Nada es para siempre
Hacia un nuevo tipo de Unidad
Histórica
“Me parece que es difícil
que
nos vayamos de algo que
constituimos”
Andrés Larroque
En el año 2009, tras la derrota electoral de medio
mandato el tipo de unidad histórica - social y política- que plantearon Néstor
Kirchner y Cristina Fernández estaba en crisis y mutando.
Sucede habitualmente: “No son todos lo que están,
ni están todos los que son”. Los procesos políticos llevan a eso. Todo lo que
se consolida en un momento histórico y se construye como unidad, social y
política con el tiempo cambia, muta, agrega, quita. Domina finalmente Marx
y todo lo sólido se desvanece en el aire.
Tras la crisis con el complejo agromediático, abierta
por la fallida “resolución 125”, elaborada por el entonces ministro de Economía
Martín Lousteau que renunciara en abril del 2008, y tras aquella elección
bonaerense del año 2009 con el triunfo del empresario colombiano Francisco de
Narváez, voló por el aire definitivamente el tipo de unidad llamada
“transversalidad” diseñada en el año 2007 para el Frente Para la Victoria.
Recordemos que el vicepresidente Cleto Cobos dejó
de lado su posición de integrante del Poder Ejecutivo y pasó a la oposición con
aires presidenciales, antes en Julio del año 2008 también había renunciado el
jefe de gabinete Alberto Ángel Fernández.
También dejó el gobierno en el mes de Julio de ese
año 2009 don Sergio Tomás Massa, integrante incluso de la lista testimonial
bonaerense en el año 2009 - a solo once meses
de haber dejado la intendencia de Tigre para volver justo antes de que termine
su licencia- y ya desde la intendencia comenzar a diseñar el
Frente Renovador con el que ganaría holgadamente las elecciones de Provincia de
Buenos Aires en el año 2013
Pasó siempre en el peronismo: El tipo de unidad histórica que planteó Juan Perón
en los comienzos a mediados del siglo pasado, no fue el mismo que el de los
años setenta de gran soporte en la Juventud responsable central de su retorno,
y ese tipo de unidad setentista estalló en el año 1974 tras la muerte de José
Rucci para mudar de centralidad al movimiento obrero organizado, protagonista
principal del tipo de unidad histórica de mediados de los años setenta que
incluso perduró durante el gobierno de Isabel Perón.
Aún con gran centralidad del
movimiento obrero organizado, y sin grandes cambios desde mediados de los años
setentas (tal vez su mayor debilidad), el tipo de unidad que se materializó con
Ítalo Argentino Luder en el año 1983 llevó a la derrota y se sucedió la
denominada “Renovación Peronista”, cuyo gran emergente fue Carlos Saúl Menem.
Acotada la centralidad del
Movimiento Obrero en la primera etapa de gobierno en el lapso 1989-1995, ese tipo
de unidad histórica con que Carlos Menen accedió al gobierno a su vez se
transformó drásticamente a partir del año 1995 en su segundo mandato, que ya no
replicó el tipo de unidad política y social del año 1989 incorporándose
dirigencia y electores de la entonces UCD, formación liberal capitaneada por el
inefable Álvaro Carlos Alsogaray.
El tipo de unidad histórica menemista
mucho menos tuvo que ver con la que Néstor Carlos Kirchner construyó en el año
2003 y que, con muchos cambios en su devenir histórico, llega, aunque muy
transformada, hasta nuestros días.
Nos referimos al tipo de unidad histórica
- dirigencial, social y también electoral- que acompaña un proceso político, le
da sostén, anclaje. En esta perspectiva es muy probable que el tipo de unidad histórica
que planteó Cristina Kirchner para el lapso comprendido entre los años 2019-2023
comience a mutar y cambie en otra perspectiva tras esta etapa de oficialismo coaligado
nominado Frente de Todos.
En el
fondo, la discusión que persiste y está hoy agigantada en los medios
opositores, es si el peronismo es algo más que el kirchnerismo.
Habría,
para algunos políticos y teóricos, propiedades históricas, de gestión y
representación, que el peronismo tiene por sobre el kirchnerismo, y esa es una
discusión teórica específica que debe darse, porque tiene consecuencias
políticas muy importantes.
Si se
considera que el kirchnerismo es una etapa acotada del peronismo, que en
definitiva es un despliegue histórico, político y de representación social mayor
que lo supera, se toma una determinada política coyuntural y estratégica que
comienza siempre por acotar, suspender, encapsular el liderazgo de Cristina.
Si se
observa que el kirchnerismo expresa plenamente lo que inauguralmente expresaron
Juan Perón y Eva Duarte, y es hasta hoy al menos, la modalidad histórica
concreta que asume el peronismo inaugural, surge otra determinación,
estratégica y coyuntural que comienza siempre por reconocer el liderazgo de
Cristina Kirchner sin limitaciones.
Por otra
parte, en lo estrictamente electoral, nunca pudo ser sustentable la idea de que
hay un plus electoralmente potente del peronismo no kirchnerista por fuera del
kirchnerismo que básicamente los opositores denominan "duro".
Por el
contrario, en las últimas elecciones de medio mandato, por la crisis de
ingresos se perdieron votos que acompañaron al oficialismo en las elecciones
del año 2019, como bien señalan los intelectuales kirchneristas en su
documento Unidad del campo popular: moderación o pueblo “la “Unidad” del
Frente de Todos se rompió en noviembre de 2021 cuando más de cuatro millones de
electores que lo acompañaron en el 2019, ya no lo hicieron en las elecciones de
medio mandato. Reconstruirla es el objetivo.”, permanecieron mayoritariamente sosteniendo al oficialismo
los votos kirchneristas “duros”.
Se mostró que la hipótesis de la potencia electoral del peronismo no
kirchnerista es falsa y en rigor, cuando - ya en los años 2015 y 2017 - el
"peronismo" despojado de kirchnerismo apareció en la escena
electoral, fue un fiasco.
Finalmente,
asumir las transformaciones inexorables en el tipo de unidad histórica,
política y social que se construyó para el lapso comprendido entre los años 2019-2023
sin perder la vocación de mayorías, es el gran desafío de la etapa actual para
el peronismo kirchnerista, tarea compleja, sin duda, pero inevitable e
históricamente recurrente.
Respecto
a la oposición la tarea parece más sencilla, puesto que aún en medio de fuertes
disputas por liderazgos de cara al año 2023, tengan el estilo que tuvieran, todos
y cada uno de los referentes históricos o nuevos aparecidos en la escena de la
coalición Juntos, con mayores o menores pretensiones presidenciales
todos comparten el mismo modelo de país: El que desplegara Mauricio Macri en el
período comprendido entre los años 2015 y 2019 con las consecuencias conocida y
ya muy conversadas.
Muy
diferente situación a la del actual oficialismo donde sus diferentes liderazgos
difieren en mucho más que estilos sino incluso en miradas sobre el modelo de
país al que se aspira conseguir.
Artemio
López
Director
Consultora Equis
1 comentario:
Bloque històrico-social dirìa Gramsci.
El Kirchnerismo, siendo el Peronismo del siglo XXI, ES DISTINTO, ni màs ni menos. Ya no existe el peronismo del 62 % (aunque fuera en 3 listas separadas en 2003; CFK logrò el 54 % y el FdT solo el 48%; CAMBIAN LAS GENERACIONES y muta el bloque historico-social.
A diferencia de lo que mencionàs, hubo una minorìa intensa de voto K "duro" (como el mìo) que NO fue a votar directamente, creo que representamos un 2%.
COINCIDIMOS MUCHOS: sólo CFK puede recuperar los votos perdidos en 2019. SOLO CFK PUEDE CONDUCIR. SOLO si se reconoce ese Liderazgo por parte de "todos" se podrà dar lucha polìtica y electoral, desde hoy a 2023...y más allà.
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