2/02/2007

SALARIOS INFORMALES , SALARIOS DE INDIGENCIA

La última información disponible correspondiente a setiembre de 2006 indica que el 43,1% de los asalariados está informalizado al tiempo que es corroborable estadísticamente que el trabajador informal recibe mucho menos salario que su par registrado.Mientras en el año 1992, se verificaba el nivel de trabajo en negro más bajo de la serie nacional, complementariamente, la diferencia entre el salario negro y el salario en blanco, aún siendo importante, presentaba una de las distancias más cortas; por cuanto el trabajador informal recibía entonces ingresos un 28% por debajo de los percibidos por su par formalizado. A partir del año 1992, se inicia un crecimiento exponencial no sólo de la tasa de informalidad laboral sino de la diferencia salarial entre lo percibido por un trabajador “en negro” comparado con el percibido por el trabajador formalizado. En el período 1992 a 2003, la informalidad laboral aumentó un 62% al mismo tiempo que la diferencia entre el salario “negro” y el salario “blanco” lo hizo un 126%. . A partir de diciembre de 2003, el empleo en “negro” ha iniciado un ciclo de descenso sostenido registrando en el período hasta septiembre de 2006 una caída cercana al 12,4%. Sin embargo, la distancia entre los salarios percibidos por los trabajadores “en negro” en comparación con sus pares formales no ha sido afectada por este descenso y es en la actualidad (según el último dato oficial disponible) un 5,6% mayor que en diciembre de 2003. En efecto, el último registro del tercer trimestre de 2006 muestra un aumento en la distancia entre el salario medio “blanco” y “negro” siendo el 2º registro más alto de la memoria estadística. Obsérvese, entonces, que en contexto de aumento del empleo informal, la brecha salarial aumenta exponencialmente mientras que en el contexto de descenso dicha brecha ni siquiera disminuye a ritmo lento. Indudablemente, el comportamiento de estas variables explica en parte la forma en que se distribuye el ingreso Argentino que ha consolidado en los últimos veinte años un modelo de profunda inequidad. Lógicamente, la pauperización de los salarios en negro conlleva transformaciones en la composición del ingreso de los hogares de estos trabajadores que concluye en una mayor presión sobre el mercado de trabajo a partir del aumento de miembros del hogar ocupados que compensen la debilidad de los salarios informales. El ingreso total del hogar de los trabajadores informales tiende ha diversificarse por lo que se requiere, entre otras cosas, mayor cantidad de personas ocupadas para balancear la caída del peso del salario “negro”. Estas transformaciones que afrontan los hogares con trabajadores en negro, traen aparejadas otro tipo de condicionamientos socioeconómicos tales como dificultades para sostener la inserción educativa de los miembros menores o sobreocupación de miembros activos como estrategia para esquivar situaciones de pobreza por ingresos. Los aumentos salariales, por otra parte, deben necesariamente ser comparados con la evolución del índice de precios para despejar, entonces, el efecto producido por la ilusión de aumentos de salarios nominales en el contexto de evolución de los precios minoristas. Tan sólo en el último año (septiembre 2005 – septiembre 2006) y considerando los salarios como precios; es posible afirmar que los salarios de los trabajadores “en negro” han recuperado un 8,5% su poder de compra mientras que sus pares formalizados lo han hecho un 9,0%. Si se toma como base de cálculo la referencia de diciembre de 2003, momento a partir del cual se registra un descenso sistemático e ininterrumpido de la tasa de trabajo informal, el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores “en negro” ha recuperado sólo un 15,0% su poder de compra, mientras que sus pares formalizados lo han hecho un 26,6%.Por otra parte, debe señalarse que el salario promedio del trabajador informal apenas supera por un 15% el valor de la línea de indigencia de un hogar tipo de cuatro miembros y se ubica un 46% debajo de la línea de pobreza de ese mismo hogar.

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