aumento de los alimentos, pobreza e indigencia

Con el aumento notable del precio de los alimentos básicos, que registran una inflación anual del 25,4% , el adulto equivalente requirió de $189,45 mensuales para acceder a la Canasta Básica Alimentaria medida por Consultora Equis en el consolidado del mes de abril de 2008 , tal como lo muestra en el cuadro de apertura (click para agrandar). Por otra parte el hogar tipo indigente medido en canastas básicas tiene una extensión promedio igual a cuatro (4) adultos equivalentes y el hogar pobre representa a 3,68 adultos equivalentes (no hablamos del número efectivo de miembros que pueden ser más o menos que esa referencia). Durante el mes de abril entonces, de acuerdo a los precios relevados por Consultora Equis, un hogar indigente requirió de $757,80 sólo para cubrir su demanda alimentaria . Ese mismo mes de acuerdo a su extensión de 3,68 AE , el hogar pobre promedio demandó $697,17 para alimentos básicos expandidos por la inversa de Engel - que agrega el costo de componentes no alimentarios - que fue de 2,16 para el mes de abril. Así las cosas, el valor de la línea de pobreza ascendió el pasado mes de abril a $1505,8. Si comparamos estos datos con la estructura salarial vigente en el país según el cuadro adjunto (click para agrandar) de acuerdo a los últimos datos oficiales disponibles, el 80% de los trabajadores realiza tareas en ramas o sectores de actividad cuyo salario promedio está por debajo del valor de la línea de la pobreza, e incluso los trabajadores del sector agrícola y ganadero ( oia, "el campo" !) junto a los empleados en tareas del hogar privado (domésticos) , ( unos dos millones de trabajadores en el total de ambos sectores de los cuales 700.000 son jefes de hogar), registran salarios promedio por debajo del umbral de la indigencia ($645 y $320 mensuales, respectivamente). Si consideramos que los planes sociales siguen fijados en $150 mensuales y apenas cubren el 19% de la canasta de indigencia y el 10% de la línea de pobreza, es fácil observar porqué con o sin empleo de su jefatura, aumentan la pobreza y la indigencia a pesar del crecimiento a tasas tan paquetonas.