universitaria e incorporados a la estructura militar ( sólo algunos ) o de superficie (muchos más ), de las organizaciones guerrilleras filo peronistas ( en especial a los grupos Far y Montoneros y en mucho menor medida las FAP), provenientes de familias de ingresos medios, tradicionalemente no peronistas, en búsqueda de suturar el vínculo imaginario pero real con la clase obrera entonces dominantemente peronista.
En esta perspectiva El Cordobazo supone el mayor nivel de organización y lucha antidicatatorial de una experiencia popular sin hegemonía peronista que, indujo sin embargo la incorporación de contingentes juveniles y estudiantiles al movimiento peronista y culminó con la vuelta de Perón al país. Extraña trayectoria la impulsada por las jornadas del Cordobazo, cuya conducción gremial condensada en la figura del gringo Tosco, contra todo lo dicho antes y después por la izquierda tradicional y la socialdemocracia gremial, también tuvo clara conciencia de la necesidad de defender la unidad de la organización gremial encarnada en una CGT única, rechazando todo intento de división o contrucción de una organización gremial "alternativa".
PD: Tosco escribe sobre El Cordobazo, leelo acá.
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