popova, de foucault a blanck

"Kirchner estaba desde temprano y Cristina llegó después de las ocho y media. La espaciosa suite que cobijó su desesperanza tiene 150 metros cuadrados, con una recepción amplia que estuvo poblada por media docena de televisores, un living algo más íntimo y después la antecámara. Allí, en una esquina se instaló una computadora en la que Máximo, el hijo mayor de los Kirchner, junto a su novia, seguían los resultados que iba informando el escrutinio oficial. El dormitorio permaneció cerrado: nadie pudo apreciar el mueble chino en madera oscura, con imágenes pintadas de cañas de bambú y ruiseñores. Ni el fresco firmado "N.Popova 94", con figuras de arlequines, que ocupa todo el espaldar de la cama."

De todo lo publicado este fin de semana como balance del nuevo mapa de poder político configurado tras el 28J, este párrafo de la nota de Julio Blanck es el más impactante. No por el balance electoral negativo para el oficialismo, que apenas esboza la crónica, sino por la enorme derrota, íntima, inapelable que infringe al observado, la mirada del cronista.

La descripción pormenorizada del clausurado dormitorio donde el matrimonio Kirchner recibía las noticias sí que amargas, es una notable matáfora del panóptico foucaultiano y está puesto exactamente ahí en la crónica para informar-nos hasta dónde llega el poder cuando vigila, el cuarto y también , el primero.

Sabemos que en Foucault, para la economía del poder y su administración resulta más rentable y eficaz vigilar que castigar. El ejemplo del panóptico le sirve al filósofo francés como modelo práctico - teórico . Es mucho más económico vigilar de manera absoluta a las personas para que no violen la legalidad que castigarlas luego por violarla, el castigo normalmente individual supondrá, entre otras cosas, un mayor gasto para que el sujeto sea "recuperado".

En este sentido, el panóptico , ese ojo infinito, ya como dispositivo de poder requiere ser capaz de "meterse bajo las sábanas" si lo desea, y es en esa capacidad de intervenir donde nadie puede llegar a ver que resulta más eficaz y poderoso que el mero castigo : Vigila a millones , lo vigila todo y hasta el privadísimo fresco de Popova ya es parte del paisaje dominguero, pobrecita la Natasha .