abos, althusser, palma, la hormiga y el oso (hormiguero!)

Me llega un mail informando sobre la muy buena contestación de Dante Palma a esta nota del pensador contemporáneo Álvaro Abós , publicada en la platea de doctrina.

Recuerdo de Abós varias cosas. Su paso por las páginas de UNIDOS, revista libro del peronismo renovador chachistoide, decretando los funerales del marxismo, sólo porque en uno de sus tantos brotes psicóticos al buenazo de Louis Althusser se le había ocurrido estrangular a Hellene su mujer, pretensión Abosiana que mereció como contestación esta nota que está aquí, publicada en el Nº1 de la revista post-althusseriana (perdón, Raúl!!) "Acontecimiento", dirigida por Raúl Cerdeiras.

Memoro también cuando saludaba, desde no sé ya qué diario, la "experiencia gremial de mayor volumen democrático jamás existente", encarnada en... el finado Gordo Rodríguez del SMATA!!

Así hubieron no sólo estos dos, sino varios notables éxitos de caracterización de Álvaro, que ahora, gracias a Dios, escapan a nuestra ya descangallada memoria.

Sin embargo, a pesar de haberlo leído de jóvenes, ya ni en pedo, nunca, jamás, pensamos que Abós llegaría tan alto, casi como el Profesor Jirafales, y cerraría un análisis pleno de metáforas conmovedoras como esta última, extractada de la nota que, con justeza y envión juvenil, le critica el compañero Palma.

Va la metáfora Abos-minable: 1,2,3...:

Armado con esas flechas, Kirchner ha envenenado el ámbito de la política argentina que, a casi treinta años de la restauración democrática, no puede articular consensos, ni siquiera básicos, ni definir confluencias y continuidades. Ese veneno obliga, a quienes nos sentimos opositores, a ejecutar una operación que podría sintetizarse así: cómo frenar y desarticular la belicosidad kirchnerista sin mimetizarse con ella ni reproducirla en sí misma. Pues eso sería admitir que la lógica del kirchnerismo nos incluye.

En otras palabras: cómo dejar de ser Caperucita sin que las orejas se nos llenen de pelos y los colmillos nos crezcan.

Que bueno...!, que lo parió Mendieta. Strooordinariooo... Aunque, pensándolo bien, compañeros y compañeras, en Ramble hubiéramos preferido terminar esa linda nota con la fábula -cuento mucho más interesante del Oso Hormiguero y la Hormiga-. Quedaría más o menos así:

En otras palabras: cómo dejar de ser hormiga sin que la trompa nos llegue al piso y los bigotes nos tapen las antenitas..., ajajajejajajajeja.

PD: Alguna otra metáfora se les ocurre a los compañeros y compañeras? Déjenla por favor en los comentarios y las usaremos en futuros ensayossss...