volver con frente y marchita

El título de este post , recuerdo haberlo leído en la (ay!) ya muy vieja Revista Unidos a mediados de los años ochenta, donde también, como en esto que escribimos ahora, la relación con el PJ tenía sus bemoles cada número. En fin, ubiquémosnos en el inicio del mes de febrero de 2008 y ensayemos una charla política de café de viernes a la tarde. Qué paso en enero? : Nada en absoluto. La única noticia política en lo que va de este verano es el reconocimiento de Pierre a la centralidad del PJ en la construcción partidaria futura, que será la que sostenga la oferta del FPV de cara a las elecciones de 2009 y 2011, donde la herramienta partidaria parece clave para ensayar la vuelta a las grandes ligas del Tirano del Lago Argentino. En líneas generales , este "ahora vamos por Ingrid y el PJ" parece contradictorio con el planteo original de iniciar una construcción transversal, lateral, en diagonal , por fuera o superadora de la estructura partidaria peroniana tradicional. Esos intentos tuvieron cierto impulso, aunque más bien retóricos, hasta octubre de 2005 donde el FPV pasó del 22% de 2003, al 40% de los votos nacionales. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos reales y sobre todo simbólicos, no hubo demasiados vestigios del voto transversal en el caudal electoral de FPV ya en 2005. En líneas generales el de 2005 resultó un voto justicialista tradicional e incluso una parte del votante peronista fué refractario a la oferta nacional del FPV, justamente por los cornetines , pullas y chascarrillos de aire progresista y supra peronianos de la propuesta " transversal" del FPV 05. Visto luego la marcha de las cosas, en particular en el distrito porteño donde la experiencia transversal del FPV resultó muy intensa y por tanto , como era obvio, propició al oficialismo una escalada de derrotas sin solución de continuidad en la city, estaba claro que el intento de sumar voto progresista a las filas oficiales era ya un delirio. Sucede que , más allá de sus acercamientos iniciales , el votante progresista en el gran número - dirigentes mojadores hay, pero no suman a este análisis- es un votante sin cultura oficialista y en líneas generales la gestión nacional - por motivos diversos y muchos valederos- más o menos rápidamente primero lo agobia, luego defrauda y finalmente termina apartándose en busca de alternativas opositoras, donde se siente más cómodo. En reemplazo de la experiencia transversal progre fallida, vino el experimento radical K, que resultó aún menos consistente que el sucundún progresista inicial, y nunca superó el rejunte de dirigencia súper oportunista, en busca de un lugar debajo del alero. Así las cosas se observó en las elecciones de 2007 - aún con más intensidad que en 2005 -, que nuevamente la oferta del FPV fué acompañada por el voto justicialista más o menos tradicional, lo que supone también una amplia franja de segmentos medios peronianos votando oficialismo, ojo a los análisis clasistas de "los grandes centros urbanos", que son inapropiados. En este sentido preciso, la captura del PJ oficial por parte del FPV, promueve efectos positivos:

• 1- Da coherencia al armado partidario y lo pone en sintonía con la performance electoral realmente existente del FPV y no violenta en modo alguno a aquellos que acompañaron en 2007 la oferta electoral oficialista,
• 2- Por otra parte, en una coyuntura de alto nivel inflacionario (15-17% anual), la pertenencia al la conducción del PJ de su máximo referente político (Pierrcito, claro) refuerza el poder negociador del oficialismo con la estructura gremial,
• 3- Al mismo tiempo se garantiza mayor control territorial, por si hubiera que administrar - dios no lo quiera- un grado creciente de conflicto social, en particular en las periferias urbanas,
• 4- La ocupación oficial de la conducción del PJ, obtura la posibilidad de que otros espacios con autonomía del oficialismo pudieran, no controlar, pero sí tener mayor presencia al interior de una estructura partidaria que en el páramo actual , aún mantiene poder relativo.

Hay más señalamientos positivos pero estos son centrales, del mismo modo, los costos son evidentes:

• 1- Un encapsulamiento fronteras adentro del justicialismo, de mayor intensidad aún a la que se produjo en el lapso 2005/7, que fué mucha,
• 2- Cierto desacomodamiento de los aliados por conveniencia con el oficialismo - todos los aliados lo son en rigor - que provienen de espacios partidarios aún existentes, en especial radicales K y socialistas llamémosle "amigables",
• 3- Fuerte exacerbación del sentimiento goriloide en la oposición, que se nota en el aire, y en los blogs ni les cuento, of course!