néstor

El discurso médico catastrófico es el nuevo aliado utilizado por la oposición para señalar los límites del proyecto kirchnerista.

Su punto inicial, en épocas de cariño, lo inauguró Eduardo Duhalde, hace tiempo y a lo lejos, con su sentencia "Kirchner se está inmolando", y el punto más alto en el despliegue mediático de la teoría de la " inmolación" del filósofo de Lomas de Zamora, fue el cómico síndrome de Hubris, y se extiende como reguero de pólvora a no sé qué cosa trágica ahora mismo, respecto de este nuevo episodio de salud del ex presidente Kirchner, cuyo punto de mayor mentira y degradación se lee acá, en El País, simpático matutino de la Madre Patria.

La virtud de los santos, el coraje personal, aun si estamos envueltos por el miedo, no consiste tanto en inmolarse, sino, en las funciones que el destino le asignó a Néstor: se trata de no inmolar a la Argentina, mientras distendido se juega golf, o se entierra en vida en un SPA de alta gama para "desestresarse". Son opciones de hierro, personales, además.

La necesidad de sacar del horizonte político a Néstor Kirchner por los métodos que fueran, incluidas las especulaciones sobre situaciones íntimas, muestra dos circunstancias, ambas lamentables y menores:

1. La pobreza mendicante de parte de la oposición ejercida desde los medios y la política, que no repara en límites de ningún tipo, y así deberá ser tratada, en consecuencia.
2. La certeza compartida por todos, sobre la posibilidad cierta de cumplimiento del mito del 40+1.

Sea por uno u otro motivo, compañeros y compañeras, aunque muchos de los que leen Ramble sean muy jovencitos, la propia muerte, la verdad, es pura incertidumbre personalísima , y en su momento exacto, ni antes ni después, todos lo sabemos aunque nos inventemos certezas que a poco de volar se disuelven como pompas de jabón .

Sin embargo la política, aun con todo lo de aleatorio que modela su despliegue, en alguna medida lo es menos.

Y en este proceso abierto en mayo de 2003, su posición respecto de 2011 la decide la propia convicción política de Néstor Carlos Kirchner, y no el temible, escandaloso, letal, inexorable, mamita qué miedo... síndrome de mingubris... La vida es una tómbola, y arriba y arriba!