La necesidad de profundizar el modelo populista de organización política y de acumulación inaugurado en mayo de 2003 por Néstor y continuado hoy por Cristina Kirchner tiene en la industrialización y la intervención estatal en la economía dos de sus núcleo sustanciales.
Al respecto, y en orden a imaginar la nueva etapa que se abrirá en octubre de 2011 a partir del triunfo del FPV , leemos:
La industrialización, dice( el nuevo estudio de Eduardo Basualdo), es insustituible en un patrón de acumulación de capital que reconozca como ejes centrales a la clase trabajadora, las empresas estatales y la burguesía nacional, de modo de plasmar un desarrollo tecnológico propio, garantizar tanto el nivel de empleo como los salarios elevados, potenciar el proceso de acumulación de capital al retener dentro de las fronteras nacionales el excedente y evitar la depredación de los recursos naturales.
Una mayor participación estatal en el proceso productivo eliminaría el veto a la redistribución del ingreso a favor de los trabajadores que hoy ejercen un reducido conjunto de grandes firmas, que se asientan en producciones con ventajas comparativas naturales y constituyen lo que Basualdo llama la “rueda principal” del comportamiento productivo e industrial del país.
Uno de los aportes más estimulantes del trabajo es su referencia a una “rueda auxiliar” que se habría hecho evidente en los últimos años, constituida por empresas de diferentes actividades con una facturación menor que la de la cúpula sectorial. Este conjunto heterogéneo de firmas orientadas al mercado interno no pueden colocar sus productos en el exterior. La política económica debería dirigirse a aminorar la importancia de la “rueda principal” y consolidar la influencia de la “rueda auxiliar”.
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