LA ARGENTINIDAD AL PALO : MÁS DESIGUALDAD , MENOS POBREZA

Como se observa en el gráfico que da inicio a esta entrada (click en la imagen para verlo mejor) en el período transcurrido entre el primer semestre y el 3º trimestre de 2005, los datos oficiales de la Encuesta Permanente de Hogares muestran que han descendido notablemente los niveles de pobreza e indigencia , conjuntamente con un pronunciado deterioro en la estructura distributiva como se mostró oportunamente en entradas anteriores de este blog. Obsérvese que en el mismo lapso junio/setiembre de 2005, cuando la diferencia de ingresos entre el 10% más rico y más pobre de perceptores de ingresos trepo de 26 a 31 veces, la pobreza descendió de 38,5% a 34% y la indigencia pasó en el mismo lapso de 13,6% a 12,5% . En otras palabras salieron d ela pobreza 1,67 millones de personas. La explicación de este fenómeno aparentemente contradictorio debe buscarse en que la brecha de ingresos que mide la distancia entre los más ricos y más pobres de los perceptores de ingreso aumentó un 24% empujada por el importante incremento en los precios de la canasta básica de alimentos en las postrimerías de la etapa Lavagna, que impactó por un lado con mega tasas de ganancia en la cima y como contracara acható notablemente el poder adquisitivo de los sectores de la base de la pirámide social que cayeron en su participación en el ingreso de 1,3% a 1,2% en el lapso junio/setiembre de 2005. Sin embargo, el muy notable crecimiento económico del tercer trimestre de 2005 que superó todas la expectativas , aún las más favorables, supuso un gran aumento en el número de puestos de trabajo, el descenso del empleo informal y el aumento acumulado de los salarios privados formales e informales (no los públicos) que fuera superior al acumulado de precios en dicho período (ipc =2,40; cba =4,20 y cvs = 4,79), todos indicadores que contrabalancearon los efectos inflacionarios y de inequidad distributiva creciente, motivo por el cual los niveles de indigencia y pobreza igualmente disminuyeron . En síntesis, en la Argentina reciente parece consolidarse la aparente paradoja de un país menos pobre y más desigual. Artemio López