salarios 2009..: poniendo estaba la gansa!

Es notable observar a las cámaras patronales y a sus consultores amigos, quienes durante todo el 2008 sugirieron que el aumento del Índice de Precios al Consumidor rozaba el 30% o más y que hoy acuerdan con el gobierno sobre "el fin del flagelo inflacionario" -aunque "por las malas causas"-, pretendiendo así acotar en un 10% el techo de actualización salarial para la apertura de las convenciones 2009.

Los aumentos salariales, entonces, ya no generarían inflación como hasta el año 2008, sino que en 2009, profundizarían el desempleo a niveles descontrolados. Como se observa, fuente de calamidades variadas e incesantes, los salarios, pensándolo bien, deberían abolirse definitivamente.

El bombardeo informativo de medios opositores y oficialistas sobre el vertiginoso despliegue del desempleo a nivel internacional refuerza esta maniobra que intenta olvidar la inflación pasada y desconocer el retraso salarial observado durante 2008, donde, por caso, sabemos que el rubro alimentos y bebidas, del IPC, estratégico para los hogares con jefatura asalariada al que destinan promedio el 50% de sus ingresos, trepó el 27% y no parece ceder en 2009.

El gobierno nacional, por su parte y con buen criterio, promueve planes de canje y crédito preferencial para sostener el consumo, la actividad y el empleo. Sin embargo, la historia reciente, y en particular la que se inicia en mayo de 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner, muestra que no hay mejor estrategia para mantener robustos niveles de actividad y empleo que sostener el poder adquisitivo del salario, tonificando el consumo interno.

Así, pretender congelar la pauta de actualización salarial por debajo de los niveles del ritmo inflacionario 2008, y el que aún se observa en los inicios de 2009 (2% en enero), redundará en caída de consumo y potenciará inexorablemente el aumento del desempleo, demostrando una vez más que las recetas que ajustan por salario las restricciones de la economía, no hacen más que potenciar los efectos que dicen combatir, llevándonos nuevamente a un callejón sin salida.