Cuento: El Chele – Por Juan Chaneton
A los tres días lo llamaron y se presentó en el Mint.[13] La instrucción fue rápida porque él no era un novato. Se despidió de sus dos hermanos (los que vivían en Managua), de todo el ministerio y especialmente de la Arline y del Toño, sus amigos más queridos.
No es posible la rutina en Nicaragua, supo aquel día en que compartía su soledad, sentado sobre un tronco de malinche, con garrobos y culebras. No tenía sentido estar todo el día metido en una oficina archivando expedientes. Lo supo también el Día de la Alegría[14], el último 17 de septiembre, que había habido fiesta en lo del Toño y se habían embolado[15] hasta el amanecer. Había mezclado cerveza y guaro, ese día, y mientras vomitaba sobre los poliedros concéntricos del adoquinado de una remota callejuela de Eldorado, una confusa insatisfacción le recorría el cuerpo por dentro, bien metida, poro a poro, entre las vísceras, apretándosele en torno de los huesos. Era la misma tristeza que le salía, a veces, por los ojos azules, dándoles un aire de cansancio seco y sin retorno. Y encima, la Lisbeth. Aquel día, en lo del Toño, hacía siete meses que le faltaba.
Se alistó de nuevo, voluntario, pero esta vez para siempre –pensó–, porque en estos tiempos, sólo en la milicia se está seguro. Intuía que su deber era concurrir en ayuda de los suyos, allá en las cooperativas, hostigadas, día a día, por los contras, jueputas…
Sí…, nunca debió cambiar las armas por la gris tranquilidad burocrática de un ministerio, pensó el Chele, mientras la larga fila de Ifas se internaba ya en el corazón de la sexta región y la espesura, silenciosa y lóbrega, tendía un pesado manto de incertidumbre sobre los soldados que marchaban hacia el Bocay, hacia la frontera.
***
-¡Va pué…! Siempre solemne vos Chele… Cuando no estás pensando, leés el diario…
-¿Mmm…?
-Va de viaje, oíste…? Va de viaje…! Eso dije… Va de viaje…![16]
Sin responderle, el Chele dobló en dos el Barricada y lo dejó, indolente, sobre la mesa, mientras se ponía de pie, cadencioso y grave. A través de la ventana del cuarto de oficialía apenas se podía ver, del otro lado de la calle, la casa de protocolo del ministerio, semiescondida entre una vegetación exuberante.
Alvarito, el pequeño hijo de la mujer que se encargaba de la limpieza de la casona de funcionarios y visitantes, correteaba, a esa hora, por la vereda de tierra y hojas secas. Estaba nublado.
-¿Sabés qué día es hoy, Toño…?
-26 de febrero, Chele. Parece que perdió el Frente y que ganó la Violeta nomás…
-No me refiero a toda esa puñetería, Toño.
-¿…?
-26 de febrero, Toño. También un 26 de febrero murió la Lisbeth. Hoy hace un año.
Hablaba mirando a través de los vidrios, sucios y viejos, dando la espalda a su amigo de toda la vida. Se dio vuelta lentamente.
El Toño adivinó en esos ojos celestes que ahora lo miraban con fijeza, un dolor universal. Le pareció que por las claras pupilas de su amigo desfilaba el sufrimiento ancestral de muchas personas, incluso el suyo.
-Estoy cansado, Toño, dijo el Chele, y mientras lo decía echaba sobre su hombro el bolso militar con las blancas iniciales del Mint.
Con la mano en el picaporte repitió, a modo de despedida: muy cansado…
El Toño bajó la vista y, sin querer, la posó sobre el Barricada que acababa de leer el Chele y que comentaba la elección del día anterior. Un primer plano de Daniel, casi viejo dentro de su uniforme verde, proclamaba: Ha ganado la democracia. Más abajo, una mueca de Violeta Chamorro parecía una sonrisa, y lo era.
Una fina llovizna comenzaba a caer sobre Managua.
El silencio era ahora pesado, casi infinito.
Referencias:
[1] Ni modo…! Expresión popular nicaragüense. Una alocución equivalente en el idioma de los argentinos podría ser ¡Qué va…!, o ¡Y bueno…!
[2] Chele: en Nicaragua, de tez blanca, rubio.
[3] Valencia: marca de cigarrillos.
[4] Vigorón: alimento popular nicaragüense.
[5] Garrobo: especie de reptil, más pequeño que la iguana y con algún parecido con ésta.
[6] Chigüines: derivado de “El Chigüín”, apodo con que se conocía en Nicaragua al hijo menor del dictador, que lo sucedió en el poder. Mientras Anastasio Somoza Debayle estuvo en el poder, su hijo, Anastasio Somoza Portocarrero, fue jefe de la EEBI, Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería, cuerpo represivo especialmente brutal y sanguinario.
[7] Ampronac: acrónimo de Asociación de Mujeres para la Problemática Nacional. Con el ascenso al poder del sandinismo, pasó a llamarse AMNLAE (Asociación de Mujeres Nicaragüenses Luisa Amanda Espinosa). Hoy llamaríamos a ambas “oenegés”.
[8] IFA: marca de camión.
[9] Todo mundo: así, es sinécdoque nicaragüense que equivale a “todo el mundo”.
[10] Barricada: órgano oficial del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
[11] Marca de fusil. Puede ser de origen ruso o chino.
[12] Epeese. Modo coloquial de denominar al EPS, Ejército Popular Sandinista.
[13] MINT. Ministerio del Interior.
[14] Día de la Alegría: efemérides sandinista que recuerda el día del ajusticiamiento de Anastasio Somoza, por un comando de guerrilleros argentinos, el 17 de septiembre de 1980, en Asunción del Paraguay.
[15] Embolarse: emborracharse.
[16] ¡Va de viaje!: expresión de fastidio, de despreocupación, de desinterés, según las circunstancias y el contexto de la conversación. Podría equivaler a ¡Qué me importa…!
*Abogado, periodista y escritor.
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