"Estaba en España, recibí una carta de mi ex mujer que me hablaba de la desaparición de la nena en el zoológico. Apareció Borges en Madrid. Venía de recibir la condecoración de Pinochet. Dijo casi textualmente:"El general Videla no ha sido lo suficientemente eficaz en la represión a los Montoneros" Esta sentencia pertenece a David Viñas y aparece hoy en el diario Crítica en medio de un extenso reportaje sobre política y literatura. No es el costado ideológico brutalmente repugnante de Borges el que interesa remarcar acá, señalamiento ya muy trajinado. Llama la atención la forma de elaborar su discurso, las palabras prolijamente seleccionadas, la tremenda utilización del término "eficacia" como atributo del estado terrorista para ejecutar tareas de represión. Pedir "eficacia" a Videla ...Sólo Borges llegó tan lejos en esos años de plomo.
33 comentarios:
Me parece que leer literalmente a Borges es un error.
Coki
Demasiado contundente para quienes quieren salvarlo por los gestos de firmar la solicitada de las Madres o asistir al juicio a las juntas. Enn verdad, quienes quieren justificarlo cualquier cosa encontrarán, pero nada más "eficaz" para refutarlos. Con perdón de la palabra.
Aca hay un doble error que haría mucha gracia al mismo Borges.
Artemio se basa en un recuerdo "casi textual" de Viñas.
y lo supone "tremendo".
No sabemos si dijo realmente lo que Viñas dice que dijo y luego no sabemos, que es lo que quizo decir, si lo dijo.
A todo esto Artemio lo valora como "tremendo".
Me lo veo a Borges riendose en alguna parte.
Salu2
De todo modos Borges pidio disculpas publicamente ("soy un hombre ciego y en ese entonces era más ciego aún") a diferencia de Sabato que tambien almorzó aquella vez con videla y despues integro la Conadep como si nada...
Borges es un coloso. Un indiscutible. Cuando el progresismo vernáculo logre producir un escritor que tenga el 1,5% de su talento, que hable.
Mientras tanto, les recuerdo que Ernesto Sábato se deshizo en elogios hacia Videla, e incluso lo visitó en 1978.
Lo más probable, de todos modos, es que ninguno de los dos conociera en profundidad los excesos que estaban cometiendo los militares, y simplemente hayan compartido la intención de reprimir al terrorismo, que en si misma era absolutamente correcta, e incluso había sido decidida por el gobierno constitucional, con aquella recordada orden de "aniquilar" a la guerrilla.
Por todo ello, leer que el cuatro de copas Viñas pretende comparar al genial Jorge Luis Borges con otro cuatro de copas como Rodolfo Walsh, es realmente patético, y sobre todo, da risa.
Palotes...cómo se desarrolla el complejo proceso de "ignorar" lo evidente en un coloso?... Lo puede describir?
salu2!
Patético es lo tuyo Juan de los palotes. Mirá que decir que Walsh es un cuatro de copas y encima para defenderlo a Borges en esta situación..., en fin: no entendés nada o "agarrá lo libro que no muerden".
TRini
Estimado anónimo: y si no lo dijo, por qué pidió perdón Borges? Por qué lo condecoró Pinochet, y, lo peor:por qué él aceptó la condecoración?
Otra cosa: quiso va con ese.
Trini
Perón también llegó muy lejos en su maltrato a Borges y eso él no se lo perdonó nunca.
No creo en las disculpas de Borges,y no soy la única, porque los suecos tampoco le creyeron --de ahí que no le dieron el Nobel--.
Su antiperonismo rabioso lo perdió: al fin nuestro tan mental George era un apasionado más!! Toda una vida trabajando para el Premio Mayor,y la furia lo traicionó: se fue de boca, como dicen, y chau.
Pero bueno, hay que aceptar los claroscuros de nuestros grandes. Aunque las oscuridades a veces sean como boca de lobo.
¿Muy lejos en el maltrato? Se podría citar varias decenas de personas que fueron bastante más maltratadas por el peronismo que Borges. La mayor "persecución" que sufrió fue el famoso traslado de su cargo en una biblioteca municipal a inspector de ferias francas, sin pérdida del empleo ni sisa en el salario.
El mismo explicó su odio al peronismo con más precisión: no era un gobierno de caballeros (los de Pinochet y Videla sí).
La verdad es que ni Sábato ni Borges mostraron una columna vertebral muy rígida en el célebre almuerzo. Para honra suya, fue el padre Castellani, que en otro tiempo había sido fascista, quien se animó a pedir por su antiguo discípulo, el escritor Haroldo Conti, desaparecido entonces y hasta hoy.
Hizo falta un ex fascista para que fuera menos lamebotas que dos egregios republicanos.
Saludos
Don Artemio:
Coincido con usté. Ideológicamente repugnante y deliciosamente dicho. El fondo no coincide con la forma.
Leí por ahí que cuando lo condecoró Pinochet dijo algo así como "Yo prefiero la limpia espada a la furtiva dinamita". Una frase hermosísima a la que empaña nada menos que su significado y a la que el contexto en el que fue pronunciada vuelve directamente repulsiva.
Le mando un abrazo.
ElQique
http://elquique.blogspot.com
PD: Me sacó de sus favoritos, don Artemio, y ahora nadie me visita. Usté sí que tiene réiting.
Artemio, no puedo creer que levantes declaraciones de un gorila de izquierda como David... Un grande David, pero ya esta viejito, se quedó en la parodia de sí mismo.
Buenos Aires, abril-junio de 1972
Trácense las líneas generales como una narración de Borges.
El dictador es derrocado y más de la mitad del pueblo se alegra d,e ello. El dictador había llenado las cárceles y vaciado la tesorería. Al igual que muchos dictadores, no había empezado mal. Quería engrandecer su país. Pero él no era un gran hombre; y quizás no era posible engrandecer el país. Transcurren diecisiete años. El país sigue sin grandes hombres; la tesorería sigue vacía; y el pueblo se encuentra al borde de la desesperación. Empieza a recordar que el dictador tenía una visión de la grandeza del país y que era un hombre fuerte; empieza a recordar que había dado mucho a los pobres. El dictador está en el exilio. Comienza la agitación popular para que vuelva. Ahora el dictador es muy viejo. Pero el pueblo recuerda también a la esposa del dictador. Ella amaba a los pobres y odiaba a los ricos, y era joven y hermosa. Y ha seguido siéndolo, porque murió joven, en plena dictadura. Y, milagrosamente, su cuerpo no se ha descompuesto. ~
“Esa",. dijo Borges, «es una historia que yo nunca podría escribir».
Mas a los setenta y seis años, y después de diecisiete de proscripción y exilio, Juan Perón, desde' el barrio residencial de Madrid conocido por Puerta de Hierro, dicta las condiciones de paz al régimen militar de la Argentina. En 1943, cuando era un coronel del ejército que predicaba un nacionalismo feroz, Perón se convirtió en un poder en la Argentina; y de 1946 a 1955, gracias a dos victorias electorales, gobernó como dictador. Su esposa, Eva, no ocupaba ningún cargo oficial, pero gobernó con Perón hasta 1952. En aquel año murió. Fue embalsamada costosamente y ahora su cadáver está con Perón en Puerta de Hierro.
La cuestión ideológica de Borges es indefendible, desde donde se la mire. Aún si se le perdona su antiperonismo (no se porqué habría de perdonárselo, pero bueno, es cuestión de clase), su simpatía por los regímenes de Pinochet y Videla es insostenible. Y creo que de nada sirve contraponerlo con el ejemplo del "proto-emo" Sábato, porque estamos hablando de lo mismo. Sábato buscó lavar su inicial apoyo a la dictadura integrando la Conadep, como lo hicieron otros (Magdalena, la periodista preocupada por la libertad de prensa). Borges buscó eludir ese pasado haciendose el boludo y contestando con citas de las sagas nórdicas o Chesterton, algo que siempre emocionó al medio pelo argentino, o aludiendo a su ceguera. Por desgracia, era un gran escritor y su obra vale en sí misma, pero su aspecto humano es escalofriante y claramente imperdonable. Un paralelo que tal vez sirva: hace unos años todo estaba reparado en Francia para celebrar el centenario del cine de los hermanos Lumiere. Y salió a la luz que, durante la ocupación nazi, los adorables viejitos acercaban a las autoridades alemanas listas con sus vecinos judíos, los que eran prolijamente (eficientemente) removidos y exterminados. Se congeló el festejo (creo que incluía una estampilla y todo) y no se los volvió a nombrar. Sirve de poco a un país venerar a un intelectual como tal ignorando que apoyó regímenes de tortura, desaparición y muerte.
newton creía en la alquimia, einstein le pegaba a la mujer, maradona le da a la falopa y borges era facho.
pero todos nos dejaron su obra, que por un instante nos habilitan a creer que somos más que monos evolucionados que se van a extinguir a más tardar cuando explote el sol.
creo que borges fue una basura y sabato todavia lo es. Una persona debe ser considerada en su totalidad y no solo como escribe. los dos apoyaron fervientemente la dictadura igual que favaloro. Eso solo lo excluye de ser considerados como grandes por mas que se destaquen técnicamente en lo que hacen. Prefiero a los nadies que dia a dia luchan por sobrevivir en este sistema tan salvaje. Obviamente prefiero a la Barbarie y no a todos estos civilizados que reproducen y justifican el sistema de opresion y exclusion.
Perdón, a Borges no le negaron el nobel por razones ideologiacas, no se lo dieron por razones litararias que no las voy a mencionar para no iniciar una discusion literaria. Para mi su no-premiacion está justificada en base a sus cualidades como escritor. El premio nobel y en especial el de la Paz que es el más político de todos se lo dieron a sendos derechistas.
Hoy Moyano dijo que el asesinato de Rucci se debia enjuiciar como crímen de lesa-humanidad. Moyano puede decir esto tranquilamente sin que se lo critique aquí por dos ranzones:
1-Es peronista
2-Es negro (y Borges era blanco¡y encima gorila!).
Se vienen profundos conflictos étnicos en Argentina. Yo lo digo en chiste, pero ustedes ¡lo dicen en serio!!
Artemio:
Borges era un colosal escritor e intelectual (pero intelectual de los de verdad, y no de los pelilargos que hoy se juntan para apoyar al régimen montochorro).
El hecho de que no haya conocido los detalles del método (ilegal) que los militares utilizaron para neutralizar al terrorismo, ni los graves excesos que se cometieron, no disminuye un ápice su valor, pues no hay que olvidar que ya era un anciano, ciego, y que vastísimos sectores de la sociedad recién conocieron aquellas historias al restituirse la democracia.
Lo que me da -insisto- mucha risa, es la (enfermiza) costumbre del progresismo, de vanagloriar a aquellos artistas con los que coinciden ideológicamente, y criticar sistemáticamente a aquellos que piensan diferente.
Al ridículo que más arriba se atrevió a comparar a Borges con Rodolfo Walsh, le sugiero que busque obras de este último en las librerías de Tokio, Moscú, Sidney, New York, Bogotá o Ciudad del Cabo.
(si encuentra alguna, me voy nadando a Corea del Norte, en bolas, idea y vuelta).
Para Unidad de la Iquierda: No llego a ver qué tiene que ver lo de Moyano en esta discusión ni tampoco la razón del ataque gratuito de "ustedes lo dicen en serio". Lo que si te digo es que fue por motivos claramente ideológicos que el Nobel le fue negado a Borges, a mi ver con toda razón. En cuanto al de la Paz, iluminame, por favor. ¿En qué esquema de la derecha entra Pérez Esquivel? Y fijate que el "sendos" está mal usado.
Un saludo
Del tucu:
¡Que tema Artemio!. Hacerse cargo de JLB otra dificultad más de ser argentino.
Hay muchos temas relacionados para debatir que anclan en la realidad actual.
De Spencer y su Irigoyenismo juvenil a apoyar a Videla y Pinochet.
¿Que pasó en el medio?
La revolución peronista.
Le bastaba para descalificarla decir que Perón era corrupto.
Otro tema su formación, desde niño tantos libros y nada de calle. ¿Algo común con cierta izquierda gorila?
Y nuestra derecha siempre igual.
¿Cómo descalificar a Rodolfo Walsh?
Juan de los Palotes ... buscando sus obras en Tokio, Moscú ...
Si esto no es colonialismo cultutral.
Por suerte a mi comprovinciano le tradujeron su obra máxima "La Felicidad" a varios idiomas.
MP, tu planteo es sencillamente absurdo. Con ese criterio, si Messi piensa distinto a vos, no merece que lo premien como un gran futbolista, o si Mel Gibson hace una gran película, no merece el Oscar porque no piensa como vos.
Pensá en el disparate que estás diciendo, y reflexioná.
No, cangallito. El detalle es que apoyó a dos dictaduras carniceras. Detalle no menor, que ni siquiera a vos se te tiene que escapar! Y trabajá en los ejemplos porque salen medio chotos. Para la próxima, buscá algo con Sartre... no sé. Pensá, macho, yo no te voy a solucionar la vida!
Sospecho que Hugo Moyano en esa época le pedía lo mismo a Videla
Salud
LAVA
Artemio con el diario del lunes todos nos podemos tratar de tu sino recordemos que asi como venia de recibir la condecoracion de pinocho el 1 trabajador lo habia condecorado a pinocho
va para el recuerdo
El trato a los exiliados también fijó la posición de ese gobierno. De acuerdo con las denuncias de legisladores de la UCR, de las cuatrocientas personas refugiadas en la embajada argentina en Santiago, cerca de trescientas, poseedoras del salvoconducto otorgado por la Junta Militar de Chile, no podían salir del país por la falta de autorización del gobierno argentino.
Un calvario similar vivieron unos cien exiliados chilenos alojados en el Hotel Internacional de Ezeiza, quienes pese a contar con un fallo favorable de la justicia argentina, fueron impelidos por las autoridades políticas a abandonar el país en un plazo de 24 horas.
Las relaciones políticas entre el gobierno justicialista y la dictadura chilena incluyeron el encuentro, en mayo de 1974, entre Perón y Pinochet en la Base Aérea de Morón; la condecoración al dictador con la Gran Cruz de la Orden de Mayo al Mérito Militar, otorgada por una delegación argentina encabezada por el ministro de Defensa, Adolfo M. Savino; y la visita del propio Pinochet, en abril de 1975, en la que públicamente propició la cooperación bilateral entre las FF.AA. para la represión de la guerrilla.
La entrada me parece propia del ladriprogresismo y no de tu nivel
saludos
BORGES y EL PASADO FALSO
Borges, hablando de la fama de los escritores, dijo: «Lo importante es la imagen que creas de ti mismo en las mentes ajenas. Mucha gente considera a Burns como un poeta mediocre. Pero él representa muchas cosas y gusta a la gente. Esa imagen -al igual que sucede con Byron- puede llegar a ser más importante que la obra.»
Borges es un gran escritor, un poeta dulce' y melancólico; y las personas que saben español le veneran como creador de una prosa directa, nada retórica. Pero la reputación que tiene entre los angloamericanos, la de ser un argentino ciego y anciano, autor de muy pocas, muy cortas y muy misteriosas historias, es tan hinchada y falsa que oculta su grandeza. Posiblemente le haya costado el Premio Nobel; y es muy posible que cuando esa falsa reputación decaiga, cosa que sucederá inevitablemente, desaparezca también su obra, que es buena.
Lo irónico del asunto es que Borges, en lo mejor de su obra, no es misterioso ni difícil. Su poesía es accesible; en gran parte es hasta romántica. Sus temas vienen siendo los mismos desde hace cincuenta años: sus antepasados militares, sus muertes en combate, la muerte misma, el tiempo y el viejo Bue nos Aires. Y hay cerca de una docena de historias muy logradas. Dos o tres de ellas son pura y simple-
mente historias de detectives, anticuadas incluso (una fue publicada en la Ellery Queen's Mystery Magazine). Algunas tratan, de modo muy cinematográfico, del hampa bonaerense de principios de siglo. A los gángsters se les da una estatura épica; ascienden, son desafiados y a veces huyen.
Las otras historias -las que han vuelto locos a los críticos- vienen a ser chistes intelectuales. Borges toma una palabra como «inmortal» y juega con ella. Supongamos, dice, que los hombres fueran real· mente inmortales. No sólo hombres que hubiesen envejecido y no murieran, sino hombres indestructibles, vigorosos, que sobrevivieran eternamente. ¿ Cuál sería el resultado? Su respuesta -que en su historia- es que en algún momento cada una de las experiencias concebibles caería sobre cada hombre, que cada hombre, en un momento u otro, asumiría cada carácter concebible y que Homero (el héroe disfrazado de esta historia concreta) incluso podría, en el siglo XVIII, olvidarse de haber escrito la Odisea. O tomemos la palabra «inolvidable». Supongamos algo que' fuese verdaderamente inolvidable y que no pudiera olvidarse ni por un segundo; supongamos que esta cosa, al igual que una moneda, cayera en tu poder. Ampliemos la idea. Supongamos que hubiese un hombre -pero no, tiene que ser un muchacho que no pudiera olvidar nada, cuya memoria, por consiguiente, se hinchase como un globo con todos los detalles inolvidables de cada minuto de su vida.
Estos son algunos de los juegos intelectuales de Borges. Y quizás su obra en prosa más lograda, que es también la más corta, sea un puro chiste. Se titula Del rigor en la ciencia y figura que se trata de un extracto de un libro de viajes del siglo XVII.
En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisfacieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.
Esto es absurdo y perfecto: la parodia exacta, la idea grotesca. El rompecabezas y los chistes de Borges pueden crear adicción. Pero hay que tomarlos como lo que son; no siempre justifican las interpretaciones metafísicas que se hace de ellos. Es mucho, sin embargo, lo que atrae al crítico académico. Algunas de las bromas de Borges exigen un despliegue exagerado de erudición curiosa y a veces desaparecen debajo de ella. Y existe el lenguaje, en ocasiones barroco, de las primeras historias.
Las ruinas circulares -una historia rebuscada, casi de ciencia ficción, que trata de un soñador que descubre que él mismo existe solamente en el sueño de otra persona- empieza: «Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche.» Norman Thomas di Giovanni, que durante los últimos cuatro años no ha hecho otra cosa que traducir a Borges, y que ha contribuido más que cualquier otra persona a difundir la obra de Borges en el mundo de habla inglesa, dice:
Puedes imaginarte lo mucho que se ha escrito acerca de ese «unánime». Acudí a Borges con dos traducciones de dicha palabra: ~surrounding" (circundante) y «encompassing» (que abarca). Y le dije: «Borges, ¿qué quería decir en realidad con eso de la noche unánime? Eso no significa nada. Si hay una noche unánime, ¿por qué I!-0 hay una noche que bebe té, o una noche que Juega a las cartas?» Y su respuesta me dejó atónito. Dijo: «Di Giovanni, . eso no es más que un ejemplo del modo irresponsable en que solía escribir.» Utilizamos «encompassing» en la traducción. Pero a muchos profesores no les gustó perder su noche unanime ...
Una mujer tenía que escribir un ensayo sobre Borges para un libro. No sabía español y basaba su ensayo en dos traducciones inglesas bastante mediocres. Un ensayo largo, de unas cuarenta paginas. Y uno de sus puntos cruciales era que Borges escribía una prosa muy latinizada. Tuve que señalarle que Borges no podía evitar el escribir una prosa latinizada, porque escribía en español y el español es un dialecto del latìn La mujer no consultó con nadie cuando ponia los Cimientos. Al final grita «¡Socorro!» y corres hacia ella y ves este rascacielos enorme hundiéndose en la arena movediza.
MP, en lugar de refutar gansadas, aclará lo siguiente:
¿Porqué pensás que si alguien no comparte tu ideología, automáticamente deja de ser un gran escritor?
¿Realmente no te parece absurdo lo que estás diciendo?
Me hacés acordar a los judíos de ultra-derecha, que se niegan a escuchar al genial Wagner, argumentando que era el músico preferido del Fürher.
Por suerte hay gente sensata como Daniel Baremboin, que se caga en esas estupideces, y ha vuelto a interpretar a Wagner en Israel.
En 1969, Di Giovanni acompañó a Borges en una gira de conferencias por los Estados Unidos:
Borges es un caballero. Cuando la gente se le acerca y le dice lo que significan realmente su~ narraciones -después de todo, él sólo las escnbió- les da la contestación más maravillosa que jamás se ha oído. « ¡Ah, gracias! Usted ha enriquecido mi narración. Me ha hecho un regalo magnífico. He venido de Buenos Aires a X -Lubbock, Texas, por ejemplo- para averiguar esta verdad sobre mí mismo y sobre mi relato."
Durante muchos años, Borges ha gozado de una gran reputación en el mundo de habla hispana. Pero en Un ensayo autobiográfico, que apareció en forma de «Profile» (perfil) en el New Yorker, en 1970, dice que hasta que ganó el Premio Formentor en 1961 -tenía entonces sesenta y dos años- era «prácticamente invisible, no sólo en el extranjero, sino también en mi tierra, en Buenos Aires». Es ésta la clase de exageración que consterna a algunos de sus primeros seguidores argentinos; y algunos de ellos llegaron a decir que su «irresponsabilidad» ha crecido con su fama. Pero Borges siempre ha sido irresponsable. Buenos Aires es una ciudad pequeña; y lo que tal vez era inofensivo cuando Borges pertenecía solamente a esta ciudad pequeña se vuelve menos inofensivo cuando los extranjeros hacen cola para entrevistarle. Hubo un tiempo, sin duda, en que la celebración por Borges de sus antepasados militares y de sus muertes en combate halagaba a toda la sociedad, dándole un sentido del pasado y de plenitud. Ahora parece excluir, proclamar una grandeza privada; y para muchos es sólo egoísta y presuntuosa. No es fácil ser famoso en una ciudad pequeña.
Borges concede numerosas entrevistas. y cada una de ellas se parece a todas las demás. Diríase que Borges hace que las preguntas sean irrelevantes; pasa sus discos, como dijo una señora argentina; representa su papel. Dice que la lengua española es su «perdición». Critica a España y a los españoles: sigue librando aquella guerra colonial, en la cual, no obstante, las viejas cuestiones se confunden con un prejuicio más sencillo, el que sienten los argentinos contra los inmigrante s pobres y atrasados que llegan del norte de España. Hace chistes obvios y de mal gusto a costa de los indios de la pampa. De mal gusto porque sólo veinte años antes de que Borges naciera estos indios eran exterminados sistemáticamente; y, pese a ello, obvios, porque las matanzas a semejante escala resultan aceptables solamente si se ridiculiza a las víctimas. Habla de Chesterton, Stevenson y Kipling. Habla del· inglés antiguo con todo el entusiasmo de un hombre que ha elegido un tema académico por sí mismo. Habla de sus antepasados ingleses.
En diciembre de 1969 nos encontrábamos en la Georgetown University de Washington, D.C. El hombre encargado de la presentación era un argentino de Tucumán y aprovechó la oportunidad para decirle al . público que la represión' militar había cerrado la universidad de Tucumán. Borges olvidó· por completo lo que había dicho aquel en Un ensayo autobiográfico, que apareció en forma de «Profile» (perfil) en el New Yorker, en 1970, dice que hasta que ganó el Premio Formentor en 1961 -tenía entonces sesenta y dos años- era «prácticamente invisible, no sólo en el extranjero, sino también en mi tierra, en Buenos Aires». Es ésta la clase de exageración que consterna a algunos de sus primeros seguidores argentinos; y algunos de ellos llegaron a decir que su «irresponsabilidad» ha crecido con su fama. Pero Borges siempre ha sido irresponsable. Buenos Aires es una ciudad pequeña; y lo que tal vez era inofensivo cuando Borges pertenecía solamente a esta ciudad pequeña se vuelve menos inofensivo cuando los extranjeros hacen cola para entrevistarle. Hubo un tiempo, sin duda, en que la celebración por Borges de sus antepasados militares y de sus muertes en combate halagaba a toda la sociedad, dándole un sentido del pasado y de plenitud. Ahora parece excluir, proclamar una grandeza privada; y para muchos es sólo egoísta y presuntuosa. No es fácil ser famoso en una ciudad pequeña.
Borges concede numerosas entrevistas. y cada una de ellas se parece a todas las demás. Diríase que Borges hace que las preguntas sean irrelevantes; pasa sus discos, como dijo una señora argentina; representa su papel. Dice que la lengua española es su «perdición». Critica a España y a los españoles: sigue librando aquella guerra colonial, en la cual, no obstante, las viejas cuestiones se confunden con un prejuicio más sencillo, el que sienten los argentinos contra los inmigrante s pobres y atrasados que llegan del norte de España. Hace chistes obvios y de mal gusto a costa de los indios de la pampa. De mal gusto porque sólo veinte años antes de que Borges naciera estos indios eran exterminados sistemáticamente; y, pese a ello, obvios, porque las matanzas a semejante escala resultan aceptables solamente si se ridiculiza hombre hasta que nos encontramos camino del aeropuerto. Entonces alguien empezo a hablar del asunto y de pronto Borges se enfadó mucho. «¿Oyó lo que dijo aquel hombre? Que habían cerrado la universidad de Tucumán.» Le pregunté por qué estaba enfadado y me dijo: «Ese hombre estaba atacando a mi país. No se puede hablar así de mi país.» Le dije: «Borges, ¿qué quiere decir con eso de la universidad.» "ese hombre"? Ese hombre es argentino. Y procede de Tucumán. Y lo que dice es verdad. Los militares han cerrado
Borges es de estatura mediana. Sus ojos casi ciegos y su baston contribuyen a aumentar su apariencia distinguida. Viste cuidadosamente. Dice que es un escritor de clase media; y un escritor de clase media no debe ser un «dandy», ni vestir con una despreocupación demasiado afectada. Es cortés: opina, . al igual que sir Thomas Browne, que un caballero es alguien que procura causar las menores molestias posibles. «Pero eso debería buscarlo en Religio Medici.» Podría parecer, pues, que en su accesibilidad, en su buena disposicion a conceder largas entrevistas que son repetición de las anteriores, Borges combina el ideal de modestia propio de la clase media y los modales del caballero con la intimidad del escritor, la necesidad que tiene el escritor de reservarse para su trabajo.
Hay indicios de esta intimidad (en la accesibilidad) en la forma en que le gusta que se dirijan a él. Quizás no pasen de media docena las personas que tienen el privilegio de llamarle por su nombre de pila, Jorge, convirtiéndolo en «Georgie». Para todos los demás le gusta ser simplemente «Borges» sin el señor, palabra que él considera española y pomposa. «Borges» es, por supuesto, distanciador.
y ni siquiera las cincuenta páginas de su Ensayo Autobiográfico violan su intimidad. El ensayo es como otra entrevista. Cuenta pocas cosas nuevas. Su nacimiento en Buenos Aires en 1899, hijo de un abogado; sus antepasados militares; los siete años que la familia paso en Europa de 1914 a 1921 (cuando el peso era valioso y Europa era más barata que Buenos Aires): vuelve a contar todo esto en líneas generales, como en una entrevista. y el ensayo no tarda en transformarse en la simple cronica de la vida profesional de un escritor, de los libros que leyo y de los libros que escribio, los grupos literarios de los que fue miembro y las revistas que fundo. La vida brilla por su ausencia. Apenas dice nada sobre la crisis que debio de sufrir en los inicios de su madurez cuando -perdido el dinero de la familia- hacía toda clase de periodismo; cuando murió su padre y él mismo enfermo gravemente y «temió por [su] integridad mental»; cuando trabajaba como ayudante en una biblioteca 'municipal y era muy conocido como escritor fuera de la biblioteca y des-. conocido dentro de ella. «Recuerdo que una vez un compañero de trabajo vio en una enciclopedia el nombre de un tal Jorge Luis Borges y le llamo la atencion la coincidencia de que nuestros nombres y fechas de nacimiento fuesen idénticos.»
«Nueve años de solida infelicidad», dice; pero solo dedica cuatro páginas al período ... La intimidad de Borges empieza a parecer inabordable.
Un dios me ha concedido
lo que es dado saber a los mortales. ~ Por todo el continente anda mi nombre; N o he vivido. Quisiera ser otro hombre.
Éste es Borges hablando de Emerson; pero podría ser Borges refiriéndose a Borges. La vida, en el Ensayo Autobiográfico, realmente brilla por su ausencia. De manera que todo lo que es importante en el hombre hay que buscarlo en la obra.Y todos los temas que ha explorado en le transcurso d euna vida se encuentran,como el mismo dice,en su primer libro de poemas,publicado en 1923,un libro que se imprimio en cinco dias,trescientos ejemplares y se distribuyo gratuitamente:
Cuando tu mismo eres la continuación realizada
De quienes no alcanzaron tu tiempo
Y otros seràn(y son)tu inmortalidad en la tierra
En algun momento de aquella epoca ,la vida se detuvo y todo lo posterior ha sido literatura:una preocupación por las palabras,un intento sin fin de conservar,y no traicionar,las emociones de aquel pasado tan particular
hombre hay que buscado en la obra, que, en el caso de Borges, es esencialmente la poesía. Y todos los temas que ha explorado en el transcurso de una larga vida se encuentran, como él mismo dice, en su primer libro de poemas, publicado en 1923, un libro que se imprimió en cinco días, trescientos ejemplares, y se distribuyó gAquí está el antepasado militar muriendo en combate. Aquí, ya, a la edad de veinticuatro años, la contemplación de la gloria se transforma en la meditación sobre la muerte y el tiempo y las «joyas de vidrio» de la vida individu... cuando tú mismo eres ld continuación realizada de quienes no alcanzaron tu tiempy otros serán (y son) tu inmortalidad en la tiEn algún momento de aquella época, la vida se detuvo y todo lo posterior ha sido literatura: una preocupación por las palabras, un intento sin fin de conservar, y no traicionar, las emociones de aquel pasado tan particular.
Soy, pero soy también el otro, el muerto, . el otro de mi sangre y de mi nombre.
Así dice un poema que escribió cuarenta y tres años después de aquel primer libro.
Desde que escribiera dicho libro, nada, exceptuando quizás el descubrimiento de la antigua poesía inglesa, ha proporcionado a Borges material para tan intensa meditación. Ni siquiera los amargos años del régimen de Perón, cuando fue «"ascendido", sacándole de la biblioteca, al cargo de inspector de pollos y conejos en los mercados» y él dimitió. Tampoco su breve, infeliz matrimonio a una edad avanzada, que una vez fue tema de artículos de revista y sigue siéndolo de chismorreos en Buenos Aires .. Tampoco la compañía continuada de su madre, que actualmente cuenta noventa y seis años.
«En 1910, año del centenario de la República Argentina, creíamos que la Argentina era un país honorable y no nos cabía ninguna duda de que las naciones acudirían en tropel. Ahora el país se encuentra en mal estado. Nos vemos amenazados por el retorno del hombre horrible.» Así es como Borges se refiere a Perón: prefiere no utilizar el nombre. Recibo numerosas amenazas personales. Incluso mi madre. La llamaron por teléfono a altas horas de la noche -las dos o las tres- y alguien le dijo con una voz muy bronca, la clase de voz que hace pensar en un peronista. «Tengo que matarles, a usted y a su hijo.» Mi madre dijo: «¿~por qué?» «Porque soy peronista.» MI madre dijo: «En lo que concierne a mi hijo, sólo tiene setenta años y está prácticamente ciego. Pero en mi caso debería aconsejarle que no malgaste el tiempo porque tengo noventa y cinco años y puedo morirme en sus manos antes de que consiga matarme.» Por la mañana le dije a mi madre que me había parecido oír el teléfono durante la noche. «¿Lo he soñado?» Ella dijo: «Sólo era algún imbécil.» No es sólo ingeniosa. Sino también valiente ... no veo qué puedo hacer al respecto ... la situacion política. Pero creo que debería hacer lo que pueda, teniendo militares en la familia;
El primer libro de poemas de Borges se tituló Fervor de Buenos Aires. En el mismo, en su prefacIo, decía que intentaba celebrar de un modo especial la ciudad nueva y en expansión. «Semejante a los latinos, que al atravesar un soto murmuraban: "Nu~ men inest" -aquí se oculta la Divinidad-,de que habla mi verso para declarar el asombro de las calles endiosadas por la esperanza o el recuerdo ... »
Pero Borges no ha santificado a Buenos Aires.
La ciudad que ve el visitante no es la ciudad de los poemas, como sigue siéndolo SimIa (tan nueva y artificial como Buenos Aires), la ciudad de las historias de Kipling, después de todos estos años. Kipling observaba con atención una ciudad real. El Buenos Aires de Borge<¡ es privado, una ciudad de la imaginación. Y ahora la ciudad misma está en decadencia. En el Barrio Sur del propio Borges sobreviven algunos edificios antiguos, con sus poderosas puertas principales y sus patios que van retrocediendo, cada uno con un embaldosado distinto. Pero es más frecuente que los patios interiores estén cegados; y muchos de los viejos edificios han sido derribados. La elegancia, si es que en esta ciudad de inmigrantes plebeyos la elegancia existió realmente alguna vez fuera de la visión de los arquitectos expatriados, se ha esfumado; ahora sólo hay desorden.
La bandera argentina, azul y blanca, que cuelga sobre la calle de México desde el balcón del despacho de Borges en la Biblioteca Nacional aparece sucia de polvo y humos. Y echemos un vistazo a este edificio, quizá el mejor de la zona, que fue utilizado como hospital y cárcel en tiempos del dictador gángster Rosas, hace más de ciento veinte años. Todavía hay belleza en la pared coronada por púas, las altas verjas de hierro, las enormes puertas de madera. Pero, en el interior, las paredes están desconcha das ; las ventanas que dan al patio central tienen los cristales rotos; adentrándose, pasando de patio en patio, vemos ropa tendida en un corredor, los peldaños están rotos y una escalera metálica de caracol aparece bloqueada por trastos inservibles. Ésta es una oficina del gobierno, un departamento del Ministerio de Trabajo: nos habla de una administración agarrotada, de una ciudad que se muere, de un- país que no ha funcionado realmente.
En todas partes se ven paredes con lemas violentos; los guerrilleros operan en las calles; cae el peso; la ciudad está llena de odio. El lema con malas pulgas se repite: Rosas vuelve. El país espera un nuevo terror.
Numen inest, aquí se oculta la Divinidad: el ensalmo del poeta no ha dado resultado. Los antepasados militares murieron en combate, pero aquellas batallas insignificantes y aquellas muertes inútiles no han conducido a nada. Sólo en la poesía de Borges habitan esos héroes en «un universo épico, sentados altos en la silla»: «alto.,. en su épico universo». y ésta es su gran creación: la Argentina como tierra sencilla y mítica, un mundo épico completo, de «repúblicas, caballería y mañanas»: «las repúblicas, los caballos y las mañanas», de batallas libradas, la patria establecida, la gran ciudad creada y las «calles con nombres que se repiten desde el pasado de mi sangre» ..
Ésa es la visión del arte. Y, sin embargo, desde esta mítica Argentina de su creación, Borges alarga la mano, a través de su abuela inglesa, a sus antepasados ingleses y, a través de ellos, a su lenguaje «en su aurora», «La gente me dice que ahora parezco inglés. Cuando era joven no parecía inglés. Era más moreno. No me sentía inglés. Ni pizca. Quizá el sentirme inglés vino a mí a través de la lectura.» Y aun- . que Borges no lo reconoce, un tema que se repite en sus historias más recientes es el de los nórdicos que degeneran en un desolado paisaje argentino. Los Guthries escoceses se convierten en Gutres mestizos y ya ni siquiera conocen la Biblia; una muchacha inglesa se transforma en una india salvaje; hombres que se llaman Nilsen se olvidan de sus orígenes y viven como animales de acuerdo con el· bestial código sexual del macho putañero.
En nuestra primera entrevista, Borges dijo: «No
escribo sobre degenerados». Pero en otra ocasión afirmó: «El país fue enriquecido por hombres que pensaban esencialmente en Europa y los Estados Unidos. Sólo la gente civilizada. Los gauchos eran muy ingenuos. Bárbaros». Cuando hablamos de la historia argentina, dijo: «Hay una pauta. No es una pauta obvia. Yo mismo no puedo ver el bosque por culpa de los árboles». y más adelante agregó: «Aquellas guerras civiles ahora no tienen sentido».
Quizá, pues, paralelamente a la visión del arte, se haya desarrollado, en Borges, una visión subsidiaria, por muy poco que la reconozca, de la realidad. Y ahora, en todo caso, el mundo real ya no
puede negarse.
A mediados de mayo, Borges fue a pasar unos
cuantos días en Montevideo, en el Uruguay. Montevideo fue una de las ciudades de su infancia, una ciudad de «largas, perezosas vacaciones». Pero ahora el Uruguay, el más culto de los países sudamericanos, era, citando las palabras de un argentino, «la caricatura de un país», en bancarrota, al igual que la Argentina, después de la riqueza de que disfru~ tara durante la guerra, y despedazándose. Montevideo era una ciudad en guerra; guerrilleros y soldados luchaban en las calles. Un día, durante la estancia de Borges, cuatro soldados fueron muertos a tiros.
Vi a Borges cuando regresó. Una muchacha bonita le ayudó a bajar las escalinatas de la Universidad Católica. Parecía más frágil; las manos le temblaban con mayor facilidad. Había perdido el vigor que mostraba durante las entrevistas. Venía lleno del desastre de Montevideo, disgustado. Montevideo era otra cosa que había perdido. En un poema las «mañanas en Montevideo» se encuentran entre las cosas por las cuales da las gracias «al divino laberinto de causas y efectos». Ahora Montevideo, al Igual que Buenos Aires, al igual que la Argentina era agradable sólo en su recuerdo, y en su arte. '
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