argentina vs. alemania: crónica de una revancha anunciada

El día que puso punto final a su primera ilusión mundialista, Javier Macherano quedó sentado en el medio de la cancha con los ojos llenos de lágrimas, pero con la convicción de que la celeste y blanca le iba a dar una nueva oportunidad.

El día que Jeff Lehmann se consagró atajando penales - con un papel como hoja de ruta - Lionel Messi, sentado en el banco de suplentes, se evadió del festejo alemán y la trifulca posterior. Minutos después, sin encontrar explicación alguna a su ausencia en la cancha, dejó el Estadio Olímpico de Berlín con la certeza de que ese no era su designio final en un campeonato mundial.

El 30 de junio de 2006 es un día que quedará en la memoria de los argentinos con la misma sensación de aquel que se guardó algo que tenía para decir. Un día atragantado, llamémoslo… La inoportuna lesión del Pato, la maldita fatiga de Román que obligó al ingreso de Cambiasso para frenar las subida de Odonkor y la “corazonada” de Cruz por Crespo para luchar contra los tanques, habían excluido al joven Messi del fervor de la batalla. Recordemos que Lio tenía 19 años recién cumplidos.

Y si… Hoy, con el rosarino devenido en el mejor jugador del mundo volvemos a sentir que la suerte podría haber sido otra pero, como el título de la serie de los años sesenta, es “cosa juzgada”. Aquel viernes en las calles había tristeza y resignación pero no decepción. La selección de Pekerman estaba más afuera por falencias propias que por mérito del rival y, lo peor de todo, debíamos esperar cuatro años más para sacarnos la espina clavada. Ese día los titulares de los diarios afirmaban que “Morimos de pie”.

Hoy, aquella metáfora obituaria conmemora su cuarto aniversario y por esas magnificas coincidencias que tiene el fútbol nos pone a horas de volver a enfrentar a Alemania en la misma instancia: cuartos de final de un Mundial.

Por más que los jugadores de la selección de Maradona intenten sacarle el rótulo de revancha al partido del sábado-permítanme afirmar - este es el título que mejor le sienta. ¡Es verdad! Los momentos son diferentes y las situaciones particulares de los actores –algunos se repiten otros no- no son las mismas. Pero más que nunca queda en evidencia que el fútbol da nuevas oportunidades.

Sentados en la misma butaca que nos absorbe en cada campeonato mundial cuesta creer que esta no sea la película de Alemania ´06 que se repite. En aquella instancia el cruce de octavos ante el México de Lavolpe nos había reflejado, casi como un analista en el sillón, nuestras propias debilidades. Luego vinieron los dueños de casa y la sensación es que se hicieron las cosas bien. Se tomaron los recaudos, el equipo tuvo la pelota y se jugó al ritmo que propuso Argentina pero faltó la puntada final. Faltó peso ofensivo y ese tal vez sea el reproche que se le puede achacar al equipo de Pekerman. No supo matar al gigante herido y Alemania revivió.

En esta copa volvimos a pasar el grupo invictos y jugando bien. En octavos nos toco el clásico cruce con los mexicanos –y el partido tuvo mucho de aquella noche de Leipzig- donde el equipo desnudó algunos puntos flacos que encendieron las alarmas de alerta.

Ahora viene la renovada selección de Joaquín Löw, otra Alemania que poco se parece a la del 2006, y resulta importante no volver a tropezar con la misma piedra. El Argentina 1 Alemania 0, antecedente del pasado 3 de Marzo en Munich, resulta alentador.

El gol de “pipita”, el arco en cero y el 4-4-2 convincente le aportaron calma a la selección de Diego luego de la tormentosa clasificación mundialista. Mostró que el equipo estaba y que las dudas de las eliminatorias comenzaban a convertirse en certezas. Muchos toman aquel partido como el inicio de la recuperación, ese momento divino donde el equipo del Diez vio la luz.

Argentina ilusionó que estaba a la altura para pelear con los grandes. Y vaya si lo estaba, hoy el equipo está entre los ocho mejores de Sudáfrica 2010 hecho que parecía imposible luego de la derrota con Brazil en Rosario. Pero, como la historia manda, Argentina debe ir por más. La última coincidencia, en esta lista de antecedentes, es el partido de 2005 entre alemanes y argentinos en suelo bávaro durante la Copa de las Confederaciones.

El equipo de José había aprobado el examen con un 2 a 2 y mantenía la convicción de que se podía mojarles la oreja a los organizadores del Mundial en su propio hogar. Menos de un año después ese partido se repitió y los penales nos mandaron a casa tirando por la borda todo tipo de especulación y antecedente. Por lo que queda en evidencia que el triunfo de Marzo pasado es solo parte de la estadística y nada tendrá que ver con lo que veremos el próximo sábado en Ciudad del Cabo.

Las cartas, a horas del partido, están en la mesa…. Ahora solo resta ver como ambos DT - Löw y Maradona - las usarán en este juego de estrategias. La ilusión de quien escribe es que Diego ponga todo en la primera mano para no repetir historias vividas. Solo así las imágenes de revancha que vislumbraron Masche, Lio y compañía en Berlín cuatro años atrás podrán hacerse realidad.

Para los devotos a la celeste y blanca, que cada noche con la cabeza en la almohada tacharon como presos los mil cuatrocientos sesenta y un días que los separaban hasta este quinto partido del Mundial, queda claro que la cuenta regresiva terminó. Es tiempo de revancha para todos, Argentina ya hizo el luto y ahora tiene la obligación de ganarle a Alemania.

Jordan Gallicchio