Los indecisos
El plexo agregado al mayoritario voto opositor y los electores ausentes en las PASO a nivel nacional, pero en particular en la provincia de Buenos Aires, estuvo compuesto por segmentos que se mantuvieron indecisos hasta último momento.
Como señalamos en PERFIL oportunamente, se trata fundamentalmente de segmentos medios y medios bajos donde la crisis socioeconómica golpea con fuerza y sin que se observe un horizonte de salida.
Estos segmentos medios y medios bajos son estratégicos y representan al 40% de la población ubicada entre el tercer y sexto decil de ingresos de la pirámide de estratificación social.
Son sectores ubicados entre el tercero y sexto decil de ingresos, que siguiendo el cuadro que acompaña esta columna, se apropian del 24% del ingreso total, mientras que el 10% más rico toma hoy el 32% del ingreso total.
Segmentos muy castigados por la caída en el poder adquisitivo del salario que, junto a jubilaciones y pensiones, representa la modalidad dominante de ingresos de su grupo familiar junto a complementos de changas y cuentapropismo precario.
Alejados de los salarios por sobre el promedio general de la economía, y sin beneficiarse de la saga de subsidios del Gobierno ni su trama clientelar, estos segmentos medios reiteramos descansan su ingreso básicamente en jubilaciones, pensiones y salario mínimo complementados por changas y son los más refractarios a ingresar en la polarización creciente y habitual que signa el comportamiento electoral en las últimas décadas.
En este universo de votantes indecisos dijimos que las fronteras de los diferentes relatos eran líquidas, y definieron su voto según las condiciones socioeconómicas que transitan actualmente, dejando de lado la memoria traumática de los años macristas.
No es casual que no definieran su concurrencia ni voto hasta último momento puesto que sobre estos sectores operaba aún la memoria reciente del descalabro macrista, tras cuatro años de gran daño social, eslabonado con la insatisfacción socioeconómica actual frente a una mejora prometida que no termina de llegar. Se “promete”, pero aún no se “realiza”.
De cómo definieron estos segmentos su voto y su no concurrencia supuso el resultado final de la elección, en particular decisivo para marcar la distancia entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, una distancia no imposible, pero sí muy compleja de revertir aun faltando mucho tiempo relativo para las elecciones de noviembre.
Finalmente, en esta condición de poder adquisitivo tan estrecho predominantemente de segmentos medios y medios bajos debe buscarse también la explicación de por qué fueron refractarios a la oferta oficialista, insistimos, a pesar del daño que les propició la última experiencia neoliberal encabezada por Mauricio Macri.
No hay alquimia publicitaria o estrategia o marketing político capaz de resolver el dilema de empeoramiento de las condiciones materiales de existencia y adhesión electoral.
Sucede que la ciudadanía no vota tan solo por su bolsillo, es una verdad a voces, pero difícilmente lo haga contra su bolsillo.
*Director de Consultora Equis.
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