acerca de la unidad

Abre este post una réplica (ya no hay originales disponibles) de los volantes que en el año 1983 repartíamos desde la JP del barrio de Villa Crespo que fundáramos un conjunto de compañeros y compañeras, sosteniendo la candidatura de Lúder-Bittel -mamma mía! (tengo más volantes en la cabeza, algunos bastante cachondos..., jejejé, que ya los daremos a conocer).

En líneas generales, se sabe, electoralmente nos fue como el culo, para hablar en lenguaje anátomo-sociológico. Sin embargo, este breve post refiere a la convergencia entre la juventud peronista y los representantes del sindicalismo reivindicativo, hoy nuevamente en debate y entonces condensados en la figura central y carismática de Saúl Ubaldini, en los tempranos ochenta.

En este sentido, la actual unidad de las agrupaciones juveniles y sindicales expresada la convergencia entre ambos espacios y a los que Cristina se refiriera positivamente en el acto del Luna Park, en presencia de Néstor, retoma una línea de coincidencias ya existente .

Ciertamente, esta unidad es, desde el punto de vista estratégico, muy importante. El despliegue territorial y sindical articulados siempre resultó un dispositivo de construcción de poder central para el Movimiento Peronista, con excepción de los años noventa, cuando la tecnoburocracia desplazó a la militancia y el sindicalismo empresario hegemonizó las estructuras del Movimiento Obrero Organizado, el Partido Comunista inauguraba su AFJP en su banco cooperativo, en fin, muchos desatinos.

Es obvio que la experiencia juvenil de los años ochenta dentro del peronismo no dejó grandes marcas. Fue la Junta Coordinadora la que al calor del liderazgo de Raúl Alfonsín captó con mayor extensión la adhesión de los segmentos juveniles de estratos medios, aunque nunca supieron qué hacer con ellos y dilapidaron rápidamente ese eventual capital político territorial, al compás de la declinación del liderazgo de Alfonsín, ya imparable a partir del año 1987. Tal vez su ausencia de articulación sindical y el encorsetamiento juvenil en los colegios y universidades expliquen en parte este deterioro de la experiencia del radicalismo y la Junta Coordinadora.

Sin embargo, retomando, más allá de su poca significación histórica, ofrece la experiencia juvenil peronista de los años ochenta, una referencia interesante a la hora de repensar teórica y políticamente el error conceptual que, creemos, signó la estapa de protagonismo juvenil de los años 70, que fue la errónea caracterización del origen y funcionamiento histórico del Movimiento Obrero Organizado y sus modalidades de representación sectorial, cuyo corolario espectacular fue el asesinato de José Rucci en el año 1973, en plena etapa democrática y recién efectivizado el triunfo de Perón, como en 1951, por el 62% de los votos.