El criterio de estabilizar el valor de los dólares
financieros reduciendo el ritmo de indexación de la base monetaria ampliada por
contracción acelerada del financiamiento del BCRA al Tesoro y en simultáneo
establecer una meta de aumento de reservas “de golpe” es el único movimiento
posible, y obviamente está bien. Habría que hacer los cálculos en forma precisa
proyectando los cinco meses que quedan del año para ver qué valor de equilibrio
de los dólares financieros proyecta eso. USD 7.000 millones es el valor que
fijábamos en los cuadros del informe, el tema es que después hay que
restablecer el flujo positivo para no perderlos.
Igualmente si como se dijo ingresan dólares por créditos
internacionales, cuando el Tesoro se los cambia al Banco Central se hace de
pesos, que puede usar para cancelar adelantos transitorios o financiarse en los
hechos por encima del 1% del PBI que fija la pauta, que está calculada por
adelantos y utilidades, por eso ahí puede haber alguna flexibilidad. En este
contexto de inestabilidad el cumplimiento de las metas del acuerdo con el FMI
casi se transforma en un asunto subordinado.
Por otro lado, ante el reconocimiento de la alta inflación
de julio y agosto, se supone que desde el punto de vista de la brecha habrá un
aumento del tipo de cambio oficial con mayor ritmo, en forma coherente con todo
el esquema.
En materia fiscal tiene que corregir entre julio y
diciembre (no tenemos los datos de gasto de julio, pero los de ingresos están
dentro de lo previsto) el equivalente a 0,8 puntos del PBI de déficit primario,
atento el deterioro de 0,4 puntos del PBI que tuvo (y lo alejó de la meta)
entre mayo y junio. Supone una restricción importante de lo que no esté
indexado por ley y una mejor velocidad de recuperación real de los ingresos.
Habría que detallar más, pero es bastante estricto el objetivo. A eso hay que
sumarle la recuperación por medio de un bono a los haberes previsionales por el
pico inflacionario del semestre y la mejora de asignaciones familiares.
La “famosa y buscada” tasa de interés real positiva se
tendría que ir a determinar en forma coherente con una contracción monetaria
real mayor en el margen, sobre niveles ya muy desmonetizados que tiene la
economía.
El canje de bonos del Tesoro está bien planteado, y más si ya cuenta con adhesión, pero hay que desindexar la estructura de tasas.
El planteo de unificar los programas de crédito del
Ejecutivo para subsidiar por esa vía la tasa que toman las empresas está bien
para mitigar esa consecuencia de las tasas altas, y el monto pareció
importante, 0,5 puntos del PBI, que no tiene la escala del financiamiento
bancario que debería funcionar en la economía pero está bien.
El problema es que la tasa de política monetaria que
tendría que acompañar este cuadro infla la emisión por lo que devengan Leliqs y
Pases, revirtiendo el proceso de contracción que decíamos en el primer párrafo.
En el caso de los plazos fijos en pesos del sector privado están bastante por
debajo del nivel de Leliqs + Pases. Hay que ver cómo termina funcionando este
esquema. Pero no está fácil. Por lo pronto parecería que lo que va a limitarse
es el crédito a los hogares para la compra de durables, por ejemplo.
En el frente cambiario estuvo muy bien la acción ya
decidida de controlar el comercio de bienes, muy bien. Pero no hubo
menciones a otras salidas, las de cuenta financiera, que en el margen son las
que yugularon el nivel de reservas hasta marzo de 2022. Deuda externa y
financiamientos locales que terminaron bajando reservas.
No hubo mención a una política de precios, muy mal.
Sobre el tema subsidios a los servicios públicos y energía
parece que está avanzando con los planes y propuestas ya iniciados en el área,
no conozco la especificidad, pero no creo que haya incidencia crítica en el
resultado fiscal de este año. Sostenemos que en materia de precios tuvo un
impacto severo la aplicación de tarifa plena a la industria.
Sobre los regímenes especiales para las actividades
exportadoras con tipos de cambio diferenciados y acceso a las divisas, se
convalida la crisis cambiaria, y todavía no los vimos en detalle, pero en
principio se refirió a que aplican sobre el incremental de exportación.
Respecto de los salarios, pareció reconocer el atraso más
que proporcional del poder adquisitivo en la base de la pirámide (ahí ganamos 2
a 1 una elección), para lo cual fracasó el esquema de paritarias (6 años y
medio de fracaso) y se tiene que desembocar en la suma fija por decreto.
En definitiva, en materia de estabilización monetaria
cambiaria se avanza sobre el único esquema previsible, sin menciones a la
devaluación del tipo de cambio oficial que creemos se debería acelerar para
terminar de encontrar un equilibrio en lo inmediato, para mitigar las malas
consecuencias de brechas por arriba del 75%.
Pero ello es totalmente incompatible con una pendiente de recuperación de ingresos reales (muy deprimidos), y mucho menos sin políticas de precios, por lo que de manera inevitable se transformaria en un nuevo relanzamiento de la indexación de la economía en forma posterior.
Ahora, si
todo esto pasa un mes después de la salida de Guzmán y 5 meses desde el acuerdo
con el FMI, es que aquello no tenía ninguna coherencia y viabilidad. Fueron 21
meses de una horrible política económica desde octubre de 2020.
1 comentario:
¡No pusiste la fuente, Artemio!
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