6/24/2010

hay tantas cosas que van por donde quieren....

Me llega esta de Jordán Gallicchio sobre el desafío que mañana afrontará el seleccionado de Chile y el loco Bilesa que quiero compartir.

Confieso que el de ayer no fue un mediodía igual a todos. A pesar de ser uno de esos con el enojo fácil -mecha corta como suelen decir en el barrio- por una rara excepción, de esas que ocurren cada cuatro años, esta vez no me subí al transporte público mascullando bronca. ¡Motivos tenía!

Si, el hdp… del colectivero anterior me había dejado plantado en la parada junto a una anciana que apenas podía sostener tres bolsones del supermercado. Esas cosas, son por lo general, las hacen que uno arranque el día indignado. Además pasó el semáforo en rojo ¡Ya sé! Es verdad que al tipo lo apuran con la hora pero no por eso vas a matar a alguien, traté de contestarme. Y la que tranquilamente podía ser mi abuela: ¿Por qué debía comerse el garrón de esperar un nuevo cole que tardó veinte minutos más en pasar? Y yo, que como siempre andaba jugado de tiempo:

¿Por qué tenía que llegar tarde a la oficina? La cuestión es que me resultó imposible calentarme. El motivo: estamos en tiempo de Mundial, a Argentina le va bien y por ende el resto de las trivialidades de la vida cotidiana parecen no afectar mi racionalidad como buen futbolero.

Encontré un asiento libre, me senté y me puse a pensar en lo que significó el gol de Palermo, en que hasta ahora no nos han atacado con profundidad y a imaginar la fórmula que utilizará

Maradona con el objetivo de parar la subida de los laterales aztecas. Atrás mío dos hombres, con un par de mundiales mas encima que quien escribe, hablaban de la posibilidad de que el Chile de Bielsa se quede afuera en primera ronda. Me vi obligado a parar la oreja

¿No me digan que nunca les pasó eso de que les importe la charla de al lado y querer tirar un comentario? La verdad es que no me animé pero si me inspiró a pensar como, ocho años después de su primera experiencia mundialista, las paradojas del destino ponen a Marcelo Bielsa en una nueva encrucijada.

Esta vez no se discute si Crespo y Bati pueden jugar juntos o si está bien que Ortega o el “piojo” López marquen la salida de los laterales, hoy nace el interrogante si el Rosarino cambiará el esquema exitoso de a la roja para contrarrestar el poderío del “candidato” España. Si le ofrecerá el clásico, en términos boxísticos, golpe por golpe o copiará la célebre - con el resultado puesto - formula Suiza de esperar, aguantar y contragolpear. Está claro que el fútbol no es exacto y retomando aquella negativa de Borges cuando le preguntaron ante la posibilidad de que exista una máquina para escribir poemas, tampoco podemos pensar que haya un esquema de juego, una fórmula que garantice un triunfo.

Si hacemos un análisis de pizarrón, de esos que abundan en los canales de cable, Chile viene jugando con un 3-4-3 y el resultado es implacable; dos triunfos y ningún gol en contra. La pregunta es: ¿Qué hará Bielsa ante un equipo español obligado a ganar para seguir en el Mundial?

Nota completa acá

7 comentarios:

Aparicio Gomez dijo...

Muy bueno. Un erro insignificante fue con Suiza con quien perdio no con Serbia. Saludos

Nando Bonatto dijo...

Tengo una duda existencial
Deseo que España quede afuera para pararle el copete a la gallegada archicreida y no soporto el chilenismo futbolera
Bielsa todo bien, pero en general la conducta deportiva de Chile a sido historicamente un verguenza
¿no pueden quedar lo dos afuera?

Artemio López dijo...

Gracias Aparicio!

Liliana y Carlos dijo...

Lo vi muy flojo a España contra Honduras, impreciso en el control de pelota, con pocas variantes y muy dependiente de Villa.
Si juega así mañana me parece que va a acompañar a Italia y a Francia.

Artemio López dijo...

Exacto Carlos, hoy discutía eso en el bar con los muchachos...España depende demasiado de Villa, excesivamente.
salu2!

corto dijo...

muchachos, chile no tiene pausa!!! por que bielsa no lo llevó a riquelme??

Momo dijo...

Bielsa es un gil.
Es como Sanfi pero al reves y con equipo.
Un chanta pasado de ginebra.